sábado, 30 de julio de 2016

Un espacio vacío

Hace poco se cumplió un año de la muerte de mi perro, pero sigo esperando verlo en el jardín cada vez que voy a casa de mis padres. Es difícil acostumbrarse a la ausencia, el corazón la rechaza porque la considera absurda.

1 comentario:

Microalgo dijo...

No sé si por culpa de o gracias a mi alergia, nunca pude tener un bicho medio interactivo conmigo (la cosa se restringía a tortugas y peces de colores), pero me hago cargo.