martes, 23 de diciembre de 2014

No para sus ojos

Es la falta de costumbre, nunca se me dio bien esto. Yo me guardaba lo que sentía y, si acaso, lo escribía en secreto. Como un espía cuyo lema fuera: no para sus ojos. Por eso, qué sé yo de revelar los secretos del corazón, cuando toda mi vida he estado trabajando para ocultar su actividad.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Uh. Nunca.

El corazón de un humano es más turbio que el Ganges, y debe quedar oculto.

(Nota mental: hacer un juego de palabras con "más turbio" y... nah, borrar la nota mental).