domingo, 31 de mayo de 2015

El viaje

Ha sido difícil llegar aquí, pero no sé cuánto mérito es mío. Es cierto que luché mucho, pero creo que fue la marea quien me arrastró. Lo único que hice yo fue mantenerme a flote.

sábado, 30 de mayo de 2015

Entregarse a la indolencia

Y otros conjuros para agotar el tiempo. Cerré los ojos, pero luego los volví a abrir. Todo seguía igual. Nada había cambiado. Pero ¿qué iba a cambiar? Sólo la percepción o alguna estupidez por el estilo. Cerré de nuevo los ojos, sólo por probar, pero todo siguió igual. Inalterable. Cambiar la realidad con un pestañeo. Como la bruja aquella de la televisión, que movía la nariz. Encendí la radio, por engañar al silencio. Leonard Cohen cantaba: Yes, I might go to sleep but kindly leave, leave the future, leave it open. El futuro. Dejar abierto el futuro. Eso sonaba bien. Me levanté de la cama, crucé a grandes pasos la habitación y abrí la puerta. Un largo y oscuro pasillo en completo silencio. El futuro, me dije, volviendo a la cama (sin cerrar la puerta, por si acaso alguien me buscaba).

viernes, 29 de mayo de 2015

Dicen

Dicen que el ser humano pierde dieciocho kilos de piel a lo largo de la vida. Al final, adelgazar era cuestión de tiempo.

jueves, 28 de mayo de 2015

Realpolitik

Reunidos en asamblea los artistas surrealistas y dadaístas, decidieron retirarse y dedicarse a otra cosa al verse incapaces de competir con los políticos.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Todo por la democracia

Tenemos que proteger nuestra democracia, declaró el político. Y el primer paso es protegerla de los votantes, que se empeñan en votar a otros y no a nosotros.

martes, 26 de mayo de 2015

La edad

Estaré impartiendo un taller de narrativa a unos chavales este verano, dos meses antes de cumplir treinta y siete años. Qué extraña es la vida y qué rápido pasa. A pesar de ser un inmaduro, es imposible negar la edad que uno tiene, sobre todo cuando tu novia te dice que te han salido muchas canas. Sin embargo, yo me siento el mismo de antes: tan perdido como entonces, esperando aprender algún día, etc. Como si tuviera que recibir las clases de narrativa en vez de impartirlas, vaya. Pero las cosas han cambiado, me doy cuenta. El hecho de llevar cuatro años con Sonia, cuando a mí las mujeres me duraban un suspiro (o yo a ellas, más bien), lo demuestra. También pienso que mi padre a mi edad ya tenía un hijo y se casaba por segunda vez, mientras que yo lo de la paternidad lo veo como algo muy lejano. Soy lo bastante responsable como para evitarle a un niño tener a un irresponsable como yo de figura paterna.

lunes, 25 de mayo de 2015

Elecciones

No tendría que ser tan difícil vender libros. Al fin y al cabo, también vendemos esperanza. Promesas de un mundo mejor. Sin embargo, la abstención es mayor que en la política.

domingo, 24 de mayo de 2015

La gran fiesta de la democracia

¿Cómo que la democracia no es una fiesta, caballero? Ah, lo afirma porque no le dejan entrar a pasar un buen rato. Pero es que nadie dijo que todo el mundo estuviera invitado a ella, hombre.

sábado, 23 de mayo de 2015

De la vida

La vida es eso que administran otros hasta que ya es demasiado tarde para actuar.

viernes, 22 de mayo de 2015

La distorsión

—¿No cree que distorsiona demasiado la realidad? ¿No podría escribir usted cosas bonitas?
—¿No es lo bonito una distorsión de la realidad?
—Ah, su problema es que no cree en nada. La realidad es hermosa, pero usted se rebela contra ella por no poder participar.
—Soy un resentido, está claro.

jueves, 21 de mayo de 2015

Adenda

—¿Le gustaría agregar algo a su historia?
—Una palabras, quizá. Unas palabras que me justificaran, que explicaran todo esto.
—Bien, adelante.
—No, no. Digo que me gustaría agregarlas, no que las tenga. Sólo expreso un deseo imposible, nada más. Haría falta alguien más hábil que pudiera decirlas por mí.

miércoles, 20 de mayo de 2015

Un momento único de la historia

Estamos en un momento único de la historia, le dije, este momento en el que tú y yo nos conocemos. Pero ella me miró con gesto de desaprobación, como si supiera que yo no era una persona completa. Todo estaba perdido, me di cuenta, pero no tenía planeada ninguna vía de escape digna, me había presentado a la batalla amorosa sin haber leído a Sun Tzu, a tumba abierta, armado sólo con el estúpido entusiasmo propio de la inexperiencia y ahora mi cadáver sería alimento para lobos o al menos eso es lo que me decía su mirada.

martes, 19 de mayo de 2015

La información

Por televisión decían que éramos ricos, así que quizá fuera cierto.

lunes, 18 de mayo de 2015

Cosas raras de las ferias del libro

Que si me podía sacar una foto con él, me preguntó un chaval en la feria del libro. «A mi novia le gusta mucho la literatura», me explicó, «y le hará ilusión una foto de un autor publicado». Pobre novia, pensé yo, pero de todos modos acepté.

domingo, 17 de mayo de 2015

La obra

Temo morirme de pronto y dejar mi obra inacabada, le dijo. Pero esto era muy petulante y no sólo por hablar de la obra propia como si fuera importante. Denominarla inacabada era afirmar que estaba empezada, cuando no era el caso. Pero ¿no era esto peor todavía? Morirse de pronto sin siquiera haber iniciado su obra. De hecho, si había que ser del todo sincero, la obra estaba todavía por pensarse. En caso de muerte repentina, no sería ninguna pérdida para el mundo, pensó, aunque sí podría acusársele de una vagancia extrema.

sábado, 16 de mayo de 2015

Los últimos días de Bandini

Arturo Bandini, ni carne ni pescado ni membrillo en conserva, empuja la silla de ruedas hacia la ventana y siente la fresca brisa del Pacífico en la cara. Imagina el paisaje y se acuerda de aquella palmera que lo derrotó en combate singular hace ya tantas décadas y de las hormigas que ya no podrían corretearle por las piernas. «Ah, Camila, vivir es aceptar la derrota», piensa con un suspiro. En qué dirección quedará el desierto, se pregunta. Quizá todavía podría encontrar a su mexicana. A su momia, al menos.
Suena el timbre de la puerta. Será la enfermera, piensa Bandini, pero bien podría ser el comité del Nobel, que por fin viene a hablar con él.

Publicado en el número 26 de Obituario.

viernes, 15 de mayo de 2015

Nueve de noviembre de 1918

Nueve de noviembre de 1918. Guillermo II, el Káiser de Alemania, ha abdicado y el pueblo de París sale a la calle a celebrarlo, viendo inminente el fin de la larga y cruenta contienda que ha arrasado media Europa. Guillaume Apollinaire agoniza en su habitación, enfermo de la mortífera gripe de ese año que acabará con una parte considerable de la población mundial. Escucha al gentío gritar lleno de júbilo y después reclamar con rabia la cabeza de Guillaume. ¿Por qué?, se pregunta el poeta, que en su delirio febril piensa que sus conciudadanos se refieren a él y no al Káiser. Él nunca fue un belicista, se justifica, si combatió en la guerra fue porque era su deber embarrarse en las trincheras como la juventud francesa y derramar sangre propia y enemiga. Y Apollinaire sangró por Francia, musita mientras vuelve a sentir dolor en la vieja herida de la cabeza. ¿Acaso no han comprendido todavía que los únicos obuses que él amaba eran los senos de su querida Lou? Si contribuyó a la locura bélica fue sólo por obligación, por amor a su país de adopción. Por eso le duele tanto que ahora sus compatriotas se arremolinen bajo la ventana a reclamar a gritos su muerte, que siente cada vez más próxima. Ah, morir con esta pena, suspira. Odiado por la turba, deseosa de más sangre. Quizá quieran acabar con él por sus ataques a la moral, reflexiona, aunque nunca reconoció de forma pública ser el autor de Las once mil vergas. O puede que le estén pasando factura por aquella ocasión lamentable en la que lo relacionaron con el robo de la Gioconda. Si pudiera levantarse de la cama a dialogar con ellos, tal vez pudiera convencerlos de sus buenas intenciones, pero el cuerpo ya no le responde. Tampoco la cabeza. La luz que entra por las persianas entreabiertas parece formar extraños caligramas en la pared, piensa unos segundos antes de que sus ojos dejen de ver.

Escrito para Holy Helen.

jueves, 14 de mayo de 2015

Una ciudad propia

No, no tengo tiempo para ti, decía su mensaje. Sigo perdido en la ciudad del ego, llena de intrincadas callejuelas que visitar, y no sé cuándo terminaré.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Sentaron al niño

Sentaron al niño y le explicaron que ya no se querían. ¿Y qué pasa conmigo?, preguntó el niño. ¿Qué quieres?, dijeron sus padres con cariño. Quiero estabilidad, que todo siga igual, ¿no entendéis que el mundo ya es un lugar aterrador por sí mismo? Sois mis padres, tenéis una responsabilidad conmigo, que estoy todavía por formar, soy la parte más débil aquí, ¿por qué me tengo que sacrificar yo, no tendrían que prevalecer mis derechos? Pero no dijo nada de esto, claro, todavía faltaban bastantes años para que alcanzara ese grado de elocuencia y para entonces ya sería muy tarde para dar marcha atrás.

martes, 12 de mayo de 2015

La gente feliz

No me fío de la gente feliz. Algo ocultan. El secreto, al menos.

lunes, 11 de mayo de 2015

El cariño

Yo necesito amor, declaró el autor. Soy un autor en busca de un jurado literario que pueda quererme. Al menos, querer a mi obra, que es parte de mí. Pero es constante el desamor, estoy tan solo en el mundo...

domingo, 10 de mayo de 2015

Apariencias

—Eres todo un caballero, me encanta lo amable y educado que eres siempre con mi marido.
—Bueno, es que darle la mano es lo más cerca que estaré de tocarte el coño.

sábado, 9 de mayo de 2015

MálagaCrea

Cerrar el círculo es que tu novia gane también el concurso que tanto te costó a ti.

viernes, 8 de mayo de 2015

Pecados capitales

—¿Cómo no confías en mí? Como decía Paul Newman, ¿por qué iba yo a comerme una hamburguesa por ahí teniendo un buen filete en casa?
—Pues por gula, claro.

jueves, 7 de mayo de 2015

Por lo demás

Por lo demás, todo sigue igual. La censura se ocupa de ello.

miércoles, 6 de mayo de 2015

La gente

—No puedo con la gente.
—Qué novedad.
—Mi problema es que no soporto estar con las personas normales porque me recuerdan que no soy uno de ellos y tampoco soporto estar con los marginados porque me recuerdan que soy uno de ellos.

martes, 5 de mayo de 2015

Cuatro

Cuatro años de nuestra vida juntos y parece que fue ayer cuando empezamos. Pero es que el tiempo pasa volando cuando te diviertes.

lunes, 4 de mayo de 2015

La infancia

Yo he venido aquí a presentar mi libro, pero en realidad quería hablarles de mi infancia. Entenderían mejor muchas cosas que digo en el libro. Todo esto viene de ahí. Es terrible que nos afecte tanto y nadie esté ahí para ponerle remedio. Después ya es tarde, cuando somos adultos y podemos defendernos solos. Soy quien soy por culpa de mi infancia, llena de otros niños que sabían mejor que yo de qué iba la cosa.

domingo, 3 de mayo de 2015

Ser indigno

Te dicen que eres indigno y no mereces nada. Quizá sea verdad. Tienes que aceptar la opinión de la mayoría, es lo democrático. No querrás ser un tirano e imponer tu opinión.

sábado, 2 de mayo de 2015

Existir es absurdo

Existir es absurdo y nuestro tiempo es limitado. Como los yogures, tenemos fecha de caducidad. ¿Por qué vivir para tener que morir?, nos preguntamos. Nos parece injusto y como niños nos negamos a aceptar la realidad inventando religiones que nos prometen que habrá algo más después del último acto. Miles de millones de personas han pisado el planeta y no sabemos nada de ellas. Somos anónimos aunque nos creamos especiales e importantes. Estamos condenados a desaparecer, con todos nuestros recuerdos.
Por suerte, la muerte siempre nos parece algo muy lejano. Algo que les pasa a otros, no a nosotros. De alguna manera estamos convencidos de que a nosotros no nos tocará. Llegado el momento, engañaremos a la muerte. ¿Cómo vamos a desaparecer, si siempre hemos existido desde que tenemos uso de razón? Porque la realidad funciona con respecto a nosotros y no al revés, pensamos.
Vivir, paradójicamente, nos acerca a la muerte, que es sin duda el gran tema. El final de todo esto. No más amor. No más conversaciones filosóficas con los amigos en los bares. No más canciones. «Esto también pasará».

viernes, 1 de mayo de 2015

La normalidad

Intentar ser normal es agotador. E infructuoso. La normalidad sale de forma natural, como es lógico. Una normalidad forzada no es tal. Pero es lo único que puede conseguir uno la mayor parte de las veces.