lunes, 30 de junio de 2014

La novela

Ya está, ciento sesenta y siete páginas. He escrito una novela. Por fin me dejarán tranquilos todos los que me decían que la novela era el Santo Grial que solucionaría mis problemas. Ahora, a reescribirla mil veces.

domingo, 29 de junio de 2014

Un saboteador

Alberto Macías, autor nacido en Guinea Ecuatorial, pero residente en Toledo, disfrutaba apuntándose a concursos de novela negra sólo para impugnarlos en la gala de entrega de premios con el argumento de que él era el único que merecía ganar, pues era evidente que los demás concursantes eran blancos.

sábado, 28 de junio de 2014

Recortar por la línea de puntos

—Buenos días, me envía el gobierno para aplicar recortes en su literatura.
—¿Cómo dice?
—Ha escrito por encima de sus posibilidades y he venido a poner fin a este dispendio. A partir de ahora, escribirá de manera sostenible, limitando el número de personajes y situaciones. Si no cumple con esta obligación, se le multará generosamente.
—¿En las multas no recortan?
—No, siempre multamos por debajo de nuestras posibilidades.

viernes, 27 de junio de 2014

Bienvenidos al fracaso

Bienvenidos al fracaso. Pueden sentarse aquí, en primera fila, cerca de la acción. ¿Quieren tomar algo? El espectáculo nos va a llevar cierto tiempo.

jueves, 26 de junio de 2014

Touché

—Eres mío, mío y de nadie más.
—Bueno, y de los lectores.
—Pues eso: de nadie más.

miércoles, 25 de junio de 2014

Derrières

Siempre he sido un hombre de culos. De hecho, incluso en la época de las grandes tetudas a lo Pamela Anderson o Laetitia Casta, yo buscaba sobre todo fotos de sus nalgas desnudas. Supongo que esta fascinación tiene varias explicaciones. Un atavismo simiesco no superado, por ejemplo. Pero quizá tenga relación con la posibilidad de ver sin ser visto. Con las tetas, te tienes que someter al escrutinio femenino y ven tu cara de sátiro, mientras que el culo puedes observarlo anónimamente. Eres invisible, un oteador escondido. No tienes que dar la cara, vaya. También ellas se convierten en mujeres anónimas, claro, pues desaparece el rostro de la ecuación, aunque supongo que algo similar pueden decir los hombres de tetas.

martes, 24 de junio de 2014

La musa y la novela

Al escritor lo despierta un ruido. Abre los ojos y ve a una hermosa mujer vistiéndose. Concretamente, poniéndose las medias. En condiciones normales, reaccionaría de forma negativa ante un allanamiento, pero la chica es muy bella y da gusto despertarse con una visión así. Sin embargo, la curiosidad le empuja a romper el silencio y preguntar de forma poco original:
—¿Quién eres?
—Hola —responde ella alegremente—, no quería despertarte. Pues soy tu musa, claro. ¿Ya no te acuerdas de lo de anoche?
—Lo cierto es que no, pero me encantaría rememorarlo —dice, alargando la mano hacia uno de los sedosos muslos de la muchacha.
—Qué mal que no lo recuerdes —responde ella con un mohín, pero dejándose acariciar—. Anoche estabas lleno de entusiasmo.
—Puedo imaginarlo, sí.
—Ibas a escribir una novela.
—¿Qué? ¿Yo? —pregunta, deteniendo la caricia.
—Tú, claro. ¿O es que hay alguien más aquí? Me acordaría de eso, ¿sabes? No suelo hacer tríos.
—Te creo, te creo. Pero...
—¿Pero qué? —dice ella con los brazos en jarras, botando de forma muy erótica sus pechos.
—Que yo no soy novelista. No soy más que un cuentista de tres al cuarto. Una novela me queda grande, nunca mejor dicho.
—Anoche no decías eso. Ibas a escribirla aunque te llevara toda la vida. Aunque nunca consiguieras terminarla realmente. Ibas a dedicarte en cuerpo y alma a ello como si no existiera nada más en el mundo.
—No sé, me parece raro. No suelo ser tan ambicioso.
—Anoche lo eras —dice ella con ojos pesarosos, levantándose de la cama y poniéndose la falda.
—Espera, espera, si tú afirmas que lo dije, será verdad.
—Eso está mejor —sonríe ella mientras se abrocha la blusa.
—¿Te volveré a ver?
—Puede ser, sí, pero siempre cuando menos te lo esperes —y sale de la habitación.

lunes, 23 de junio de 2014

Puertas

Los motoristas de la ciudad descubrieron que los semáforos rojos eran portales a otra dimensión. Traspasarlos te llevaba a un plano de existencia distinto, sobre todo si en ese momento cruzaba otro vehículo.

domingo, 22 de junio de 2014

Evolución

Cuando era más joven, a veces no sabía qué escribir. Ahora lo que me causa problemas es el cómo.

sábado, 21 de junio de 2014

La coronación

El pueblo, sintiéndose indigno de su rey, decidió quedarse en casa para aclamarlo en la intimidad.

viernes, 20 de junio de 2014

Sitcom

Hace media vida que te conozco, dijo ella. En realidad, contesté yo, nunca estuve demasiado presente: un actor (y autor) secundario al que llamaban para algunos capítulos.

jueves, 19 de junio de 2014

La vida matrimonial

Unos meses después de nuestra ruptura, Alba me hablaba de lo feliz que era cuando hacía vida de matrimonio con su nueva pareja. Cinco años después de esto, Babeth me contaba en un bar lo mucho que le gustaba despertar en mitad de la noche y escuchar la respiración de su novio. Yo bajé la mirada a mi cerveza.
La crueldad de las mujeres que no te quieren. Pero centrémonos en otro pensamiento: ninguna chica me dijo nunca algo así sobre mí. Ninguna declaró que le encantara la vida conyugal conmigo. Pero es natural, soy un tipo raro; ni siquiera yo me aguanto las veinticuatro horas. A mí también me gustaría desconectar, tener unas vacaciones de mi persona. Ser otro de vez en cuando, en definitiva.
Pero uno quiere ser aceptado, de todos modos. Adhesión total, si es posible. Se impone el corazón, no la razón. Porque es muy bonito cuando una mujer te pide que te quedes. Recuerdo a Susana llorando en una despedida. A María pidiéndome que me quedase un día más. Pero nunca dijeron que les gustase la vida conmigo. Si lo pensaron alguna vez, se cuidaron mucho de expresarlo en voz alta. La única en decirlo ha sido Sonia. Sólo ella me ha dicho que es muy feliz despertando a mi lado. Me hace sentir importante. Es rara la vida.

miércoles, 18 de junio de 2014

Momentos determinantes

Le vino como caído del cielo. Como el meteorito que aniquiló a los dinosaurios.

martes, 17 de junio de 2014

La devaluación vital

Viviendo siempre una vida que no te pertenecía. No es que fuera tiempo prestado, más bien lo tuyo era como una emisión constante de moneda para ir tirando. La devaluación vital. Y ya no te queda nada más que declarar la bancarrota y ver si puedes volver a empezar de cero.

lunes, 16 de junio de 2014

La planificación

¿Sabes una cosa, cariño? Hoy me he dado cuenta de que nunca me acosté con las chicas a las que deseaba cuando tenía catorce años. En su momento me importó mucho, claro, pero luego me olvidé o más bien no le presté atención; las distracciones de la vida, ya no tenía catorce años y deseaba a otras, lo normal. Pero el caso es que podía haberlas tenido. Vale, con catorce años era muy joven y no me iban a hacer caso, preferían chicos mayores, pero podía haber realizado planes quinquenales para follármelas. O incluso de diez años. Llegar a los veinticuatro y poder decirme: tuve a aquellas primeras chicas que me cautivaron. Y si a los diez años todavía me faltaba alguna, darme diez años más. Poder decirme a los treinta y cuatro: me ha llevado veinte años, pero he tenido a las primordiales, no quedan cuentas pendientes. Podía haberlo planeado mejor todo. Pero no.

domingo, 15 de junio de 2014

Problemas de magnitud

Para acabar definitivamente con los complejos masculinos, el ministerio decidió cambiar las tallas de los preservativos. Así, la talla grande pasaría a considerarse extragrande, la normal sería la grande y, por último, la talla pequeña se etiquetaría como normal.

sábado, 14 de junio de 2014

Gol

Soñé que estaba en el círculo central del Bernabéu presentando una novela ante ochenta mil espectadoras que coreaban mi nombre, me levantaba de la mesa, arrancaba con calma las páginas de uno de los ejemplares y hacía una pelota de papel con ellas. Luego, dándole pataditas con habilidad notable a la pelota novelesca, me dirigía con trote decidido hacia una de las porterías, donde marcaba un golazo de antología (o puede que fuera de ontología, este punto no está muy claro).

viernes, 13 de junio de 2014

El finalismo (3)

Es difícil ganar concursos literarios. Es difícil, sobre todo, si no te has hecho un nombre antes. ¿Y cómo conseguir esto último? Pues una buena manera sería ganando concursos. Es un tema complejo.

jueves, 12 de junio de 2014

El viajero del tiempo

Ahora nuestro amor es imposible, pero nos encontraremos en el futuro, decía el niño a las niñas que le gustaban.

miércoles, 11 de junio de 2014

Embriagaos

«Emborracharse es una actividad cultural», aseveraba ante la cara de estupor de los parroquianos. «Pues yo obedezco al mandato poético de Baudelaire, que animaba a embriagarse de vino, poesía o virtud. Pero la virtud es una quimera y no tengo sensibilidad para la poesía».

martes, 10 de junio de 2014

En la agencia de publicidad

—Buenas, quisiera que me hicieran una campaña publicitaria para ligarme a mi vecina.
—¿Cómo dice?
—Me ignora, me ignora por completo a pesar de vernos casi a diario en el rellano. Quiero que consuma mi producto, mi amor por ella. Creo que podríamos empezar con unos buenos eslóganes que atraigan su atención, ¿no? Algo como «con el amor de tu vecino del 6º B serás feliz», pero más sutil.

lunes, 9 de junio de 2014

El infantilismo

Y lloran, emocionados, al pasear a hombros la figura de la Virgen. Como niños jugando con un oso de peluche.

domingo, 8 de junio de 2014

Extender el amor

El sueño de un ególatra es ser amado también por otros.

sábado, 7 de junio de 2014

Un artista de la palabra

Otros tenían a Houdini, pero nosotros teníamos en el Gran Teatro de Oklahoma a Josef K, que siempre dejaba en éxtasis al público con sus espectáculos literarios. Un artista de la palabra, lo llamaban. Esto despertaba algunas envidias en el resto del elenco, claro, sobre todo en el lanzador de cuchillos, que había perdido su estatus de estrella y le dedicaba siempre miradas torvas. K, quizá para mantener ese aire de misterio tan beneficioso para el negocio, era muy reservado y nunca hablaba de su vida anterior a unirse a la compañía. Algunos decían que era un refugiado, un exiliado buscado en Europa por algún oscuro crimen, pero seguramente eran calumnias lanzadas por sus enemigos. Siempre tuvo mala salud: le acompañaba una tos persistente que algunos tomaban por tuberculosis; él siempre negaba esto con una sonrisa y bromeaba con la idea de que era por una puñalada en el pulmón mal curada. La noche anterior a su desaparición, me lo encontré dormido junto a la jaula de la pantera. Murmuraba entre sueños algo que parecía alemán y, llevado por la curiosidad, busqué a Fritz, el forzudo, para que me lo tradujera. Al parecer, repetía sin descanso: como un perro, como un perro.

Publicado en el número 15 de Obituario

viernes, 6 de junio de 2014

El objeto vida

La vida es un objeto siempre decepcionante y, sin embargo, es habitual que el ser humano solicite más. Más cantidad, más variedad, más calidad. Vista de cerca, sus defectos son más que evidentes, pero en la lejanía es muy sencillo imaginarle virtudes disparatadas y, no obstante, convincentes. En general, podemos dividir la vida —un tanto arbitrariamente, es cierto— en tres etapas claras: infancia, edad adulta y ancianidad. Los expertos (sean quienes sean estas personas) coinciden en afirmar que la mejor etapa de todas es la infancia, por lo que conlleva de inocencia y esperanza infinitas, aunque la falta de sexo podría disuadir a algunos de instalarse en ella si se presentara la oportunidad. Entre la infancia y la edad adulta existe un periodo de transición conocido como adolescencia, periodo que suele caracterizarse por la gran cantidad de experiencias traumáticas acumuladas (por fortuna, el tiempo se encarga de difuminarlas en la memoria, aunque no siempre con el mismo éxito). En la edad adulta, la vida consiste en una renuncia constante a los sueños e ilusiones que se adquirieron previamente. Se conoce a este proceso con el término de «madurar». Normalmente, aunque esta tendencia está en los últimos años en peligro, el propietario de vida dedica estos años a trabajar para poder costearse ciertos bienes materiales que son necesarios para un correcto aprovechamiento de la experiencia vital. Llegado por fin a la ancianidad, el usuario dedica su tiempo a quejarse constantemente y a hablar del objeto que conocemos como muerte.

jueves, 5 de junio de 2014

Una retirada a tiempo

—Oiga, que quiero dejarlo.
—¿Ahora? ¿Por qué?
—Pues porque estoy en una edad en la que ya sólo me queda recordar, y no demasiado. El presente me interesa cada vez menos (y no digamos ya el futuro). Y he pensado que si dejo de ser rey el recuerdo será más agradable. Ya sabe, por la comparación: los buenos y viejos tiempos. Además, así no corro riesgo de estropearme el buen sabor de boca.

miércoles, 4 de junio de 2014

El finalismo (2)

Otra cosa curiosa es que te tratan como si fueras gilipollas. Simulan que todavía puedes ganar, que el jurado todavía no ha fallado y que lo hará el día en que se anuncia públicamente. El hecho de que te hayan escrito, es decir, que conozcan ya tu identidad, no tiene que llevarte a la lógica conclusión de que han abierto las plicas, claro. Lo habitual en los concursos es ponerse en contacto con el ganador con antelación para evitar cualquier problema (que el relato premiado haya sido galardonado en otro certamen antes, por ejemplo), para que tenga tiempo para acudir al acto, para que mande una foto y una biografía para los medios, etc. Muy pocos concursos funcionan a la manera de los Oscars, con sorpresa en directo para el ganador; quizá MálagaCrea y un par más, siempre certámenes juveniles y de modesta relevancia. Sin embargo, te tratan como si fueras idiota (vaya visión negativa de los autores, por cierto) y tú tienes que sonreír y seguirles el juego, que hablar del asunto con sinceridad sería considerado de mala educación.

martes, 3 de junio de 2014

El finalismo

Te metes en la final y lo ves cerca, lo ves posible. Puedes ganar, lo estás rozando con los dedos. Y qué bien te vendría ese dinero. Por fin, ahora que estás sin un duro. Pero pasan los días y no te llaman. Finalmente, te escriben para invitarte al acto de lectura del fallo. Está abierto al público, te dicen. Ya está, has dejado de importar en la ecuación. Dejas de ser autor, ahora eres público. Público de otro. De un autor de verdad. Y en realidad les da igual si vas tú o cualquier otra persona, lo único que necesitan es público. Por eso no les importa hacerte este feo de pedirte que asistas a la coronación de otro. Venga usted a aplaudir y envidiar la gloria ajena. Como si la mujer que amas te invitara a su boda. Algo así.

lunes, 2 de junio de 2014

El astronauta

El astronauta dio los primeros pasos en el extraño planeta. Todo era aterrador y, al mismo tiempo, fascinante. Un mundo entero por descubrir. Pero antes de que pudiera aventurarse por la calle, su madre le cogió de la mano y lo condujo al coche familiar.

domingo, 1 de junio de 2014

A medias

Junio. Sexto mes. La mitad del año. Y el teléfono que no suena para anunciarme dinero. Esto va mal.