viernes, 22 de septiembre de 2017

Otra retrospectiva

Leo un correo electrónico que envié hace diez años: «Querida Elisabeth, te escribo con ánimo redentor de todas mis faltas, que no son pocas. Hoy es 24 de agosto de 2007 y apenas luce el sol. Leo compulsivamente, quizás para olvidar que no vivo, aunque cada vez que paso una página del libro de turno tengo la sensación de estar pasando otra página no vivida. No sé. Posiblemente la vida es sencillísima, pero un impulso trágico lleva a complicarla. ¿Qué mérito tendría vivirla si no fuera así? Y otras frases tontas». Reconozco la misma angustia, la misma ingenuidad, pienso. Pero no es verdad. No es la misma ingenuidad, pues entonces todavía esperaba cosas de la vida que ahora ya sé imposibles. Sigo intentándolas porque es demasiado tarde para corregir el rumbo. Mejor un impacto directo para que nos vayamos a pique rápidamente.

1 comentario:

Microalgo dijo...

¿Y no tiene curiosidad por ver qué pasa?