lunes, 3 de agosto de 2015

De mi inhabilidad para hacerte feliz

Sí, también en esto fracasé, pero era de esperar. Había algo malo en mí, algo que ya vieron antes otras personas. Algo constante, aunque sin nombre. Como de costumbre, sólo podía llevarte al odio.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Pero es que a veces es facilísimo cabrearlas. Un cuernecito de nada, un par de diminutos hijos ilegítimos con otra y HALA, montan el cirio.