sábado, 26 de enero de 2013

Al otro lado de la calle

Al otro lado de la calle, ve a su amigo Pedro. Antes de que pueda saludarle, advierte que está fumando. Qué raro, piensa, si Pedro no fuma. Se le ocurre de pronto que su amigo lleva una vida secreta, una en la que, entre otras cosas, fuma como un carretero. De pronto, ve que Pedro saluda a una mujer. Se besan. En la boca. Esto no puede ser, le está siendo infiel a Marisa, piensa. Una cosa es llevar una vida secreta como fumador y otra es acostarse con otras mujeres de forma clandestina. Así que telefonea de inmediato a Marisa, que es también su amiga, y le dice: ahora mismo tu marido está con una fulana. Ella le responde: ¿Cómo que con una fulana? Si está aquí conmigo, sentado en el sofá; ¿es que me estás llamando puta? Él duda, pero finalmente contesta: no, ese tipo con el que estás tiene que ser un doble, que yo lo estoy viendo ahora mismo, al otro lado de la calle.

1 comentario:

Microalgo dijo...

Pues por poco la lía, el fisionomista de los cojones.