Mi corazón temblaba y no era un sueño.
Fueron muriendo todos los soldados de la guardia del rey
y mi corazón seguía temblando.
Leopoldo María Panero
Falleció el poeta loco y el reino suspiró de alivio. Por fin descansarían todos, conciencias incluidas. Ya no sufrirían más sus terroríficas risotadas ni sus versos cáusticos. Los soldados de la guardia del rey se felicitaron ante lo que entendieron como una mejora clara en sus condiciones laborales: por fin podrían cobrar la jubilación.
1 comentario:
No sé. Pero yo creo que él ya estaba allí.
Publicar un comentario