sábado, 27 de agosto de 2016

La piscina

Llevamos a mi sobrino a la piscina para enseñarle a nadar, pero le dijimos que avisara si le entraban ganas de orinar. Como no nos fiábamos del todo, usamos la vieja mentira de que el agua se pone rosa alrededor de la persona que mea en ella. Todo parecía ir bien, se lo pasaba en grande con nuestros juegos, aunque lo de echarse a nadar él solo le daba miedo y no quiso intentarlo. De pronto, dijo: «No se ha puesto rosa el agua».

1 comentario:

Microalgo dijo...

"Eso es porque estás muy enfermo y te vas a morir en breve".

Tch, tch, mire Usted que desaprovechar esa oportunidad para infundir el pánico en un criaturita, con lo que eso incrementa su malditez (cosa que el viene de perlas a la hora de escribir)...