domingo, 31 de diciembre de 2017

Finis

Otro año consumido como una vela en una habitación vacía. Me aferraré en 2018 a la idea de que los años pares me sonríen, aunque esto en 2016 demostró ser una mera superstición. Pero hay que empezar el nuevo año con los bolsillos repletos de ilusiones e ir dejándolas caer a cada paso para poder regresar algún día a ese punto de partida ingenuo y esperanzado.

sábado, 30 de diciembre de 2017

La autohipnosis

Caballero, yo he escrito mis libros bajo los efectos de ciertos delirios de grandeza totalmente injustificados. Me hipnoticé a mí mismo, supongo, y me convencí de que aquello era lo mío, aunque la realidad fuera más antipática y no apoyara mi tesis con algún gesto. Admito que tampoco me hubiera valido cualquiera: habría tenido que ser un gesto grandilocuente.

viernes, 29 de diciembre de 2017

La nostalgia

La tinta seca en la página, los años que han pasado. La idea era otra, pero ya no la recuerdo.

jueves, 28 de diciembre de 2017

La importancia de los símbolos

28 de diciembre. Hoy sería el día perfecto para que alguna editorial me contestara.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Porcentajes ganadores

El 0,0005 por ciento de los españoles ha comprado mi novela. Esto puede parecer poco, pero la culpa es de los españoles, que son muchos y, claro, me queda un porcentaje muy pequeño. Doscientos sesenta lectores en un maremágnum de cuarenta y seis millones y pico no suponen nada. Todo sería diferente si los españoles fueran, qué sé yo, trescientos.

martes, 26 de diciembre de 2017

De otras vidas

Querida, ayer abrieron sus regalos de navidad los hijos que nunca tuvimos. Los juguetes que no les compré me han salido carísimos: me han costado la felicidad, la vida entera.

lunes, 25 de diciembre de 2017

Nuestro casero

Podríamos quejarnos de que pagar alquiler a cambio de un piso con humedades y sin electrodomésticos no parece algo propio del siglo XXI, pero nuestro casero nos contestaría que somos unos ingratos, pues nos está dando una verdadera navidad dickensiana.

domingo, 24 de diciembre de 2017

La vida en el futuro

El otro día vi pasar a un tipo montado en una especie de monociclo automático y pensé: coño, es lo típico que se vería en una peli futurista de los ochenta. Así que finalmente hemos alcanzado el futuro, aunque sea un futuro así. Algo es algo.

sábado, 23 de diciembre de 2017

Un viaje seguro

Está decidido, esta vez no lo pierdo. De un salto me subo a él y con gran satisfacción acomodo mis posaderas en un asiento vacío. Qué bonita se ve la plaza desde aquí. Lamentablemente, el guardia me dice con muy malos modos que me baje del vagón, que el monumento al metro se mira, pero no se toca.

viernes, 22 de diciembre de 2017

En resumen

Por no molestar, uno desea pocas cosas. Pero ni siquiera éstas se cumplen.

jueves, 21 de diciembre de 2017

Reconstrucciones

—¿Hay algo de mi cuerpo que cambiarías?
—No, me pareces perfecta.
—Venga, sé sincero. Prometo no enfadarme.
—Bueno, pues en ese caso te pondría el culo de Alexis Ren, las tetas de Emily Ratajkowski y la cara de Barbara Palvin.
—Vamos, que me cambiarías entera.
—No, no: tus tobillos son insuperables.

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Acerca de la libertad

—¿Es posible ser libre?
—Sólo en ciertas condiciones de cautividad.

martes, 19 de diciembre de 2017

Dolencias

—Tengo inflamadas las tetas nasales.
—Los senos.
—No seas tan remilgado, que hay confianza.

lunes, 18 de diciembre de 2017

Del dinero

Miro mi cuenta bancaria y me acuerdo de aquel tipo que me llamó «autor multipremiado por las instituciones». Ni las instituciones mentales, oiga.

domingo, 17 de diciembre de 2017

Del invierno

Frío. Camino por la calle con el cuerpo encogido en un intento fútil de conservar el calor. Esto no puede ser sano. Mi corazón bombea sangre caliente para evitar mi muerte, pero los pulmones se me llenan de aire gélido en cada respiración. El ser humano no está ya preparado para estar a la intemperie, por muchas capas de ropa que se ponga. Al menos, no yo, que quiero regresar a mi cueva civilizada, acogedora y cálida y dormir hasta que llegue la primavera.

sábado, 16 de diciembre de 2017

La huelga de los electrodomésticos

Primero se estropeó el frigorífico y, un par de meses después, la lavadora. ¿Solidaridad entre electrodomésticos? ¿Una enfermedad contagiosa para las máquinas? Quizá simplemente obsolescencia programada, aunque maravilla tal nivel de coordinación. Tal vez se trataba del fin de la civilización, que, por algún extraño motivo, comenzaba en mi cocina.

viernes, 15 de diciembre de 2017

Taras

Sabes que haces las cosas fatal cuando compruebas que los psicópatas están más integrados que tú.

jueves, 14 de diciembre de 2017

Atrapar el tiempo

¿Atrapar el tiempo? Sí, tiene usted razón, algo de eso hubo. Pensaba que estaba en mi mano, pero no era cierto. Mi mano estaba vacía y mis bolsillos también. Creo que es más sencillo atrapar el tiempo si dispones de dinero para ello. Porque la vida es aquello que se marcha mientras haces planes, que decía Lennon. Y los planes sólo los puedes llevar a cabo con dinero. Salvo que planees pasar hambre, claro. Supongo que la mejor manera de atrapar el tiempo era practicar el ascetismo.

miércoles, 13 de diciembre de 2017

Distintas realidades

Es extraña la complicidad. Un día hablábamos con una cercanía que hoy sería imposible. Desnudos, nos contábamos nuestro día. Formábamos parte de la vida del otro. Y nos parecía normal, aunque esto no había sido siempre así. Luego dejó de serlo. Sólo un paréntesis. Distintas realidades que se suceden sin tiempo a pensar en ello.

martes, 12 de diciembre de 2017

Mensajes optimistas

Todo es una mierda y sin embargo hay motivos para la esperanza.

lunes, 11 de diciembre de 2017

Leves disonancias (2)

Tengo una novela inservible en un cajón, así que tendré que escribir otra. Y luego otra. Y así hasta que suceda algo.

domingo, 10 de diciembre de 2017

Leves disonancias

La vida llena de emociones del escritor. Bueno, de determinado tipo de escritor. Hemingway, por ejemplo, sí que vivía aventuras. Yo, por el contrario, me paso el día entre cuatro paredes, lo que, siendo sincero, es agradable ahora que hace frío en la calle. Aunque podría estar en algún país que disfrute de agradables temperaturas en este momento. No importa. No hay presupuesto. No tengo recursos. Mis recursos nacionales, que decía Ginsberg. He llamado a la puerta de veinte editoriales y 2017 se termina. Nadie responde. Yo pienso en Ante la ley, de Kafka.

sábado, 9 de diciembre de 2017

Las piedras

Uno rebusca en el montoncito de las excusas y no encuentra nada nuevo. Todo está gastado. Por otro lado, tanto uso hace que estén bien pulidas, sin aristas, como piedras de río (del río de la vida, supongo). Son excusas suaves que da gusto tener en la mano. Pero no valen para mucho más.

viernes, 8 de diciembre de 2017

Pensando en el futuro (2)

Mucho tiempo después:
—Si no tenemos hijos, ¿quién cuidará de nosotros cuando seamos viejos?
—¿Otra vez, Sonia? ¡Los robots!
Ella ríe y deja de pensar en el futuro. Al menos, por ahora.

jueves, 7 de diciembre de 2017

Pensando en el futuro

—¿Quién cuidará de nosotros cuando seamos mayores?
—Los robots, claro.

miércoles, 6 de diciembre de 2017

Presencia en las redes

Hay que tener presencia en las redes. Y no una presencia residual como la mía, no, sino una constante, como la de algún presentador estrella de la televisión. Ni siquiera hace falta que sea buena, lo importante es figurar y que se queden con tu nombre. Al fin y al cabo, todo el mundo conoce a Charles Manson o a Bin Laden.

martes, 5 de diciembre de 2017

Literatura imperial

—¿Le gustaría ser el escritor de cabecera del emperador?
—¿En qué consistirían mis funciones?
—Tendría usted que estar siempre disponible para escribir historias cuando el emperador lo requiera.
—Puedo hacerlo. ¡Estoy lleno de ilusiones e imaginación!
—Piense que las responsabilidades del emperador a menudo le provocan un sueño intranquilo y...
—¿Se despierta convertido en un monstruoso insecto?
—No: se desvela y necesita que el escritor imperial le cuente una historia novedosa. Por este motivo estará usted obligado a pasar las noches junto a la cama del emperador, pendiente de su sueño.
—No pensaba que lo de «cabecera» fuera literal.
—Ajá, la incomodidad del puesto le causa reticencias, ¿no?
—Ni mucho menos. Pasarme la noche entera de pie junto a un monarca que duerme y tener alguna historia siempre preparada en el magín es una bicoca. ¿Qué escritor renunciaría a un techo garantizado?

lunes, 4 de diciembre de 2017

De cuando quise trabajar en una librería

Buenos días.

Soy Gabriel Noguera, autor local y apasionado de los libros. Le envío mi currículum con la esperanza e ilusión del que estaría encantado de trabajar en su librería (de la cual vivo muy cerca). Creo que encajaría bien, pues conozco tanto los clásicos como las novedades del mundo literario. Sé diferenciar entre el tuitero Defreds y Defred (u Offred) de El cuento de la criada. No me atrevo a afirmar que conozco la identidad de Elena Ferrante, aunque he leído algunas teorías al respecto, y estoy preparado para vender cualquier nuevo inédito que le publiquen a Bolaño y todos los libros que le escriban al Rubius.

Atentamente,
Gabriel Noguera.

domingo, 3 de diciembre de 2017

La conducción

A veces pienso que habría sido buena idea aprender a conducir. Quizá me habría acercado a la normalidad. Luego recuerdo que las carreteras ya son lugares peligrosos sin mi colaboración y se me pasa.

sábado, 2 de diciembre de 2017

El eterno retorno

Empezar el año de una manera y acabarlo igual. Esto se podría ver con optimismo, pues significa que no hemos empeorado. El problema es que la situación inicial era bastante lamentable. Pero no importa, sólo se ha perdido un año más, nada de importancia. Además, las costumbres están para conservarlas.

viernes, 1 de diciembre de 2017

Electrodomésticos

Viene el técnico del frigorífico (por fin) y, muy apresurado, dice que esto se soluciona bajando la potencia: del dos al uno. Ya no funciona a tope todo el rato, ¿ves?, me dice contentísimo. Claro, porque se apaga por completo si le bajamos la potencia, le digo yo. Pero él me asegura que esta solución puede ser excelente y que me llamará el lunes para preguntarme cómo va el asunto.

jueves, 30 de noviembre de 2017

Mi yo universitario

Mi yo universitario, que no se presentaba a concursos ni mandaba escritos a editoriales, pensaba que el mundo literario lo acogería con los brazos abiertos. No puede ser tan difícil, pensaba muy ufano, todo llegará con el tiempo. Quién pudiera recuperar la inconsciencia de la juventud.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

La patria

Hay quien concibe la patria como una prisión para sus habitantes, una extraña prisión que has de amar por miedo a represalias. Decía Maquiavelo que es difícil ser amado y temido al mismo tiempo, por lo que es más seguro ser temido. Sin embargo, los patriotas se empeñan en alcanzar el amor a través del miedo. ¿No podrían al menos optar por el síndrome de Estocolmo?

martes, 28 de noviembre de 2017

Un artista incomprendido

Era un actor del método tan obsesionado con el realismo que se meaba y cagaba siempre en sus escenas de muerte. Enfadaba a toda la producción, por mucho que explicara que los esfínteres se aflojan al fallecer.

lunes, 27 de noviembre de 2017

Reclamaciones

Vengo a presentar una reclamación. Mi queja, fundamentalmente, tiene que ver con la muerte. Por qué hay que morir, esto hay que plantearlo de otra forma, hagan algo, yo quiero vivir para siempre. ¿Cómo que la muerte no es responsabilidad del ayuntamiento? ¿Para qué pago impuestos, entonces? Si resido aquí, está claro que son ustedes quienes tienen que hacerse cargo de mi muerte. Y quiero que la eviten o, al menos, la pospongan muchos años.

domingo, 26 de noviembre de 2017

Mis miedos y yo

Toda la vida juntos y no colaboráis conmigo, temores. Ningún consejo bueno y un montón de mentiras. Sois ese tipo de parásitos incapaces siquiera de preservar al huésped. Si por vosotros fuera, estaría muerto. Pero quizá os pasa como a mí, que os detestáis y queréis desaparecer.

sábado, 25 de noviembre de 2017

El deseo de juventud

Me gustaría un corte juvenil, le dijo al peluquero. Éste lo rapó y le dijo: ya está, como un recién nacido.

viernes, 24 de noviembre de 2017

Batallas perdidas

Lo mío son las batallas perdidas, pero es preferible así. No sabría gestionar victorias, no estoy acostumbrado.

jueves, 23 de noviembre de 2017

Liderazgos

—Todos podemos ser líderes.
—Perdone, pero eso es imposible: si todos somos líderes, ¿quién nos sigue?

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Gente positiva

—Hacerse viejo no es tan triste, piensa que la juventud sólo la pierdes una vez. Si fuera repetidas veces...

martes, 21 de noviembre de 2017

La felicidad

—Se equivoca usted al afrontar el problema de la felicidad, su actitud no es la correcta.
—Ya imaginaba que era culpa mía, sí. ¿Qué tengo que hacer?
—Muy sencillo: ser feliz es muy complicado y no está al alcance de cualquiera. El secreto está en convencerse de que ya lo es y no molestarse con alcanzar esa dichosa entelequia.

lunes, 20 de noviembre de 2017

La tristeza

Diríase que mi estado natural es la tristeza y que vuelvo siempre a ella igual que alguien regresa cada día a casa. Pero hablamos de una casa inhabitable, con corrientes de aire, humedades y fantasmas que recorren sus pasillos por la noche, llenándolo todo de lamentos.

domingo, 19 de noviembre de 2017

Edades oscuras

Recuerdo muy bien mi adolescencia. Aquella época sigue siendo mucho más real que casi toda la posterior. Es como si aún viviera allí, a pesar de todo el tiempo transcurrido, a pesar de la juventud perdida.

sábado, 18 de noviembre de 2017

El tiempo

Dos crisis de ansiedad en un año. Y ambas por lo mismo: el tiempo, que se agota. Se agota para vivir y para cumplir los plazos. Pero para pasarlo mal todavía queda tiempo de sobra, al parecer.

viernes, 17 de noviembre de 2017

Vejeces prematuras

Recuerdo estar paseando por el patio del colegio y pensar: «Me estoy haciendo mayor: ¡ya tengo seis años!».

jueves, 16 de noviembre de 2017

Refugios

—De pequeña me gustaba mucho esconderme en el armario y bajo la cama.
—Tenías vocación de monstruo, vaya.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Un cumpleaños singular

Como era su cumpleaños, Adela decidió estrenar unos preciosos calcetines verdes. Pensó en no ponerse nada más para que destacaran, pero recordó que los hombres eran muy prosaicos y se fijaban en otras cosas cuando una mujer salía desnuda a la calle. Probó con un vestido de flores muy bonito, pero al final optó por lo práctico y se puso uno de tejidos. Era un estupendo día de marzo y eso que estaban en septiembre (quizá el tiempo era disléxico y no había leído bien la palabra «martes»). Se topó en una esquina con su ex novio, que se decía escritor, pero más bien era excretor de pasajes que no interesaban a nadie.
—Qué haces ahí parado como si fueras un bolardo —le dijo ella con voz cantarina.
—Roberto Bolardo —contestó él.
—Aunque en realidad tienes más aspecto de árabe que de útil obstáculo antiterrorista.
—Es verdad, no soy óbice para la yihad —contestó él apesadumbrado.
—A pesar del alumbrado —rimó ella.
—¿Qué?
—No, nada. Ven conmigo a resolver crímenes.
Era la tercera oferta que recibía esa mañana, así que tenía que ser una señal del destino, que siempre llama tres o cuatro veces cuando se trata de algo que no te va a cambiar la vida.
—Acepto —dijo él con aires del Himalaya (es decir, de hombre de mundo).
—Normalmente trabajo con mi hijo, pero ahora mismo se encuentra en la escuela y yo siempre digo que la educación es muy importante, así que tendré que conformarme contigo.
—¿Resuelves crímenes con tu hijo? Me parece una labor demasiado peligrosa para un niño.
—Oye, Indiana Jones tenía un ayudante niño en El templo maldito. Tapón, se llamaba.
—Claro, pero eso era porque como buen occidental subcontrataba mano de obra infantil en Asia.
—¡Eres imposible!
—¡Y, sin embargo, existo!
—No perdamos el tiempo en discusiones, que no he desayunado. Una madre tiene el derecho constitucional de recabar la ayuda de su hijo en la lucha contra el crimen, ¿no has leído obras infantiles?
—Vale. Sólo una cosa.
—Dime.
—¿Qué crees que fue de Tapón? ¿Lo metió Indiana en un orfanato? ¿Lo adoptó la rubia? ¿Murió?
—Yo creo que volvió a Shanghái y años después luchó contra los japoneses. Historia que Hollywood debería utilizar algún día, sobre todo en esta época de remakes, secuelas y precuelas en la que vivimos.
—Eres una mujer sabia.
—A la par que atractiva.
Fueron al puerto con la esperanza de capturar algún cargamento de contrabando. Mobiliario, a ser posible, que ambos querían renovar sus respectivos hogares. Pero no. El crimen organizado buscaba ahora lugares menos evidentes para cometer sus fechorías, lo que dificultaba notablemente la labor investigadora de gente sin licencia.
—¿Y si requisáramos unas gambas de algún barco pesquero? —preguntó él.
—No me seas glotón; no hacemos esto por beneficio propio, sino por contribuir a la concordia social.
—Perdona, había olvidado la importancia de las gambas para el statu quo.
—¡Esto no puede ser! —se lamentó Adela—. ¿Qué es un cumpleaños sin algún crimen que resolver?
—Podría asesinar yo a alguien, si quieres.
—Eres muy amable, gracias por intentar ayudar. El problema de tu oferta es que entonces sabría que tú eres el asesino y ya estaría todo resuelto.
—No te falta razón. ¿Y si nos separamos y provoco que me asesine algún desconocido?
—Eso ya sería más útil, pero tengo por costumbre no mezclar trabajo y placer.
—No sé cómo tomarme eso.
—Era broma, tonto. Lo que quería decir es que prefiero que los asesinados sean desconocidos, por aquello de los recuerdos y la sentimentalidad. Y el papeleo. Cuanto menos sepa de la víctima, menos hay que redactar.
—Eres una mujer práctica.
—A la par que atractiva.
—Sí, lo has dicho antes.
—Nunca está de más recordarlo. ¡Corramos!
Corrieron despavoridos. Él no sabía de qué huían, pero pensó que era de mala educación preguntar. Varios kilómetros después se detuvieron bajo un abedul. Estaban empapados en sudor y en diversas salsas que les habían arrojado al pasar junto a un restaurante.
—¿Has visto? Nada mejor para la salud que correr por tu vida sin motivo aparente.
—¿Entonces no nos perseguía nadie?
—¿Quién puede afirmar eso? Hay otros mundos, otras dimensiones. Es posible que en todo momento nos sigan fuerzas hostiles que quieren acabar con nosotros, pero no nos damos cuenta porque son invisibles. Correr de pronto es buena manera de despistarlas.
—No se me había ocurrido nunca.
—Ahora no dejarás de pensar en ello. Sobre todo por las noches. Espera, ¿qué es eso?
Esperaron en silencio durante cuarenta y cinco minutos. Él miraba a Adela, ella tenía los ojos cerrados, como si estuviera meditando. Por fin, los abrió de nuevo y, con una gran sonrisa, declaró:
—De aquella tienda viene una música inaudible. Eso es sospechoso.
—¿Cómo puedes oír algo inaudible?
—Prestando atención, claro. Vamos, tenemos que investigarlo.
Entraron en la tienda, que ofrecía bienes materiales de toda índole. La regentaba un oriental que con gesto hosco mordisqueaba una cebolla.
—Días buenos —anunció.
—Buenos días —contestó Adela—. Dígame, simpático vendedor, ¿qué música es esa tan bonita?
—Aquí no haber música, cliente ser loca peligrosa que avergonzar humanidad entera.
—¿Qué manera es esta de tratar a los clientes? ¡Usted no es un auténtico vendedor, pues ninguno estropearía una posible venta por una discusión musical!
—Ser verdaderas las palabras de la atenta cliente —sollozó el asiático, aunque quizá la cebolla influyera—. Música ser de Leonard Dylan, de la dimensión añil.
—Sabía que el oído interno no me engañaba. Entonces estos caramelos del mostrador son holísticos, ¿verdad? Con sabor a totalidad.
El oriental asintió con rostro compungido.
—Imagínate que los niños los comieran y lo supieran todo —dijo Adela mirando a su ex novio—: ¡miles de maestros irían al paro! ¡Y contestarían a sus padres en casa! Los niños, no los maestros.
—Sería terrible, sí.
—Los confiscamos —dijo dirigiéndose de nuevo al dependiente—. Y agradezca que no le cerremos la tienda.
—Desconocida entrometida ser justa y compasiva —contestó mientras entregaba los caramelos.
Con la satisfacción del deber cumplido (un calorcito muy agradable en pecho, orejas y entrepierna), abandonaron el pequeño comercio y se sentaron a la sombra del abedul.
—Esto ya parece un cumpleaños como es debido —dijo ella llevándose un caramelo a la boca—. ¿Quieres ver ovnis un rato?
—Eres una mujer extraña.
—A la par que atractiva.
—También, sí.

martes, 14 de noviembre de 2017

Un ejercicio cipotudo

Caía la tarde y el siroco nos abofeteaba el rostro mientras apurábamos unos tragos de aguardiente en la tasca de Marcial. «A ver si arreglas las ventanas, coño», profirió uno de los habituales, y nosotros celebramos la ocurrencia por aquello de la hermandad etílica. Quizá Marcial contaba con replicar, pero no tuvo oportunidad para ello, puesto que nuestra atención pasó a una real hembra que decidió entrar justo en ese momento por la puerta. Se hizo el silencio mientras la muchacha balanceaba las caderas armoniosamente en busca de un asiento en el que aposentar esa grupa de concurso. Yo no llevaba puestas las botas de montar, pero me dije que a esa potrilla tenía que domarla. Como sabía que mis compañeros de barra pensaban lo mismo, me adelanté a ellos conminándolos con un gesto a seguir sentados y me dirigí a la señorita con el aplomo del que se ha jugado la vida repetidas veces frente a la página en blanco. Quise presentarme, pero no hizo falta: me había leído. Es más, portaba un artículo mío dentro de un colgante que descansaba sobre el nacimiento de sus poderosos pechos. «Siempre lo leo cuando me falta el aire», me confió con un mohín de tristeza. «¿Con esos pulmones?», bromeé. Se sonrojó y soltó una risita. La cosa estaba hecha. Notando las miradas envidiosas de mis amigos clavadas en la nuca, le propuse a la atractiva dama que nos encerráramos en la alcoba para inyectarle de urgencia unos decalitros de cálido y nutritivo esperma. «Serán decilitros», repuso ella. «Yo sé lo que me digo, nena», contesté mientras me recorría la sien una solitaria gota de sudor, aunque bien podría haber sido de semen. Cogidos del brazo, nos marchamos de allí sintiéndome orgullosísimo de mi victoria. Ya tenía tema para mi columna semanal.

lunes, 13 de noviembre de 2017

La convicción

Mi poder de convicción es ínfimo, pero es lógico esto. Si no puedes engañarte a ti mismo, ¿cómo pretendes convencer a otros? Claro que, por otro lado, convencer a otros tendría que ser más sencillo que engañarte a ti mismo. Al fin y al cabo, ya te conoces bien y sabes que no estás siendo sincero contigo, mientras que los demás no saben nada de ti y no tienen motivos para desconfiar. Es complicado esto.

domingo, 12 de noviembre de 2017

Prohombres

Nadie quería ir a las fiestas de Winston Churchill, pues no ofrecía a sus invitados más que sangre, sudor y lágrimas.

sábado, 11 de noviembre de 2017

Entender el mundo

«Yo no entiendo el mundo» quizá sea una afirmación ingenua, pero es honesta. No soy capaz de ponerme en el lugar del mafioso de turno que maneja los hilos. ¿Cómo puede alardear de honestidad? ¿Cómo puede dormir bien por las noches? Pero quizá el secreto esté en amarse sobre todas las cosas. Yo intento hacer las cosas con honradez y aun así me detesto, así que...

viernes, 10 de noviembre de 2017

Carreras

—Háblenos un poco de su trayectoria.
—Es descendente.

jueves, 9 de noviembre de 2017

La calle de la lencería

La calle Larios va camino de convertirse en la calle de la lencería, para regocijo de los que estamos enamorados de ésta. Digo esto no porque las mujeres se paseen en ella, lo que estaría muy bien, sino por la proliferación de tiendas dedicadas a la venta de estas deliciosas prendas. Creo que hay seis o siete, entre las que ya están abiertas y las de próxima apertura. ¿Hay tanta demanda? La lógica capitalista dice que sí. ¿Es buena tanta concentración? Supongo que la respuesta también es afirmativa, puesto que facilita la comparación de prendas y tarifas. Todos salimos ganando en esta epidemia de ropa interior.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Tierra de nadie

Siempre he existido en tierra de nadie, atrapado en el fango entre dos fronteras o entre dos trincheras enemigas. Lo mío es la total indefinición, el no poder alcanzar ningún lugar. Me miro en el espejo los ojos, como dos charcos de mercurio en algún planeta deshabitado (¿quién podría habitarme?), y pienso en lo que la vida me ha dado y luego en lo que yo le he dado a la vida. Invertí en ella toda mi desesperación y sólo recibí lo mismo. Con ganancias. Y que esta desesperación se pierda aquí y no pueda llegar a buen puerto.

martes, 7 de noviembre de 2017

Krantz

Ahora Krantz pasea a solas por las calles de Montreal. Dónde se habrán marchado las chicas que perseguían Breavman y él, se pregunta. Quizá estén muertas también y descansen cerca de donde está enterrado Breavman. El viejo zorro siempre supo adelantarse.

lunes, 6 de noviembre de 2017

Creencias personales

Me gusta decir que soy escritor igual que un señor bajito al que le gustase decir que es alto. Porque es bonito soñar despierto y no tener que enfrentarse a la realidad.

domingo, 5 de noviembre de 2017

Intentonas

Intentarlo es lo único que sé hacer. Y seguramente lo estoy haciendo mal.

sábado, 4 de noviembre de 2017

Técnicas de seducción

El roce hace el cariño, dicen. Por eso ella decide provocar los encuentros con el cartero, del que está perdidamente enamorada desde hace tiempo. Así podrá tener conversaciones casuales con él en la puerta o invitarlo a pasar y tomar un café y que brote también el amor dentro de su corazón. Como no mantiene suficientes relaciones epistolares para este objetivo, empieza a enviarse a sí misma paquetes por correo. Eso sí, lo hace de manera anónima, sin poner remitente, para que el cartero no la tome por loca.

viernes, 3 de noviembre de 2017

El buen español

—Oiga, he creído todo lo que ustedes han dicho estos años a pesar de las apabullantes evidencias en contra. ¿No hay finalmente una recompensa para mí?

jueves, 2 de noviembre de 2017

Supersticiones y tradiciones varias

Noviembre ya, otro año que se termina. Yo me había propuesto cambiar mi historia con los años impares, pero el año me ha derrotado, como habría esperado alguien sensato. Ahora sólo queda esperar que 2018 sea uno de los buenos años pares, aunque ya me estoy viendo en ese noviembre escribiendo aquí que no. No importa, confiemos en la buena fortuna, alguna vez tendrá que suceder.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

De la eternidad

—¿Cree usted en la vida eterna?
—De algunas cosas. De la vergüenza, por ejemplo.

martes, 31 de octubre de 2017

Declaraciones intempestivas

—Dicen que los paralíticos sueñan que vuelven a andar. Yo sueño contigo.

lunes, 30 de octubre de 2017

Un cinco por ciento de realidad

Cinco panecillos integrales por un euro, dice un cartelito en el supermercado. Pero leo en los ingredientes que sólo contienen un cinco por ciento de harina integral, siendo el resto blanca. Por un momento me planteo comprarlos con una moneda de cinco céntimos y asegurar a la cajera que en realidad se trata de un euro.

domingo, 29 de octubre de 2017

Remedios

—La risa es la mejor medicina.
—Hombre, no sé, yo creo que un sifilítico prefiere penicilina.

sábado, 28 de octubre de 2017

La fibra

Me para un tipo para preguntarme si tengo fibra óptica en casa. Le digo que no e intento seguir mi camino, pero me detiene. Puedo tenerla por treinta euros, asegura. No podría pagarla aunque fuera sólo treinta euros al año, le respondo yo. Treinta eurillos al mes no es nada, contesta él con un hilo de voz. Treinta euros al mes son un señor dinero para mí, pero ¿cómo hacer que lo entienda? Si no tengo fibra es porque no puedo permitírmela, pero él parece creer que es porque nunca me ha parado nadie en la calle para ofrecérmela. Si esto fuera una historia ejemplar, ahora diría que apareció un señor de aspecto adinerado que se ofreció a contratarla por mí. «Ningún español sin fibra óptica, sobre todo si tiene cara de muerto de hambre como este de aquí». Pero no ocurre nada parecido. Simplemente le digo al tipo que no puede ser, que quizá en el futuro si me toca la lotería, y le dejo allí con su fibra óptica accesible para casi todos.

viernes, 27 de octubre de 2017

Diferentes perspectivas

Todo lo que escribo me parece fallido, sólo cuando pasa el tiempo y vuelvo a releerlo encuentro que no está tan mal (alguna vez hasta me parece bueno). Es un poco absurdo esto. De ser médico, seguro que pensaría que mis pacientes han muerto por mi culpa y me sorprendería de tanto en tanto al encontrármelos en la calle con buena salud.

jueves, 26 de octubre de 2017

Infraestructuras

No piense usted que me odio activamente, eso sería agotador. No, lo mío es un desprecio soterrado, como las vías del metro. Para no molestar a nadie, ya sabe. Aunque en el metro al menos ves gente, mientras que aquí sólo estoy yo.

miércoles, 25 de octubre de 2017

Un mensaje imposible

Oye, me he dejado el móvil en casa, así que no me escribas por aquí, que no puedo leerlo.

martes, 24 de octubre de 2017

Casi

Mi vida la define el «casi». Casi esto, casi lo otro. «Casi vivió» como epitafio. Y ya no sé si la culpa la tuvo la falta de capacidad o la de convicción.

lunes, 23 de octubre de 2017

Enfrentamientos

A menudo me miro en el espejo, pero no por narcisismo, sino para hablarme cara a cara. Me digo, por ejemplo: qué loco estás. Y mi reflejo me devuelve una sonrisa conciliadora.

domingo, 22 de octubre de 2017

Apuntes

Título para una novela: Ya nadie baila la lambada.

sábado, 21 de octubre de 2017

Un alto en el camino

Ahora que me adentro en la decrepitud y se hunden mis sueños de grandeza en los légamos del ayer, ¿ha llegado el momento de hacer balance? Cuando lo mío es el desequilibrio (mental, emocional, vital) y este funambulismo a través de los años es producto tan sólo de la casualidad. ¿Es esto la mitad de tu vida, Noguera? Si es así, tiene aspecto de área de servicio abandonada. ¿Qué rumbo llevas? Deja de palparte los bolsillos como si estuvieras buscando el mapa, ambos sabemos que saliste de casa sin él. Podrías preguntarle a alguien, claro, pero no parece que por esta carretera pase mucha gente.

viernes, 20 de octubre de 2017

Doble check azul

La quise muchísimo. Ella a mí no me quiso, pero creo que hubo momentos en que le gusté. Sin embargo, siete meses después, mi mensaje de felicitación sigue sin tener una respuesta. Por qué le caeré tan mal a esta chica, me pregunto. Es a ella a quien tendrías que preguntar, podría decirme alguien, pero creo que todas las normas de protocolo desaconsejan algo así. Alba una vez me dijo que tenía el don de irritarla con cualquier cosa que dijera y siempre he sospechado que esta habilidad mía no se limitaba a una sola mujer.
Es frustrante. Callar siempre para no molestar. La imagino el día de su cumpleaños, leyendo un mensaje de felicitación tras otro. Ve el mío y pasa de inmediato al siguiente, un mensaje que sí querrá responder. Es muy extraña la vida y, sobre todo, esta capacidad mía de ofender. Recuerdo una vez, hace siete años, que me llamó llorando y le estuve diciendo tonterías para animarla. Tal vez le recuerdo momentos de debilidad semejantes y por eso actúa así. O quizá simplemente hice algo que he olvidado. Puede que no sea buen cronista de mi vida y me engañe todo el rato.

jueves, 19 de octubre de 2017

En estos días

Hace diez años, más o menos por estas fechas, estaba yo cortando con mi novia de entonces, una chica que me detestaba (lo que ha sido la norma durante casi toda mi vida, por cierto). Ah, qué de cosas vividas a partir de aquel momento. Recuerdo que el maltrato al que me había acostumbrado me afectó a la hora de relacionarme con otras chicas después. Tuve que aprender que, a priori, no había necesariamente un comentario ofensivo esperándome a cada instante. De haber contado con ese conocimiento, seguro que me habría ido mejor con aquellas chicas. Ninguna mujer se enamora de la inseguridad de un hombre. Ni de la devoción que éste le muestra, supongo.
A veces me pregunto qué habrá sido de mi ex novia, si habrá madurado en esta década o seguirá siendo aquella persona tóxica. Lo último que supe es que se había casado en Inglaterra con un tipo de allí. Tal vez hace falta irse a otro país para cambiar de personalidad.

miércoles, 18 de octubre de 2017

La juventud aparente

«Quiero hacer una transferencia, ¿me costará dinero?», pregunto en mi banco. «Pues eso depende», me contestan, «¿tienes menos de veintiocho años?». Yo no sé si lo pregunta en serio o si se trata de una estrategia para fidelizar a los clientes a través del halago.

martes, 17 de octubre de 2017

En la calle

Una mujer china golpea con una barra de hierro a un hombre de raza negra mientras llama a gritos a la policía. Los transeúntes se limitan a mirar con cara de pasmo, excepto un hombre blanco que se mete entre los dos, ocasión que aprovecha el negro para montarse en una bici y escapar. Adiós, dice con sorna mientras se aleja en la bicicleta. Entonces el hombre blanco le dice a la china: llama a la policía, que voy a seguirlo. Un plan un poco raro, pensará la mujer, que ella ya lo tenía reducido y a su merced. Pero tengo que marcharme y me quedo sin saber cómo termina la historia.

lunes, 16 de octubre de 2017

Los problemas de la edad

A veces me miro en el espejo y pienso: tengo treinta y siete años, no es mala edad. Pero es mentira, tengo ya treinta y nueve. A mi edad, todos mis ídolos habían hecho un montón de cosas importantes. Leonard Cohen había publicado seis poemarios, dos novelas y cuatro álbumes de música. Dostoievski llevaba ya seis novelas. Neil Young tenía dieciséis álbumes, casi nada. A Kafka le quedaban menos de dos años para morir. Es evidente que mi ritmo no es el adecuado.

domingo, 15 de octubre de 2017

El frigorífico

Hay poca épica en un frigorífico estropeado. En principio, no es material novelístico. Habría que incluir algún otro personaje, quizá el técnico e improvisar algo vodevilesco. O bien hacer que la máquina se comporte de forma extraña. Que se convierta en una máquina del tiempo, por ejemplo, que era la idea original para Regreso al futuro. Viajar a otras épocas es un precio aceptable a cambio de no poder enfriar los alimentos.

sábado, 14 de octubre de 2017

Las personas reales

Y vivir aquí, a la sombra de las personas reales.

viernes, 13 de octubre de 2017

Todos los panes del mundo

—He decidido casarme con la panadera.
—Guapa chica, sí.
—Su belleza es lo de menos: yo pienso en el futuro, en asegurarme el pan de cada día.

jueves, 12 de octubre de 2017

Todos los planes del mundo

Yo tenía todos los planes del mundo, ¿sabe? Pero los perdí en algún momento, en el camino, al distraerme. Y luego no quise ponerme a recordarlos porque eso es lo que hacen los viejos, que viven siempre en el pasado. Todos los planes del mundo. Quizá no eran para tanto, en realidad. Pero cómo saberlo ahora.

miércoles, 11 de octubre de 2017

Patriotas del azar

Sentir orgullo por ser español tendría sentido si uno tuviera que esforzarse mucho para alcanzar la españolidad. Que uno dijera cosas como: «por fin he logrado la españolidad, me ha costado treinta años de duro trabajo». Estaría bien, por ejemplo, que tu nivel se determinara como en las artes marciales, según el color de tu cinturón. «Yo es que soy cinturón negro en españolidad, hijo de puta». Pero no: resulta que ser español es algo puramente accidental y que no requiere ninguna acción por tu parte. Patriotas del azar, que podría ser el título de una novela. O de un disco de música pop.

martes, 10 de octubre de 2017

El cumpleaños de Sonia

—Así que esto es la treintena —dijo Sonia.
—Sí, bienvenida por fin —respondí.
—No te emociones tanto, que tú la abandonas el año que viene.
—Te insultaría gravemente por ese comentario, pero estaría feo en el día de tu cumpleaños.
—Por eso aprovecho. ¡Hoy todo me está permitido!
—Tendrías que atracar el banco de la esquina.
—Tampoco exageremos. ¿Sabes una cosa? La verdad es que no me siento distinta a ayer.
—Claro, es que sigues siendo la niña más bonita del mundo.
—Gracias.
—No, gracias a ti por dejarme empezar cada día a tu lado y hacer que la vida merezca la pena.
—Qué bonito eso también.
—No soy capaz de imaginar la vida sin ti; quiero que envejezcamos juntos.
—Vale, pero me llevas bastante ventaja.

lunes, 9 de octubre de 2017

La realidad imita al arte

—¡Hola, cariño!
—¿Cariño? Te recuerdo que cortamos hace muchos años.
—Ya, pero he pensado que podríamos celebrar una reunión conmemorativa, como hacen las series de televisión en Estados Unidos a los veinte años de la emisión del primer capítulo y cosas así.
—Ah, entiendo. Recordar nuestra relación con la nostalgia propia de las ficciones televisivas. El caso es que lo nuestro fue cancelado cuando la actriz principal abandonó el rodaje de la tercera temporada porque no quería quedar encasillada en el mismo papel, así que mejor no revisitar aquellos momentos de acrimonia y desempleo amoroso.

domingo, 8 de octubre de 2017

El sistema

Se miró en el espejo, que le devolvió la nada. Por fin había dejado de tener rostro. Se había vuelto anónimo, como pedía el gobierno. Sólo un engranaje más de la maquinaria, para que el sistema pudiera funcionar correctamente.

sábado, 7 de octubre de 2017

La buena noticia

«Creo que eres el escritor con menos contactos del mundillo editorial en Facebook que conozco», me dijeron allá por 2011. La buena noticia es que por mí no pasan los años.

viernes, 6 de octubre de 2017

Desaceleración

Nada es urgente ya. Hubo un tiempo en que sí, pero ahora es tarde para corregir el rumbo, ¿qué importancia tienen las decisiones que tome uno en esa situación? De alguna manera es liberador. Sólo hay que sentarse y esperar a que el barco se vaya a pique.

jueves, 5 de octubre de 2017

Soñando

Soñé que Sonia y yo íbamos juntos al instituto, pero ya no era el mismo de mi adolescencia, ahora los pasillos parecían estar excavados en la roca o quizá las paredes estaban recubiertas de hormigón. Era difícil de determinar, la materia en los sueños a veces se presenta de forma poco clara. En cualquier caso, allí estábamos y ella tenía que acudir a clase de historia del arte, que por algún extraño motivo la impartía mi profesor de estética de la facultad, un tipo severo y antipático, pero no tenía el libro de la asignatura y, claro, esto podía provocarle problemas. No te preocupes, le dije, creo que en casa de mis padres todavía está el mío. Corte (y confección) y de pronto estoy en mi vieja habitación, buscando entre los libros de texto. Veo el de filosofía, el de inglés, pero no aparece el de historia del arte. Cuando por fin lo encuentro, se materializa de pronto en la habitación una bruja vestida de negro y terrorífica como en las peores pesadillas. Me dice que desista de mi empeño, que Sonia nunca tendrá este libro, suspenderá la asignatura y llevará una vida de penurias y frustraciones. De eso nada, vieja puta, dije yo y empezamos a forcejear por el libro. Me desperté sin entender el simbolismo de todo esto, si es que hay alguno.

miércoles, 4 de octubre de 2017

De la contabilidad

El dos de octubre de 2013 presenté en Málaga mi primer libro. Cuatro años ya y he vendido sesenta ejemplares, a quince por año. Me queda uno de contrato y cuarenta ejemplares por vender. Pero yo me metí en esto porque soy de letras, no de ciencias.

martes, 3 de octubre de 2017

Del olvido

Mis memorias serían muy discutidas, pues mis ex amantes no recordarían nada.

lunes, 2 de octubre de 2017

Ser español

Ser español es sentir vergüenza todo el rato.

domingo, 1 de octubre de 2017

La tradición

Paseando por un bosque, me encuentro una casa de madera que anda con patas gigantes de pollo. Lo que podría hacer aquí el coronel Sanders, pienso. La cabaña, que se balanceaba levemente, de pronto se sienta y de la puerta sale Baba Yaga.
—Esto de la homosexualidad no es propio de Rusia —me dice la vieja bruja—. Es influencia extranjera. Peor aún: extranjerizante. El país ha de mantenerse fiel a sus costumbres y tradiciones.
—Pero en Rusia siempre ha habido homosexuales, como en todas partes.
—Hum. Vale, puede ser, pero ahora lo muestran abiertamente. Y eso es un insulto. En Rusia respetamos al diferente, siempre que no se comporte como tal.
—¿Y qué pasa con las brujas?
—Las brujas nos escondemos en los bosques, joven, y somos diferentes en la intimidad. Nos atenemos a lo que hay y no tratamos de cambiar nada. Somos fieles a la tradición, a la Madre Rusia. ¿Por qué cambiar las cosas?
—Pero el mundo cambia; también Rusia. Ya no hay esclavos (más o menos), las mujeres pueden votar (en casi todos los países), se ha erradicado la viruela…
—Todas esas cosas son moderneces extranjeras. A mí me gustaría un país inmutable por los siglos de los siglos, anclado en un pasado sosegado y, lo más importante, conocido. ¡Cuesta tanto adaptarse a los cambios! Yo quiero un país antiguo y cómodo.
—Cómodo sólo para algunos.
—Yo quiero un país a mi medida, joven —sentencia la anciana señalándome, amenazadora, con su huesuda mano—, no a la medida de todo el mundo.

sábado, 30 de septiembre de 2017

Pornoterrorismo

Leo en el periódico que David Cameron, el primer ministro británico, le ha declarado la guerra al porno. Al parecer, el hombre quiere que en los hogares británicos esté vetado el porno por internet a no ser que el pater familias, por ejemplo, se declare pornófilo (supuestamente, en listas secretas, aunque nunca se sabe). Sólo entonces podrá conectarse ese hogar libremente a la red y ver qué novedades hay en el mundo de la pornografía. No se ha dicho nada de que te manden un cura (o rabino o sacerdote equivalente) para convencerte de que abandones tus ideas desviadas, pero quién sabe, quizá esté en la letra pequeña de la ley. La excusa para todo esto, como es habitual, es proteger a los niños. Los niños, que son ingenuos e inocentes y a los que el porno corrompe. Instauremos una ley seca de porno y las risas candorosas de los niños nos acompañarán al cielo. Cameron tuvo una adolescencia muy rara si no se da cuenta de que lo prohibido le da mejor sabor al asunto. Yo, cuando tenía trece, catorce, quince años sólo accedía a la pornografía de forma clandestina. Qué momentos de rebuscar en las cintas VHS de mi padre en busca de la última de Canal Plus. Ay, Ashlyn Gere, aquel momento en que tú y yo nos conocimos. Y comentarlo luego con los amigos en el recreo. Había uno que decía que coleccionaba películas de Rocco Siffredi, lo que a mí me parecía muy raro, ¿qué interés había en seguir las andanzas follatorias de otro hombre? Pero el caso es que el porno era maravilloso, el porno era un arte y había que ingeniárselas mucho para conseguir acceder a él. Cuarenta años en el desierto para alcanzar la Tierra Prometida y masturbarse con fruición con todos los sentidos en alerta, no fuera que apareciera tu madre para preguntarte si querías merendar algo. Luego uno se hizo mayor y llegó internet y todo el asunto fue más sencillo: todo quedó al alcance de la mano, y nunca mejor dicho. Los chavales de hoy en día no saben lo afortunados que son y me maravilla que consigan aprobar alguna asignatura. Ahora Cameron pretende que el Reino Unido regrese a una época más oscura, pero el porno es una fuerza vital de lo más poderosa. Seguramente se creen redes mafiosas de tráfico pornográfico en los centros de enseñanza. Circularán de mano en mano pendrives cargados de los mejores vídeos que se pueden descargar en, por ejemplo, Irlanda, que Tim ha estado una semana allí. Esto, como siempre, beneficiará sobre todo a las clases altas, con capacidad económica para salir del país y volver con alijos de porno que luego venderán por altas sumas a los chavales de familias trabajadoras. Otra forma más de opresión, como era de esperar de un gobierno de derechas.

Escrito hace unos años para El mirador de Torremolinos, una web que ya no existe.

viernes, 29 de septiembre de 2017

Los patriotas

El español medio asiste casi a diario a los discursos de los patriotas y no entiende nada. Porque uno pensaría que el sueño de un patriota es que su país sea un modelo a imitar y envidia del resto del mundo. Pensaría, por tanto, que el patriota está interesado en mejorar su patria y quiere que sus conciudadanos vivan bien, ya que forman parte de ese país que tanto dice amar él. Lo lógico es pensar que le interesa que España sea un estado moderno, vaya. Pero esto sería la teoría, claro, porque luego muchos españoles ven al patriota bajarle los pantalones al país cuando viene un magnate a exigir que se cambie la legislación para que instale aquí sus casinos. A lo mejor es que el patriota es sólo patriota de su bolsillo y España, ese concepto del que tanto habla, no es más que un solar a vender o alquilar, piensa el mal español. Porque el buen español no duda. El buen español ignora la realidad y acepta la versión oficial. Poco importa que en el exterior se dé imagen de país de pandereta y que no se beneficie en nada a la sociedad española. La duda es antipatriótica. ¿Que se favorece a un magnate extranjero? Pues eso será, señor mío, porque el magnate extranjero en realidad es español, aunque no lo sepa. De hecho, es más español que los españoles y por eso se le da más. ¿Que se desahucia a españoles? Pues eso será porque en realidad no lo son aunque ellos crean que sí. Haber puesto un casino en vez de pedir una hipoteca, hombre, eso le pasa por egoísta.

jueves, 28 de septiembre de 2017

El tamaño importa

—¿Cómo puedes llamarte escritor cuando el número de tus lectores es incluso menor al de la gente que vive en tu calle?
—Oye, piensa también que al menos supero a los municipios menos habitados de España.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

Muertes dignas

Leo en el periódico que un turista británico murió en Sri Lanka al ser atacado por un cocodrilo. Al parecer, el hombre se acercó al río para lavarse las manos después de cagar. Qué pasaría por la cabeza de ese hombre en esos breves últimos segundos. Quizá que la naturaleza no entiende de dignidad.

martes, 26 de septiembre de 2017

La propia piel

Hay gente que está encantada de conocerse a sí misma y otros, en cambio, no nos perdonamos ni una. Tiene que ser genial sentirse siempre acertado, perfecto en cada situación. Yo vivo con mi personalidad como alguien que ha de vestir siempre un traje incómodo y ni siquiera puede acostumbrarse con el tiempo. El traje no da de sí, la incomodidad nunca deja de estar presente.

lunes, 25 de septiembre de 2017

Los evangelios perdidos

Jesús era Dios y hombre. Por lo tanto, parece razonable pensar que se masturbó en alguna ocasión. Los cristianos dirán que no porque esto sería pecaminoso y blablablá. Pero alguna polución nocturna tendría, que ya hemos establecido que era hombre y la naturaleza manda. Imaginemos ahora a la Virgen María lavando la sábana que el adolescente Jesús ha manchado de semen. Una secreción divina que no podría eliminar (sobre todo con los detergentes de la época). ¿Dónde están los adoradores de esta otra Sábana Santa?

domingo, 24 de septiembre de 2017

La venda en los ojos

Cruzo un paso de peatones y me percato de que en un coche, sentada junto al conductor, hay una chica con una venda cubriéndole los ojos. Por un momento pienso que se trata de un secuestro, pero se muestra demasiado serena. ¿Quizá se sacrifica por un ser querido? Parece improbable, ha de ser ese típico numerito romántico de las películas. El conductor es seguramente su pareja y le quiere dar una sorpresa, de ahí la necesidad de que no contemple el trayecto. ¿Cómo sabríamos vivir si no fuera por las películas?

sábado, 23 de septiembre de 2017

Los rostros de la editorial

Hay una editorial que, para valorar manuscritos, exige que el autor envíe también una foto reciente. Uno se pregunta por qué será esto. ¿Querrán comprobar que los aspirantes tienen aspecto de escritores? ¿En qué consiste una cara publicable? ¿Buscarán sólo autores guapos y glamurosos? Es todo muy extraño.

viernes, 22 de septiembre de 2017

Otra retrospectiva

Leo un correo electrónico que envié hace diez años: «Querida Elisabeth, te escribo con ánimo redentor de todas mis faltas, que no son pocas. Hoy es 24 de agosto de 2007 y apenas luce el sol. Leo compulsivamente, quizás para olvidar que no vivo, aunque cada vez que paso una página del libro de turno tengo la sensación de estar pasando otra página no vivida. No sé. Posiblemente la vida es sencillísima, pero un impulso trágico lleva a complicarla. ¿Qué mérito tendría vivirla si no fuera así? Y otras frases tontas». Reconozco la misma angustia, la misma ingenuidad, pienso. Pero no es verdad. No es la misma ingenuidad, pues entonces todavía esperaba cosas de la vida que ahora ya sé imposibles. Sigo intentándolas porque es demasiado tarde para corregir el rumbo. Mejor un impacto directo para que nos vayamos a pique rápidamente.

jueves, 21 de septiembre de 2017

Crecer

En general, aquellas chicas que amé son ahora mujeres que me detestan.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Las expectativas

Lo peor de envejecer es que te quedas sin tiempo para convertirte en un joven exitoso.

martes, 19 de septiembre de 2017

Minutos de la basura

Treinta y nueve años ya. Me acerco de manera inexorable a los cuarenta y sigo sin ser lo bastante buen escritor. No creo que vaya a serlo nunca. Me equivoqué de vocación, un error trágico con el que tendré que convivir el resto de mi vida (de la que cada vez queda menos).

lunes, 18 de septiembre de 2017

La pausa

Por la mañana, sentado en el sillón, leyendo. Reina el silencio. Podría no existir nada más en el mundo. Nadie sabe que estoy aquí. Un momento de paz y tranquilidad antes del desastre.

domingo, 17 de septiembre de 2017

Favoritismos

Hace un par de meses ayudé a una vecina de cierta edad a subir el carrito de la compra por las escaleras, dado que el ascensor estaba estropeado. Me dio las gracias y ahí acabo el asunto. En principio, pues el otro día volvió a averiarse el ascensor, pero en esta ocasión fue mi compañero de piso quien la ayudó. Para mi sorpresa, a los pocos minutos, la señora llamó a nuestra puerta para hacerle entrega de una lata de cerveza como agradecimiento. Estuve tentado de reclamarle a la vieja bruja mi cerveza por los servicios prestados, pero supuse que no habría quedado elegante.

sábado, 16 de septiembre de 2017

Diferentes lirismos

—Esa chica era la Rimbaud del sexo anal.
—¿Tan buena?
—Y precoz.

viernes, 15 de septiembre de 2017

El anhelo

Son maravillosos los planes que uno puede hacer mientras no se impone la triste realidad. Hay que atesorar esos momentos, esos momentos en los que los sueños parecen aún posibles.

jueves, 14 de septiembre de 2017

Todo previsto

—No hay que preocuparse de nada: la revolución será póstuma.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Aquellas relaciones

Creo que en Bored to death decían algo así: «Primero las enamoramos y después las decepcionamos». Mi caso era parecido, pero sin pasar por la primera fase.

martes, 12 de septiembre de 2017

Ensayos y errores

Bebía con la idea de infundirme valor para hablar, pero luego sólo decía tonterías por culpa del alcohol. Opté finalmente por regresar al silencio.

lunes, 11 de septiembre de 2017

Odiseas cotidianas

«Cariño, esta noche Ulises cegará a Polifemo» como eufemismo de sexo anal.

domingo, 10 de septiembre de 2017

Internet

—No me gustan los problemas, nunca antes me había peleado con alguien por email. 
—Yo no sé en qué mundo vives, si internet es porno y discutir con desconocidos.

sábado, 9 de septiembre de 2017

El Nobel

—Podemos tener un hijo si ganas algún premio que conceda mucho dinero.
—Eso va a ser imposible, que cuando me den el Nobel con ochenta y nueve años ya tendré los testículos marchitos.
—Has dicho: «cuando me den el Nobel». Vamos, que lo ves factible.
—Claro, porque tengo cincuenta años para ello y en medio siglo todo es posible. Cuando queden diez años de plazo, ya te diré que no.

viernes, 8 de septiembre de 2017

Disyuntivas

Imaginemos que tuviéramos que elegir entre Hitler y Stalin para compañero de piso. Creo que Hitler sería mejor, pues bastaría con darle una habitación con vistas al este para que no reclamara más espacio vital. Además, al ser abstemio, no te robaría las cervezas del frigorífico. Y no fuma. Eso sí, estaría todo el día dándote el coñazo con que si los judíos esto y los judíos aquello.

jueves, 7 de septiembre de 2017

Un premio importante

«¿Te imaginas que ganaras tú?», me pregunta Sonia. «Sería tan bonito. Cambiaría tu vida para siempre y podrías dejar todos estos problemas atrás». Sí, pienso yo, precisamente por eso es imposible.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

De los errores inevitables

Uno quisiera corregir todas las erratas que se dejó en el pasado, pero es imposible. A lo sumo, puedes escribir una nueva versión y ver si cuela entre tus allegados, lo que es un plan absurdo. Ya conocen la versión anterior, ¿cómo vas a convencerlos ahora de que aquello no era válido? Haría falta un poder de convicción del que careces.

martes, 5 de septiembre de 2017

Volver al silencio

Septiembre. Ya no queda tiempo material para publicar este año. Saqué Historia de la literatura secreta en 2013 y Fuera de trama en 2015, así que tocaba de nuevo este 2017, pero ya no podrá ser. Dos años sin publicar. Tengo terminados una novela y un conjunto de relatos, pero ninguna garantía de que en el futuro tendrán forma de libros. Publicar de nuevo antes de 2020 es mi próximo objetivo, puesto que lograrlo antes de los cuarenta está muy difícil.

lunes, 4 de septiembre de 2017

Errores sin importancia

—Qué bonito nombre el tuyo. Es de ninfómana, ¿verdad?
—¿Perdona?
—Ya sabes, de la mitología griega.
—Ah, de ninfa, joder, de ninfa.

domingo, 3 de septiembre de 2017

Cerrojos

Cerrar cada noche la puerta con llave y, con este sencillo gesto de magia, dejar el mundo fuera. Al menos, hasta la mañana siguiente.

sábado, 2 de septiembre de 2017

Las duras verdades

Ella se quejaba una y otra vez de su novio y yo pensaba: aun así, lo prefiere a él.

viernes, 1 de septiembre de 2017

El masturbador nostálgico

Se sigue masturbando con la vieja pornografía de su juventud, como si no hubiera pasado el tiempo. Ninguna importancia le da al hecho de que esas chicas sean ahora mujeres casadas y con hijos o a las variaciones estéticas entre décadas. No, es mejor así, se dice. Pues si tuviera que recurrir a pornografía actual se sentiría culpable por la diferencia de edad entre las chicas y él, mientras que de esta manera todos están congelados en el ayer.

jueves, 31 de agosto de 2017

Los esfuerzos baldíos

Hace mucho que no sé por qué hago estas cosas. Creo que siempre actúo más o menos igual, sin un objetivo claro. Sin un plan. Ni siquiera con una mínima esperanza. Simplemente porque sí, porque en algo habrá que invertir el tiempo mientras esperamos la muerte.

miércoles, 30 de agosto de 2017

Viejas pasiones

No recuerdo cuándo compré un libro por última vez, seguramente fue alguno de segunda mano, pero es lo que tiene la precariedad, que ni siquiera dispones de dinero para los pequeños placeres. Acudo con frecuencia a la biblioteca para saciar mi sed de lecturas, aunque esto no me permite atesorar los libros, que era algo que me encantaba. Pero supongo que la vida es dejar cosas atrás.

martes, 29 de agosto de 2017

A vuelapluma

Vivo en una casa junto al mar y los delfines me dejan el correo en la terraza. Vale, es mentira. En realidad vivo cerca del río sin agua de Málaga, donde los gitanos juegan al fútbol en su lecho de cemento y, por suerte, no vienen a dejarme nada (además, no tengo terraza). Es verano, pero esto es así en todo el hemisferio norte, no tiene nada de especial.

lunes, 28 de agosto de 2017

Las leyes de la atracción

No es posible recuperar el interés de una persona, es una inversión perdida. La única manera sería siendo otro, lo cual es imposible. Además, ya no sería recuperar el interés, sino ganarlo por primera vez.

domingo, 27 de agosto de 2017

Los foros de internet

Qué de horas invertía a principios del milenio en debatir con desconocidos en foros, que supongo ahora pasados de moda. Eran muy prácticos para encontrar un contacto humano manejable y limitado, sin exagerar. Nada de vernos las caras y someternos a incómodos silencios, era mejor charlar a distancia de tanto en tanto, en los raros momentos que uno pasaba en la red sin buscar porno.

sábado, 26 de agosto de 2017

Dudas razonables

Creo que la pregunta más tonta que he hecho en mi vida fue una vez en la oficina de empleo, que me dieron cita para la semana siguiente a las cuatro y dije: ¿De la tarde?

viernes, 25 de agosto de 2017

La calle M

No hay apenas turistas en calle M. Quizá ni siquiera aparezca en las guías. No queremos espantar a los visitantes con la realidad de esta ciudad. Podrían no volver. Y lo son todo para nosotros. Mucho más importantes que los residentes en calle M.

jueves, 24 de agosto de 2017

A ultranza

Llega un momento en el que por fin comprendes que nunca te llamarán, pero hay que seguir intentándolo. No sabes muy bien por qué, puesto que con otras cosas te dirían que lo dejaras ya, que no tiene sentido continuar. Intentar ligarte a una chica, por ejemplo. Pero esto es distinto, aquí no estás molestando a nadie. Sólo a la lógica, pero ésta nunca tuvo mucho que ver con los sueños o las esperanzas.

miércoles, 23 de agosto de 2017

Los contactos

—Usted necesita contactos para publicar. Amistades editoriales.
—No sé, me parece poco ético.
—Usted verá, pero póngase en el lugar de un editor. Puesto que los autores desconocidos van a vender más o menos lo mismo, ¿no sería mejor publicar a los amigos?

martes, 22 de agosto de 2017

De nuevo el gesto estético

Hay ocasiones en las que dices lo que piensas no porque esperes que vaya a cambiar algo, sino simplemente por el gesto estético. No es que importe demasiado, pero en realidad lo haces por ti.

lunes, 21 de agosto de 2017

Los hijos

Una madre con cuatro hijos de corta edad que chillan y corretean. Les va entregando la merienda. Se me ocurre que salir de casa con niños es como ocuparte de la intendencia de un ejército. Un ejército formado por soldados alocados a los que además tienes que vigilar en todo momento porque pueden hacerse daño con facilidad o ser secuestrados por un enemigo invisible en esa guerra de guerrillas tan estresante que es la vida con niños.

domingo, 20 de agosto de 2017

Centros comerciales

Se puede aprender mucho de los seres humanos en un centro comercial. Muchas cosas deprimentes. Pero el saber no ocupa lugar y todo eso.

sábado, 19 de agosto de 2017

La heladería

Abajo han abierto una heladería. Durante dos meses nos han deleitado a los vecinos con la sinfonía de ruidos propios de las obras, pero no han sido éstas las únicas molestias: nos hicieron accidentalmente dos agujeros en la pared mientras montaban un tubo en el exterior del edificio y sólo repararon los desperfectos un par de semanas después; cortaron la luz una tarde sin avisar; nos dejaron sin ascensor una semana entera. Pensamos: bueno, invitarán a los vecinos a un helado cuando inauguren para compensarnos. Pero no. Abrieron con nocturnidad y alevosía (vale, tal vez no con nocturnidad, que seguro que abrieron de día). Qué menos que un helado a cambio de gentrificarte más la calle y marearte durante meses, este capitalismo insensible va a acabar con todos nosotros.

viernes, 18 de agosto de 2017

Problemas reales de occidental frustrado

—En caso de guerra, ¿se quejaría usted de la timidez o de no saber cómo funciona la vida?
—No sé, supongo que moriría antes de que pudiera quejarme de algo.
—Opta por el humor como respuesta cobarde, ya veo.
—Supongo que busca otro tipo de contestación. Que le diga que mis problemas son absurdos y que espabilaría en una situación de vida o muerte. Pero lo cierto es que dudo mucho que fuera así. Si sucumbo a mis problemas ahora, ¿qué posibilidades tendría si la supervivencia estuviera en juego?

jueves, 17 de agosto de 2017

Recursos lingüísticos

El personaje barrió con la mirada la habitación, lo que era mucho más práctico que hacerlo con una escoba.

miércoles, 16 de agosto de 2017

Fontanería

Limpio las tuberías del cuarto de baño, que están atascadas. Extraigo de ellas una materia repugnante y pútrida que invita a la náusea. En la ciudad arrecia la feria y yo desatasco cañerías. La vida, me digo. Como si significara algo.

martes, 15 de agosto de 2017

Habitación con vistas a la nada

Llegados a cierta edad, ya sólo nos queda intentar ser elegantes.

lunes, 14 de agosto de 2017

De la naturaleza (2)

—Estoy en contra de la homosexualidad porque no es natural.
—No sé qué decirte, está claro que la polio es natural y no veo que ésta te parezca bien.

domingo, 13 de agosto de 2017

De la naturaleza

—Estoy en contra de la homosexualidad porque no es natural.
—Vale, digamos que no lo es. ¿Y el aire acondicionado?

sábado, 12 de agosto de 2017

Acerca de una chica

Nunca me quiso lo suficiente para decirme por qué me detestaba tanto.

viernes, 11 de agosto de 2017

De los miedos escénicos absurdos

El miedo del escritor primerizo es: «ahora todo el mundo va a leer mi novela y descubrir sus múltiples fallos». Cuando tendría que estar tranquilo, pues en realidad nadie va a leerla.

jueves, 10 de agosto de 2017

Apariencias

—Oye, a casa de tu madre no vas con esa barba, tienes que afeitarte.
—No te preocupes, mi madre ya sabe que soy un desastre.
—Precisamente, la idea es que crea que he conseguido reformarte.

miércoles, 9 de agosto de 2017

El momento

Celebran los nombres de otros mientras yo acumulo años. ¿Llegará algún día mi momento? Mientras tanto, hago culpable al mundo de las promesas que me hice yo mismo.

martes, 8 de agosto de 2017

Las editoriales

—Te deseamos mucha suerte en tu carrera literaria, a la que no queremos contribuir de ninguna manera.

lunes, 7 de agosto de 2017

Tierra de nadie

Ser demasiado inteligente para creerte rollos de autoayuda, pero no lo bastante para solucionar tus problemas.

domingo, 6 de agosto de 2017

De la literatura deficitaria

Que la literatura es un negocio ruinoso lo he dicho mucho en este blog, pero es dolorosamente cierto. Digamos que escribes una novela, la presentas a un concurso y ganas un premio de seis mil euros. Un millón de pesetas, en principio está bien. Luego haces unos simples cálculos y descubres que es como si hubieras trabajado ocho meses por el sueldo mínimo (setecientos euros ahora mismo). Sale rentable si has tardado menos de ese tiempo en escribirla, pero si te ha llevado más... Un capitalista diría que tienes que aumentar el ritmo de producción, aunque entonces puede que se resienta la calidad y la idea es que te premie un jurado (estamos aquí teorizando sobre concursos limpios). No parece que se pueda vivir de los concursos, por tanto. Quedan los lectores, pero en España no lee casi nadie de forma habitual. A veces se produce algún fenómeno literario que vende cientos de miles de ejemplares, quizá habría que dedicar tres meses de cada año a intentar escribir algo así (con seudónimo) y los nueve meses restantes entregarte a la literatura deficitaria que tanto te gusta.

sábado, 5 de agosto de 2017

Últimas voluntades

—Cuando te mueras, ¿cómo quieres que hagamos?
—Quiero que en mi funeral haya plañideras de diecinueve años. Con minifaldas negras y medias de rejilla.
—Me refiero a si quieres entierro o incineración.
—Ah.

viernes, 4 de agosto de 2017

Un lugar en la memoria

¿Se acordarán de mí mis compañeros de clase? Si es así, ¿qué recuerdo tendrán? Seguramente será uno difuso y nada positivo, como históricamente ha sido en mi vida. Me pregunto qué habrá que hacer para ganarse la nostalgia de alguien, qué arcanos pasos dar.

jueves, 3 de agosto de 2017

Infiernos

Creo que la época más triste de mi infancia fueron los tres meses que pasé en un colegio del Opus. No recuerdo que hiciera ningún amigo (tampoco es algo que se me haya dado nunca demasiado bien) y encima nos obligaban a ir a misa y confesarnos. La sola idea de que un niño pueda tener pecados que confesar explica muy bien lo enfermos que están los miembros de esa religión.

miércoles, 2 de agosto de 2017

De pelo en pecho

Recuerdo que a principios de siglo leía en las revistas que ya habían pasado los tiempos de los hombres peludos como osos y que las mujeres del nuevo milenio querían hombres sin pelo en el pecho y pensaba: «por fin tengo una ventaja evolutiva sobre los demás, bendito Darwin». Pero luego mis novias y amantes ponían cara de decepción ante mi torso lampiño y decían: «A mí me gustan los hombres machotes, viriles, que hayan estado en una guerra o dos, tengan cicatrices que lo prueben y que desnudos parezca que llevan puesto un jersey de angora».

martes, 1 de agosto de 2017

La negritud

De niño, mi madre me llamaba negro zumbón cuando se enfadaba conmigo. Se me ocurre ahora que acabar de negro literario sería cerrar el círculo.

lunes, 31 de julio de 2017

Lectura rápida

Sabes que es una carta de rechazo nada más leer: «En primer lugar, gracias por contactar con nosotros».

domingo, 30 de julio de 2017

Querido Leonard

Querido Leonard:

La primera vez que oí tu nombre fue hace más de veinte años, cuando aún era un adolescente ignorante, en una canción de Nirvana. Give me a Leonard Cohen afterworld, pedía Kurt Cobain. Quién será este Leonard Cohen, me pregunté yo. Entonces no había internet en el que realizar una sencilla búsqueda para averiguarlo y mis padres tampoco te conocían, pues nunca prestaron demasiada atención a músicos extranjeros, exceptuando a los Beatles y a ABBA. Sin ninguna duda, el mundo parecía un lugar enorme y desconocido en Málaga a principios de los noventa. Sobre todo si eras un muchacho triste y solitario.
Unos años después, ojeando en una librería, hallé un pequeño poemario de color negro titulado La energía de los esclavos. En la cubierta aparecía también tu nombre, que aún recordaba, y tu rostro, que veía por primera vez, enjuto y en blanco y negro, casi camuflado entre las sombras. Me llevé el libro a casa, por supuesto, y leerlo hizo que mi universo se expandiera de manera repentina. Podría decirse que tus palabras fueron mi Big Bang y a partir de ese momento ya nunca sería el mismo, aunque creo que entonces no me di cuenta de que se trataba de un instante fundacional de mi vida. Me impactó sobre todo un poema que decía así: «Muero / porque tú no has / muerto por mí, / y aun así / el mundo te ama. // Escribo esto porque sé / que tus besos / nacen ciegos / de las canciones que te emocionan. // No quiero que haya finalidad / en tu vida. / Quiero perderme entre / tus pensamientos, // igual que uno escucha a la ciudad de Nueva York / cuando se duerme».
Internet era todavía un lugar en construcción, poco habitado y donde abundaban las avenidas vacías, pero de todos modos conseguí encontrar información sobre ti en Altavista o alguno de aquellos buscadores rudimentarios de los inicios de la red. Eras un cantante canadiense, pero antes habías sido poeta y novelista y lo último que se sabía de ti era que te habías retirado a vivir en un monasterio budista. No sé por qué, pero me pareció que lo más adecuado era introducirme en tus discos de manera cronológica, como si hubiera sido un joven en la década de los sesenta y no treinta años después. Comencé de inmediato la lenta tarea de descargar tus álbumes mediante Napster. Canción a canción, poco a poco a causa de las deficientes conexiones de la época. Tu primer disco llevaba el sencillo título de Songs of Leonard Cohen y la primera canción se llamaba Suzanne. En cuanto sonaron los acordes iniciales, esos acordes que me han acompañado toda mi vida, me vi llevado a la casa de Suzanne junto al río. Ella estaba medio loca, decías, pero por eso querías estar allí y te ofrecía té y naranjas que venían de China.
Hablabas para mí. En Winter lady, en Hey, that’s no way to say goodbye, en One of us cannot be wrong (¿puede haber forma más poderosa de acabar un disco?). En So long, Marianne, por supuesto. Yo en aquella época creía haber encontrado a mi Marianne, con la diferencia importante de que ella no me hacía el menor caso a mí, pero no importaba: la sensación de ausencia sempiterna me ayudaba a sentirme identificado con tu despedida en forma de canción. Pues ¿qué era mi vida amorosa sino una constante despedida? Pero a través de la soledad y el tormento encontré tu voz y ya nunca me abandonaste. En los días oscuros tu música fue siempre la grieta por la que se coló la luz, como dirías tú.
Con el paso de los años fui adquiriendo todos tus libros y discos. El juego favorito se convirtió en una de mis novelas predilectas y en numerosas ocasiones volví a pisar las calles de Montreal junto a Breavman y Krantz y las de Nueva York con Shell. Recuerdo que en el libro de poemas que equivocadamente tradujeron como La muerte de un mujeriego escribías una de las mejores declaraciones de amor que he leído nunca: «Exceptuando el miedo a perderla, no tengo ninguna queja». Quién no habrá sentido eso alguna vez.
Sobre ti edifiqué mi religión. Siempre dije a la gente: yo sólo rezo a las mujeres y a Leonard Cohen. Y a todas las mujeres de mi vida intenté convertirlas a esta fe en ti, pero creo que nunca entendieron mi obsesión por la obra de un señor judío de Canadá. Pensaban, supongo, que yo estaba un poco loco, que no era para tanto. ¿Cómo hacerles comprender lo que significaban las eternas horas de soledad? ¿Cómo explicarles lo que habías hecho por mí? ¿Cómo encontrar las palabras adecuadas? Tendría que haber sido tú para lograrlo.
En enero de 2008 anunciaste tu primera gira en quince años, una gira mundial. Yo tenía veintinueve años y amaba a otra mujer que no me correspondía. Me acordaba de un corto y jocoso poema tuyo en el que decías: Marita, / please find me. / I’m almost thirty. «Marita, por favor encuéntrame. Tengo casi treinta años». No dejaba de pensar que resulta adecuado que en inglés a las palabras thirty (treinta) y thirsty (sediento) sólo las separe una letra, pues yo me moría de sed de amor y vida mientras me consumía de soledad a orillas de la treintena. Pero de pronto la posibilidad de verte en concierto llenaba de ilusión mis días. Qué regalo para todos nosotros que abandonaras tu retiro, aunque tuviera que ser a costa de tus ahorros. Dicen algunos cristianos que en realidad Judas no fue más que el instrumento de Dios para que Cristo cumpliera su cometido de sacrificarse por los pecados del mundo. Me gusta pensar que tu agente nos hizo a todos un servicio similar al robarte todo tu dinero y obligarte a volver a dar conciertos, aunque seguro que tú no compartirías mi análisis.
Diecinueve de julio de 2008. Justo dos meses antes de mi trigésimo cumpleaños. Los fieles aguardábamos junto a la puerta del recinto donde se celebraría tu concierto de Lisboa. Así empiezan las religiones, pensé. Con una peregrinación. Con una prueba de resistencia bajo el sol veraniego, también. Llegó un minibús y la gente saludó con gran revuelo a sus ocupantes. Yo les dije a mis amigos: «sólo son los músicos, qué reacción tan exagerada». Pero nada más terminar la frase vi que tú también nos saludabas desde uno de los asientos. Qué estúpido por mi parte, ¿cómo no ibas a ir con los músicos como uno más? Me levanté de un salto con una gran sonrisa bobalicona y agitando la mano como un demente. «Era Leonard Cohen», dije a mi amigo y su novia cuando el minibús se introdujo en el recinto vallado y desapareció de nuestra vista. «Era Leonard Cohen», repetí como si ellos no hubieran estado presentes, como si el momento hubiera sido sólo para mí.
Recuerdo bien la carrera cuando abrieron las puertas, el ansia por alcanzar la primera fila, la suerte de lograrlo, el casi desfallecimiento por el calor y el esfuerzo físico, el apretar los dientes para no echar a perder lo logrado. No, llevaba años esperando este momento y no iba a permitir que mi cuerpo me traicionara ahora con algo tan prosaico como un golpe de calor. Cerré los ojos, bebí agua, me aferré a cada bocanada de aire y aguanté.
El sol se escondía en el horizonte cuando apareciste en el escenario con una amplia sonrisa y tu coro de ángeles empezó a tararear. Dance me to the end of love. «Baila conmigo hasta el fin del amor». Qué aplauso atronador recorrió el público. Tres horas de gracia, elegancia y belleza nos concediste esa noche en la que vertimos lágrimas de felicidad. Señalabas la luna lisboeta mientras nos cantabas que eras nuestro hombre y una mujer del público respondió con espontaneidad: yes, you are. Nos guiabas con una señal en el cielo.
Magic is alive, God is afoot, escribiste una vez. «La magia está viva, Dios está en marcha». Y Dios eras tú.
En 2009 volví a acudir a tu llamamiento, esta vez en Granada, a mediados de septiembre. Había hablado con mi ex novia A. sobre ir juntos y compré para tal fin dos entradas, pero a la hora de la verdad se echó atrás y me dijo que aquello nunca había ido en serio, que ella lo que quería decir es que habría sido bonito ir juntos si las circunstancias hubieran sido otras, pero no lo eran. Como siempre, yo no entendía nada. Así que me vi con dos entradas para un concierto de Leonard Cohen y sin acompañante. Me gustaría decirte que supe resolver el problema como en alguna comedia romántica, pero te estaría mintiendo. Le propuse a B. ir juntos, pero ella tampoco podía. Probé con otras, hasta con L. Y con un buen amigo, pero también le era imposible. Al final fui solo, claro, con las dos entradas en el bolsillo. Sopesé la posibilidad de revenderla frente a la plaza de toros donde ibas a tocar, pero nunca he sabido muy bien cómo funcionan estas cosas.
En El juego favorito, Lawrence Breavman le decía a una chica que quería acostarse con ella «porque una vez nos cogimos de la mano». Mis motivos para invitar a esas chicas eran parecidos, me temo. Porque una vez nos cogimos de la mano. No sé si muchas personas irán solas a los conciertos, pero quizá fuera mejor así. A fin de cuentas, era como volver a escucharte en la soledad de mi cuarto. Qué importaban las miles de personas que me rodeaban.
En octubre de 2012 te vi por última vez. En Madrid. Entonces no lo sabíamos, pero era tu gira final. Esta vez, sin embargo, me acompañaba una chica que además me quería. Yo no sabía que tú y yo nos estábamos despidiendo, pero creo que ésta sí era una manera de decir adiós. Ahora pienso que era como si te estuviera diciendo: Mira, Leonard, lo he conseguido. Lo hemos conseguido. Y Sonia se emocionó tanto como yo. «Es el mejor concierto en el que he estado», me diría después. Gracias también por esto, Leonard.
El año pasado, cuando falleció Marianne, tu amor de los tiempos de Hidra, me dije que era muy extraño que las musas fueran también mortales. Los medios publicaron que te habías despedido de ella en una emotiva carta en la que afirmabas que la seguirías pronto. Quise pensar que con «pronto» te referías a unos años, no a unos meses, pero poco después el New York Times publicó un artículo sobre ti en el que declarabas que estabas preparado para morir. Me negué a aceptarlo. Tú tenías que llegar a los ciento siete años de edad, como Roshi, tu maestro budista. El secreto tenía que estar en la meditación zen.
Luego presentaste You want it darker, tu último álbum, y con tu estilo socarrón dijiste que habías exagerado con lo de que estabas preparado para morir. Que pensabas vivir para siempre, afirmación que despertó la risa de los periodistas. Siempre supiste ganarte al público. Nos engañaste a todos para que no sufriéramos. Y te creímos a pesar de tu aspecto frágil. ¿Qué había sido de aquel anciano jovial que no hacía tanto brincaba y danzaba por el escenario? ¿Cuándo te había alcanzado finalmente la vejez? Sí, quizá ya no pudieras dar conciertos, pero nos aseguraste que seguías trabajando. Habría nuevos poemas, nuevas canciones. Seguirías con nosotros mucho tiempo.
El diez de noviembre de 2016 por la mañana tenía un mensaje de voz en el teléfono móvil. Me lo mandaba un amigo desde Colombia. Yo dormía y él leía que habías muerto. De inmediato lo comprobé en distintos medios digitales, como si buscara que el siguiente desmintiera a los anteriores.
Miré por la ventana. La vida seguía como si nada aunque había muerto Leonard Cohen. Y repetí estas cuatro terribles palabras como si así pudiera deshacerlas: Ha muerto Leonard Cohen. No me avergüenza confesar que lloré. Lloré porque se me había ido un amigo muy querido. Intenté razonarlo, decirme que habías habitado el mundo ochenta y dos años y eso estaba muy bien. Pero no podía evitar sentir dolor. Love itself was gone, como cantabas tú.
Magic is alive, God is afoot. Ya no sé si la magia está viva. Ahora que ya no estás.
Nunca sabrás todo lo que hiciste por mí, las veces que me salvaste. Me enseñaste a ser elegante en la derrota. Me gustaba pensar que un día tendría la fortuna de conocerte y podría contarte la influencia decisiva que has ejercido en mi vida. Ya nunca podrá ser. Gracias por todo, Leonard. Por tu presencia constante. Por tu voz, por tus palabras. Hasta siempre, viejo amigo. Me quedo sobre todo con estos versos tuyos de La energía de los esclavos: «Tu belleza está en todas partes, / la que destilamos juntos / de los tiempos difíciles».

sábado, 29 de julio de 2017

Los plagiarios

Me sigue maravillando la gente que plagia anécdotas reales. Haciendo un esfuerzo grande, soy capaz de entender el mecanismo mental que lleva a esos enfermos a plagiar un texto ficticio, pues siempre pueden alegar que quién sabe lo que sucede en la cabeza de cada uno, pero asegurar a la gente que han hecho algo que nunca ha ocurrido... Supongo que se atreven a mentir de esa manera sobre su vida porque no tienen ningún amigo que pueda señalar la falsedad del asunto. Es bastante triste, pero no me da ninguna pena que libremente acepten ser tan patéticos.

viernes, 28 de julio de 2017

La entrevista de trabajo

Entre mayo y junio envié el currículum a más de trescientos centros privados y concertados de Andalucía. Me contestó sólo uno hace unas semanas para hacerme una entrevista de trabajo. «Oh, dinero, a tus amantísimos brazos acudo», pensé. Pero todavía no me habían contratado, antes tenía que seducirlos con mis supuestas habilidades didácticas. Sabía que el directo perjudicaba mis posibilidades, pero no tenía otra opción, pues un profesor, en principio, ha de estar de forma física frente a los alumnos. Así que allí fui, a un flamante centro de nueva construcción. «Desengáñate, no van a contratar a un muerto de hambre, la imagen es muy importante en estos ambientes», me dije, pero ya era tarde para volverme atrás. Resultó que conocía al director. Habíamos estudiado juntos en el instituto (en clase de francés) y después en la carrera. Pero nuestros caminos en la vida habían sido muy diferentes. Él había encontrado a Jesús y ahora estaba casado (por el rito católico, claro), tenía hijos y era director de un centro privado de enseñanza. A mí se me había muerto Leonard Cohen, no tenía descendencia por ahí y malvivía de la literatura y sucedáneos. Al menos tenía novia, que ya era una mejora desde el instituto, pero no lo comenté porque la idea era parecer una persona normal. Nos saludamos afectuosamente y solté mi rollo. Fueron todos muy amables. Como era de esperar, no me contrataron.

jueves, 27 de julio de 2017

Dinero

Necesitas dinero y, sobre todo, que te lo den otros, pues ponerte a falsificar billetes en casa es un delito. Ahora bien, ¿cómo convencer a la gente de lo idóneo que resulta que te den su dinero? Aquí el capitalismo dice que tienes que ofrecer un producto atractivo, pero hay otros factores. Por ejemplo, la publicidad. De nada te sirve que tengas un gran producto si no lo conoce nadie. ¿Cómo darlo a conocer? Pues para esto ayudaría mucho tener dinero.

miércoles, 26 de julio de 2017

Microrrelato (reformado)

La federación de suicidas siempre tenía problemas para lograr quorum.

martes, 25 de julio de 2017

Las metas

La verdad es que, poco a poco, y sin darme cuenta, he logrado muchas de mis metas. Lo que ocurre es que mis metas eran bastante pobres y pasaban, sobre todo, por tener algún libro publicado. Más o menos me imaginaba mi vida así: en Málaga, con una economía precaria, sin ningún futuro, y algún ejemplar que otro con mi nombre en librerías que olvidan devolver a las editoriales lo que no se vende de ninguna manera.

lunes, 24 de julio de 2017

Teoría

La industria del entretenimiento nos quiere infelices, pues de otro modo no íbamos a necesitar escapismo.

domingo, 23 de julio de 2017

Actividades productivas

—Dígame una afición suya.
—Discutir en internet con desconocidos.

sábado, 22 de julio de 2017

Planes de futuro

El objetivo es poder algún día hablar de asuntos normales, como las personas de esa misma condición. En principio, esto parece poner el listón bastante bajo, lo cual hace que todo sea aún más deprimente.

viernes, 21 de julio de 2017

El rechazo cortés.

Me dijeron que no contaban conmigo, pero me deseaban mucha suerte en todos los proyectos que emprendiera. Lejos de ellos, les faltó añadir.

jueves, 20 de julio de 2017

Pensamiento positivo

El humor no me va a salvar, pero al menos alivia.

miércoles, 19 de julio de 2017

TIC

—¿Podría darnos un ejemplo del uso de las nuevas tecnologías en su labor docente?
—Fácil: cuando los alumnos me agredan, lo graben con el móvil y lo suban a instagram.

martes, 18 de julio de 2017

Los dos patitos del Apocalipsis

Si yo creyera en la numerología y cosas por el estilo, pensaría sin duda que el veintidós es un número importante en mi vida. Por ejemplo, tenía veintidós años cuando Alba y yo empezamos, la misma edad que tendría luego ella cuando pasamos por última vez un cumpleaños mío juntos (yo cumplía veinticinco). Babeth tenía veintidós la última vez que la vi. María también. Los mismos años que tenía Patricia cuando la dejé, aunque esto iría sin ninguna duda en la lista de los momentos felices. Son curiosas las casualidades, tantos momentos congelados en los veintidós. Como si tuviera algún significado. Quizá tendría que salir a comprar lotería.

lunes, 17 de julio de 2017

Por suerte

—Sufrí un ictus, pero por suerte no me han quedado secuoyas.

domingo, 16 de julio de 2017

El camino

A mis años, todavía no he aprendido si soy útil para algo. Y se me va acabando el tiempo.

sábado, 15 de julio de 2017

Apotegma

La plenitud es sentirte vacío de tanto intentarlo.

viernes, 14 de julio de 2017

El kamikaze

Durante muchos años me ha costado admitir que me desprecio y que creo que no merezco nada. Me marco objetivos inalcanzables sólo para poder fracasar, como si pensara que el fracaso es mi estado natural. Puede que lo haya intentando siempre con las chicas más guapas por asegurarme el rechazo. Aunque a veces me han hecho caso, quizá sorprendidas por mi audacia (que nunca ha sido nada más que pulsión de muerte).

jueves, 13 de julio de 2017

El escapismo

Ah, la lucidez previa al desastre. Qué de teorías científicas y filosóficas podrían enunciarse un momento antes de que todo se vaya al garete.

miércoles, 12 de julio de 2017

Beberse la vida

Pocas cosas he hecho yo con entusiasmo en la vida. Quizá follar (por lo inesperado).

martes, 11 de julio de 2017

Horror vacui

La capacidad de rellenar los silencios nunca ha sido lo mío. Es natural, cómo voy a saber yo hacer eso cuando ni siquiera soy capaz de tapar el vacío que hay dentro de mí. Se me da mucho mejor escuchar e intervenir sólo de vez en cuando con algún comentario sarcástico que no aporta nada útil.

lunes, 10 de julio de 2017

Capítulo 4500

Un buen remedio para superar la timidez era el alcohol. Digo «era» porque de un tiempo a esta parte me noto torpe e incoherente cuando hablo en estado de embriaguez. Usted dirá: «claro, es normal que la coordinación mental le falle a uno a causa de la bebida». Sin duda, pero la idea era no notarlo y creerme elocuente y atinado, como los borrachos normales.

domingo, 9 de julio de 2017

Don de lenguas

¿Cómo no parecer gilipollas hablando en otro idioma? Quizá la solución más relajante sea pensar que ya lo pareces en el tuyo.

sábado, 8 de julio de 2017

La vida en el siglo XXI

La vida es ver memes y después morirte.

viernes, 7 de julio de 2017

Los amigos

La familia no se elige, pero los amigos sí. Así que elige a alguien que pueda enchufarte en algún puesto bien pagado.

jueves, 6 de julio de 2017

Del éxito, el fracaso y la felicidad

Una chica de familia adinerada da lecciones vitales en su instagram. Lo único importante es tener una actitud positiva, dice. Se me ocurre que podríamos probar lo siguiente: manteniendo nuestras respectivas actitudes ante la vida, intercambiar nuestras situaciones económicas y ver qué pasa. Pero seguro que esto le parecería un experimento de lo más negativo.

miércoles, 5 de julio de 2017

S

Yo quería ser imprescindible, escribí una vez. Y lo cierto es que tú eres la única persona que me hace sentir que lo soy.

martes, 4 de julio de 2017

Madurar

¿Es hacerse mayor sólo envejecer o también se aprende algo? Porque a menudo la capacidad de aprendizaje parece muy limitada y ocurre que te ves obligado a abandonar las viejas obsesiones por agotamiento, no porque seas más sabio.

lunes, 3 de julio de 2017

Una historia de amor

—Te dejo.
—¿Cancelas nuestro amor después de sólo dos temporadas? ¿Y qué pasa con todos nuestros planes? Nuestras líneas argumentales abiertas.
—¿Qué? Esto no es una serie de televisión, es que ya no te quiero.
—Me parece una decisión horrible. Nuestro amor puede que no goce del favor del público, pero ¿qué pasa con su inherente valor artístico?

domingo, 2 de julio de 2017

Tiempo de descuento

—Si pudieras, ¿volverías atrás?
—Creo que sí, pero lo triste del asunto es que no lo haría para idear un plan diferente, sino para volver a tener tiempo por delante.

sábado, 1 de julio de 2017

Revoluciones económicas personales

El mayor éxito sería monetizar el propio fracaso.

viernes, 30 de junio de 2017

Derrières

La modelo Emily Ratajkowski publica en Instagram una foto de su culo y, en el breve lapso de tiempo de un día, más de un millón de personas indican que les gusta la instantánea. ¿Cuánto es un millón de personas? Pues más que la población de Chipre, por ejemplo. O que la de Montenegro, Luxemburgo o Islandia. Un millón de personas es la sexta parte de las víctimas del Holocausto. Uno publica un libro y en cuatro años vende sesenta ejemplares; una modelo publica una foto de su culo y en veinticuatro horas consigue la aprobación de un millón de personas. Es mayor el poder de convocatoria de un culo, es evidente. Es más elocuente, incluso. No contiene erratas ni precisa de traducciones para llegar a gente de diversas lenguas. Quizá el fallo fue no haber puesto un culo en la cubierta. Otra buena solución habría sido pagarle a la Ratajkowski para anunciarme en una de sus nalgas. «Lea usted a Gabriel Noguera». Ya sé que está mal utilizar el cuerpo de una mujer para hacer publicidad, pero queda aquí demostrado que el mensaje llegaría al menos a un millón de personas. Casi nada. En defensa del libro quizá haya que decir que un ejemplar cuesta dinero y los corazones en Instagram son gratis. Es complejo el asunto, pero nadie dijo que el siglo XXI iba a ser fácil.

jueves, 29 de junio de 2017

El ambigú

«Tienes que leer su novela, es divertidísima», le dice Isabel al poeta galardonado, pero éste no tiene el menor interés en mí y aprovecha esta frase para girarse hacia ella y decirle: «la que quiero leer es la tuya, a ver si me la mandas». Ya está, me digo, has vuelto a ser invisible. A pesar de que tendrías que destacar en esta fiesta elegante con tu camiseta de Star Wars arrugada. Pero a nadie le interesa tu novelita, desengáñate, no tienes nombre. Tu presencia aquí, rodeado de próceres y autores importantes, es una metáfora de tu lugar en el mundo literario. Aunque aquí al menos puedes emborracharte y hartarte de canapés, que lo pagan todo los honrados ciudadanos.

miércoles, 28 de junio de 2017

Lecciones de sabiduría

No tiene nada de mérito que te quieran cuando eres una persona atractiva, inteligente o carismática; lo admirable es que te quieran cuando eres un desastre que no vale para nada.

martes, 27 de junio de 2017

El mundo editorial

«No aceptamos manuscritos», aparece en la web de una editorial. Sin embargo, el editor dice en una entrevista que al año leen unos cien. ¿De dónde salen? ¿Los piden ellos a escritores cuya carrera prometedora siguen? ¿Los mandan los autores de la casa? Es todo muy confuso.

lunes, 26 de junio de 2017

La competición de la vida

Lo importante es participar. Yo participo mucho.

domingo, 25 de junio de 2017

A la atención de los señores editores

A la atención de los señores editores:

Buenas tardes (aunque puede que lean esto por la mañana y empecemos con un anacronismo). Les envío un libro de relatos con la sana intención de ser editado por ustedes y de esa manera marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional. Piden ustedes en su web que se adjunte también un resumen de la obra. Me parece correcto, pero supongo que esperan algo más que un simple: son relatos. Pero relatos son. Me gustaría decirles que es una obra inclasificable y que los mejores taxonomistas literarios tendrían que dedicar toda su vida a estudiarla, pero me verían las costuras y me llamarían cuentista de manera peyorativa.

En cuanto a mi biografía, mis padres aseguran que nací hace muchos años, pero no tengo ningún recuerdo de ello, así que tendremos que conformarnos con su testimonio. Crecí como crecen los niños, un poco cada año, hasta que entré en la edad adulta y me enfrenté a la vida real como el que no tiene ni idea de nada. En algún momento del camino decidí que lo de ser escritor era bonito, aunque era en la música donde estaban las groupies, y me he dedicado durante años a emborronar páginas digitales con tinta también digital, para mayor beneficio de los bosques del planeta.

De mi currículum literario podría decirles muchas cosas, pero estaría feo que iniciara mi relación con ustedes mintiéndoles, así que dejémoslo en datos vagos: he publicado algunos libros y ganado algunos premios (que bien podrían ser importantes o de alguna mercería).

Sin otro particular, les saluda atentamente
Gabriel Noguera.

sábado, 24 de junio de 2017

Delicias oníricas

Soñó que toda la familia se había reunido en el comedor para conocer a la nueva mujer de su tío, que estaba notoriamente embarazada. Después de los abrazos y besos de rigor, la mujer rompió aguas y  parió un cochinillo horneado que pusieron sobre la mesa y empezaron a comer. «Qué práctico esto, ¿no?», dijo una de las niñas. La abuela le lanzó una mirada recriminatoria y le recordó que era de mala educación hablar con la boca llena.

viernes, 23 de junio de 2017

La idea

Cinco años sin ganar un concurso de relatos. Un lustro de derrotas, que cada año me presento a decenas de ellos. La idea era tener una carrera literaria que eliminara mis dudas, pero esto está saliendo justo al revés.

jueves, 22 de junio de 2017

El cambio tranquilo

—Lamento darle malas noticias: tiene usted cáncer y es preciso operar de inmediato.
—Me parece una solución muy extremista, doctor. Yo prefiero un cambio moderado, sensato. ¿Qué tal si camino una hora todos los días?

miércoles, 21 de junio de 2017

La presión

Tienes que escribir pronto tu obra magna, ¿eh?, me dice Sonia. Yo pregunto qué prisa hay y ella me responde que me acerco a los cuarenta y que es en esa franja de edad cuando los escritores crean sus mejores trabajos. Yo siento de pronto un gran peso en los hombros, pero sonrío como si tuviera toda la vida por delante para seguir escribiendo chorradas.

martes, 20 de junio de 2017

Microrrelatos absurdos

El niño no dormía nunca porque le daba miedo la oscuridad al cerrar los ojos.

lunes, 19 de junio de 2017

El producto

—El problema es que se empeña usted en ofrecer todo el rato un producto que ahora mismo tiene una demanda inexistente.
—¿Con qué frecuencia creen entonces que debería ofrecer lo que escribo?
—La más adecuada sería ninguna.

domingo, 18 de junio de 2017

Todo o nada

Yo soy una persona de absolutos, de extremos: o soy perfecto o soy una mierda. Y el verdadero problema es que nunca me parece que soy perfecto.

sábado, 17 de junio de 2017

La dosis de irrealidad

Me siento hasta útil durante un breve instante cuando escribo algo que me gusta. Creo que no existe mayor autoengaño.

viernes, 16 de junio de 2017

El profesor

—Díganos en pocas palabras por qué quiere formar parte de nuestra plantilla docente.
—La juventud es el futuro y quiero contribuir a ello.
—¿Y no le parece pretencioso que pongamos el futuro en sus manos?
—No hace falta que sea todo el futuro. Sólo un poco, el suficiente para ganarme la vida.

jueves, 15 de junio de 2017

All-bran

—Estaría bien que vendieran productos con fibra mental. Para escritores. Para cuando tienes la mente atascada.
—Es muy apropiado el símil, dada la calidad de lo que escribes.

miércoles, 14 de junio de 2017

Peligrosos equívocos

En la biblioteca, entrando en páginas de colegios e institutos privados para buscar su dirección de correo electrónico y escribirles con la idea de que me contraten como docente. El problema es que todos suelen poner en sus webs ingentes cantidades de fotos de niños felices, supongo que para convencer a los padres de la idoneidad de apuntar a sus hijos allí, y no puedo evitar preguntarme qué imagen estaré dando a algún usuario de la biblioteca que casualmente eche de vez en cuando un vistazo en dirección a mi ordenador durante las largas horas que paso haciendo esto.

martes, 13 de junio de 2017

Electrodomésticos

—Buenas, quiero comprar una lavadora que diga «Mariano» mientras lava la ropa.
—Perdone, pero nuestras lavadoras no son loros. No hablan.
—Eso no es cierto. La que tengo en casa dice algo parecido a «yowi» cuando gira el tambor. Una y otra vez. Resulta hasta relajante.
—Le aseguro que no es algo premeditado. Es posible que el sonido que hace la lavadora al funcionar le parezca algún tipo de palabra, pero se trata de una casualidad.
—Vaya. Yo pretendía reconquistar a mi ex mujer con mensajes subliminales. Se me había ocurrido que el camino más sencillo era que oyera mi nombre una y otra vez mientras hacía la colada.

lunes, 12 de junio de 2017

La ironía del conocimiento

Cuanto más aprendo, menos me parece que sé.

domingo, 11 de junio de 2017

Señorita, es usted tan bella

Señorita, es usted tan bella. Supongo que está acostumbrada a que se lo digan. Yo, por el contrario, no estoy acostumbrado a decírselo. Pero me gustaría.

sábado, 10 de junio de 2017

Nos tenemos

Nos tenemos tú y yo, a pesar de las estrecheces. Que son muchas. Mira qué cuarto, ¿tú te crees que se puede vivir así? Entre estas cuatro paredes que, de tan pegadas, parece que vayan a fundirse en una sola. Cualquiera diría que somos presos medievales a los que han emparedado por algún crimen monstruoso. ¿Y qué hemos hecho? Únicamente ser pobres, que no es algo que se elige, sino una condición que a uno le viene impuesta (quizá para toda la vida). Pero nos tenemos. Puede que ése sea nuestro crimen, el lujo del amor y de la compañía. Como si fuéramos personas normales.

viernes, 9 de junio de 2017

Evaluaciones

«Progresa adecuadamente», te ponían en aquellos primeros boletines de notas de la infancia. ¿Cuándo se detuvo ese progreso adecuado? Si hoy en día me siguieran calificando, imagino que pondrían algo como FM. «Fracasa miserablemente».

jueves, 8 de junio de 2017

La magia del mar

Un chino puede mear en el lejano Pacífico y esa orina, impulsada por las corrientes marinas, llegarte con el tiempo a la cara cuando nadas en el Mediterráneo.

miércoles, 7 de junio de 2017

Envíos asumibles

Sesenta céntimos de gasto para presentarse a un certamen literario. Si todos los concursos fueran así, uno podría permitirse participar —y, por lo tanto, perder— más a menudo.

martes, 6 de junio de 2017

Los fusilados

Por la tarde, al salir de la escuela, los niños iban a la tapia de don Mateo a jugar a los fusilados. Vendaban los ojos al condenado con un pañuelo y simulaban que le disparaban con una rama negra y reseca. A veces buscaban casquillos de bala entre la rala vegetación que asomaba del suelo requemado, pues contaban en el pueblo que allí habían matado una noche, entre otros, a Miguel Parra. A los niños les parecía raro que se fusilara de noche, ¿cómo iban a acertar en plena oscuridad? Pero Jonás repuso que habían usado los faros del camión para iluminarse; había escuchado a sus padres comentándolo.
Elena encontró una vez un agujero en la tapia. Metió un dedo en él y dictaminó que había sido una bala. Jaime, su hermano, aventuró que el soldado había tirado a fallar. Jonás dijo que eso era de traidores y que también fusilaban por algo así. Los otros niños asintieron en silencio.
Un día Jonás vino a la tapia con la escopeta de su padre. Aseguró que esto haría más divertido el juego, que ya estaba cansado de la rama. No había nada que temer, ya que su padre siempre descargaba la escopeta cuando volvía de caza.
La primera condenada fue Elena. La niña empezó a llorar cuando Jonás le vendó los ojos: tenía miedo de la escopeta, quería seguir jugando con la rama. Jonás se mostró inflexible, pero le dijo que estuviera tranquila, que sería Jaime quien dispararía.
Jaime no quería disparar contra su hermana, pero Jonás era muy fuerte. Todos los niños le tenían miedo. Le dijo a su hermana que se tirara al suelo cuando dijera «pum» y después apuntó con cuidado ante la atenta mirada de Jonás y el resto de niños.
Elena oyó un trueno y sintió que se le doblaban las rodillas. Ya no lloraba, pero notó el pañuelo empapado. Le pareció oír gritos mientras caía y pensó que era el enemigo, que celebraba.

lunes, 5 de junio de 2017

Detalles

Fui a la perfumería por una colonia, pero cometí un error fragante y me llevé la que no era.

domingo, 4 de junio de 2017

Del escritor y la nada

Escritores hay muchos. Demasiados. Buenos, malos y regulares. Hace falta algo especial para destacar. ¿El qué? Estar en el lugar adecuado, por ejemplo. Suerte. Caer en gracia porque se tiene un rostro agradable. Simpatía. Contactos. No basta con dejarse la vista frente a la pantalla del ordenador mientras redacta frases con mayor o menor fortuna, es necesario algo más.

sábado, 3 de junio de 2017

Cuentos absurdos

La noche caía sobre la ciudad y ponía perdidas las calles de oscuridad que había que barrer todas las mañanas al salir el sol.

viernes, 2 de junio de 2017

La fuerza de la fe

¿Problemas de alopecia? ¿Le avergüenza salir a la calle y que la gente repare en su falta de pelo? En la religión tiene la respuesta. Si le clarea la coronilla, conviértase al judaísmo y oculte su calva con una práctica kipá. Si su calvicie está más extendida, hágase sij y cubra su cabeza con un turbante.

jueves, 1 de junio de 2017

La ilusión de los concursos literarios

Estaba el otro día por la mañana en la papelería gastando catorce euros y medio (la de comida que podría comprar con eso) y me sentía totalmente gilipollas. Hace años me presentaba a estos concursos con la ilusión de un chaval ingenuo y ahora lo hago no sé por qué. Por inercia, supongo. Con desgana y sintiéndome ridículo. Decía Kafka que a partir de cierto punto ya no hay retorno y que ése era el punto a alcanzar, pero creo yo que no se refería a esto.

miércoles, 31 de mayo de 2017

Un vaso de leche caliente todas las noches antes de morir

Dedicado al agente Cooper.

Directrices de actuación para el agente herido en el ejercicio del deber:
En el evento de sufrir una o varias heridas de bala, intente mantener la compostura. No se precipite, respire hondo y medite con calma sus movimientos. Las prisas pueden llevarle a cometer un error fatal, no corra. Cada día en Estados Unidos muere más gente en accidente de coche que en asaltos con arma de fuego. La estadística es una ciencia: no se deje engañar por la aparente gravedad de su situación. Si alguien se encuentra cerca de usted, solicite ayuda amablemente, sin aspavientos. Recuerde en todo momento que es usted un representante del FBI y del gobierno de los Estados Unidos de América. Deje siempre propina y no olvide que la mejor manera de causar buena impresión es con una sonrisa.

martes, 30 de mayo de 2017

Mind the gap

Mind the gap, leyó en el cartel. Cuidado con el hueco. El hueco entre vagón y andén, claro. Pero él pensó en el espacio vacío que había en su vida y se preguntó si en Londres encontraría por fin la manera de llenarlo.

lunes, 29 de mayo de 2017

Torpezas

—¿Por qué me has mandado flores a casa?
—¿Te han gustado? Son rosas.
—Sí, muy bonitas, pero mira que eres bruto. Sólo a ti se te ocurre poner en la nota: «quiero follarte el culo otra vez». Tenías que haber visto la cara del repartidor.
—Nunca estás contenta. Luego te quejas de que no tengo gestos románticos.

domingo, 28 de mayo de 2017

Consuelos

Me lo paso muy bien discutiendo con locos porque hacen que me sienta normal.

sábado, 27 de mayo de 2017

La dura condena

—Nunca puedo hacer las cosas que quiero, tengo la sensación de estar atrapada en un bucle desde que terminé la carrera.
—Sí, eso se llama vida adulta.

viernes, 26 de mayo de 2017

Toponimias propias

Yo de pequeño creía que Talavera de la Reina se llamaba Calavera de la Reina, lo que sin duda era vivir en un mundo más interesante.

jueves, 25 de mayo de 2017

Reencuentros

Quedo con una ex novia doce años después de la última vez que nos vimos, pero en ningún momento se menciona nuestra pasada relación, en parte tal vez porque está presente el nuevo novio, un francés muy callado. Yo también soy poco hablador y lo mismo se podría decir del estudiante de medicina con el que salió después de que me dejara, así que aquí hay una pauta. Relacionado con esto del habla, me da la sensación de que le ha cambiado la voz, pero es difícil saberlo realmente. Yo la recordaba más infantil, aunque entonces ella tenía veinte años, y ahora suena a mujer adulta. O bien nos engañan nuestros recuerdos o bien el tiempo lo cambia todo. Hablamos sobre todo de política y de turismo, que no sé si es lo normal en gente que vuelve a verse después de una docena de años, y me pregunto para mis adentros si existirá el concepto de «turismo político».

miércoles, 24 de mayo de 2017

Reclamos

La mejor manera de ligarse a personas ególatras es llevar gafas de sol espejadas, pues así pueden mirarse todo el rato mientras hablan contigo.

martes, 23 de mayo de 2017

Magnicidios S.A.

Tal vez no pueda usted tener la vida de grandes personajes de la historia, pero nuestra empresa puede al menos proporcionarle la misma muerte que tuvieron ellos: apuñalado repetidas veces como Julio César, de un golpe de piolet en la cabeza como Trotski, de varios disparos como John Lennon, etcétera. No se prive de morir como alguien importante.

lunes, 22 de mayo de 2017

El fin

Es el fin de una época, dice. Pero en realidad esa época terminó hace mucho y lo que van desapareciendo ahora son los recuerdos.

domingo, 21 de mayo de 2017

Paradojas temporales

—¿Qué tal funciona la máquina del tiempo, cariño?
—Es un éxito absoluto. Aunque aquí sólo han pasado unos minutos, he estado durante un mes en el Renacimiento. Qué de aventuras y peligros, sobre todo el de cambiar el pasado. Una vez me acosté con una prostituta florentina, pero por suerte había llevado conmigo algunos condones. A saber lo que podría desencadenar un embarazo así en la línea temporal.
—¿Qué? Acabas de admitir que me has sido infiel, hijo de puta.
—¿Infiel? Pero si en esa época todavía no nos conocíamos.

sábado, 20 de mayo de 2017

A la muerte de Chris Cornell

Los noventa fueron una época más inocente: no había posverdad, sino mentiras, existía una cosa llamada grunge en la que nos refugiábamos los chavales raros del pueblo y el porno era analógico (no penséis mal, que el anal sólo se estilaba entonces en el europeo, aunque en algunas cintas yanquis se iba abriendo camino). La muerte de un cantante de entonces te entristece por puro narcisismo, pues te dices: coño, si ya han pasado más de veinte años, ¿qué ha sido de mi rabia adolescente? ¡Si yo venía a comerme el mundo! O a quejarme, al menos. Bueno, por suerte han inventado las redes sociales para desahogarnos. Algo es algo.

viernes, 19 de mayo de 2017

Cuidados intensivos

Los relatos se me acumulan como enfermos a un médico y lo peor es que hay pocos que puedan salvarse. Algunos agonizarán durante mucho tiempo hasta que sean finalmente enterrados entre archivos sin valor y otros sufrirán mutilaciones, transfusiones de palabras e incluso algún trasplante de otros relatos. Quizá haya esperanza para ellos, pero seamos cautos.

jueves, 18 de mayo de 2017

Control de calidad

Cada mañana, antes de despertar, soñaba que tenía que rellenar un formulario sobre la calidad de los sueños de esa noche.

miércoles, 17 de mayo de 2017

La vida soñada

La otra noche soñé que acudía a una cena y entre los invitados estaba una ex amante. A pesar de estar sentado muy cerca de ella, en ningún momento me hablaba o miraba. Qué raro cuando los sueños se mantienen fieles a la realidad.

martes, 16 de mayo de 2017

De los profesores tiranos

Recuerdo que una vez en clase de educación física le dije al profesor que Hitler era un entusiasta de la misma y defendía que se ampliaran las horas dedicadas a ella para tener una juventud alemana preparada para los desafíos del mañana. El profesor me contestó enfadado que eso que había dicho yo era una falta de respeto. Ya no dije nada más, aunque estuve muy tentado de preguntar: ¿Falta de respeto para quién? ¿Para Hitler?

lunes, 15 de mayo de 2017

Elogio del sedentarismo

Es verdad que no está usted en forma, pero piense que esto sólo es un impedimento cuando tiene que hacer ejercicio.

domingo, 14 de mayo de 2017

Informe del autor

Señores de la academia, me piden ustedes que redacte lo que llaman un «informe del autor». Bien, seré breve: el autor es cálido en verano, fresco en invierno y goza de amplios ventanales para ver el paisaje.

sábado, 13 de mayo de 2017

Magnitudes

—Aquí dice que si a uno no le gusta escuchar su propia voz es por tener baja la autoestima.
—Tú no tienes la autoestima baja, que bien que viajaste para ligarme.
—Eso no tiene nada que ver: mi autoestima era tan baja como siempre, pero el deseo era muy alto.

viernes, 12 de mayo de 2017

El gran seductor

El galán practicaba la autoasfixia erótica para, al acercarse a la muerte, ver pasar su vida entera. Es decir, una sucesión de preciosas mujeres desnudas.

jueves, 11 de mayo de 2017

Nos van echando

Durante horas, el ruido infernal de las obras que están realizando en el local de abajo. Van a abrir un restaurante, al parecer. Continúa eso que llaman gentrificación. Lo que era una calle de alquileres bajos para escritorzuelos desconocidos y otros maleantes se va llenando de negocios hosteleros para hipsters. Nos van echando poco a poco, sin que podamos hacer nada, salvo, quizá, pasearnos por la calle en pijama para ahuyentar a la gente de bien.

miércoles, 10 de mayo de 2017

Un epílogo

Mi debut literario no fue el más esperado ni celebrado. Nunca aparecí en una lista de lo mejor del año. Ni en la de los más vendidos, por supuesto. No me entrevistaron en múltiples ocasiones ni me pidieron colaboraciones para reputados medios. Jamás gané un premio grande. Desarrollé mi carrera en secreto, sin compartirlo con posibles lectores.

martes, 9 de mayo de 2017

El sexenio romántico

—Seis años ya de amor.
—Sí. Quererte es todo un acto revolucionario.

lunes, 8 de mayo de 2017

Criaturas de la noche de los tiempos

El vampiro es una criatura nostálgica, al menos el que lleva siendo vampiro un tiempo considerable. «Eso que escuchan los jóvenes no es música», piensa, «donde esté el elegante sonido del clavicordio»... Tampoco le agradan los cambios sociales, votaría a los conservadores si estuviera registrado en el censo. Se aburre terriblemente en la vida moderna y ni siquiera puede criticar a los obreros mientras trabajan, puesto que en muy pocas ocasiones realizan su labor cuando el sol se ha puesto.

domingo, 7 de mayo de 2017

Reformas necesarias para los artistas

Trabajar a cambio de visibilidad estaría bien si la visibilidad fuera aceptada como moneda de curso legal.

sábado, 6 de mayo de 2017

Este limbo

Parece que el tiempo no pasa en este limbo, pero es una ilusión óptica: pasa inexorablemente. Lo que sucede es que sólo te das cuenta cuando es demasiado tarde y ya no puedes salvarte.

viernes, 5 de mayo de 2017

La clave

¿Cómo pretendía usted triunfar? Siempre con el sarcasmo en la boca, que es el recurso de los perdedores. ¿Acaso ve que los ganadores tiren de ironía todo el rato? Pues eso.

jueves, 4 de mayo de 2017

El ojeador

—Buenos días. Soy un ojeador literario y quiero ficharlo para la editorial en la que trabajo.
—¿Qué?
—Sigo su blog desde hace tiempo y me gusta lo que hace.
—Esto parece muy raro.
—Nada de eso. Finalmente en el sector editorial hemos comprendido que no teníamos que luchar contra las diversiones del español medio, sino aprender de ellas. Y los clubes de fútbol tienen repartidos por todo el mundo a sus ojeadores en busca de nuevos talentos.
—¡Qué alegría! Mucho mejor esto que mandar originales a las editoriales y esperar durante meses una respuesta.
—No tan deprisa: ahora tiene usted que hacer unas pruebas con el equipo, a ver si encaja en el esquema de juego del editor.
—Yo pensaba que lo importante era la literatura.
—Claro, hombre, y el deporte. Pero hay que vender camisetas. En nuestro caso, libros.

miércoles, 3 de mayo de 2017

De agravios

Lo peor de pasar desapercibido es que ni siquiera puedes vengarte, pues sería la primera vez que supieran de ti y lo entenderían como una agresión injustificada.

martes, 2 de mayo de 2017

Temporalemte

Una editorial lleva siete años sin aceptar originales. En todo este tiempo ni siquiera han corregido el mensaje automático que reciben los ilusos que envían algo: «Por motivos ajenos a nuestra voluntad, cerraremos temporalemte el Departamento de Lectura». Como si lo hubieran escrito con prisas hace siete años, mientras la editorial era tomada por soldados enemigos o algo así.