—Ave María purísima.
—Sin pecado concebida. ¿Te sigues tocando?
—Ya no, padre. Hago como me dijo: pienso en el Niño Jesús y se me quitan las ganas. Es un método infalible.
—No creas, a muchos de mis compañeros sólo les funciona si piensan en el Jesús adulto.
1 comentario:
Si hubiera dicho "a muchos amigos míos sacerdotes" habría seguido reuniendo puntos para la excomunión. Tch, tch, ay, las oportunidades perdidas.
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