miércoles, 31 de octubre de 2012

Una obra de teatro modesta

Se alza el telón y aparecen en el escenario dos ACTORES con un tablero de la ouija que pasan a poner en el suelo.
ACTOR1: Buenas tardes, damas y caballeros. Como habrán notado al comprar la entrada (y al vivir en esta ciudad de mala muerte), nuestra obra es muy modesta. Yo ni siquiera soy actor, sino tramoyista. Pero no se inquieten, todo esto tiene fácil solución. Mi compañero les explicará.
ACTOR2: Gracias. Verán, yo ahora voy a convocar al espíritu de Laurence Olivier, que era un actor de tomo y lomo, para que posea a mi compañero. En el sentido espiritual o demoníaco del término, claro, no se preocupen, que esto es una obra para todos los públicos.
ACTOR1: Y no teman por mí, hemos hecho esto muchas veces.
ACTOR2: No digas eso: algo sí que peligra la vida del artista.
ACTOR1: Eso es un convencionalismo.
ACTOR2: No, hombre, hazme caso. Esto de tratar con muertos y demonios tiene sus riesgos. Nunca sabes quién se va a poner al teléfono.
ACTOR1: No sé, se supone que los demonios son grandes mentirosos; igual salíamos ganando con su capacidad de interpretación.
ACTOR2: Pero hablan en lenguas extrañas. Bastante tiene el público con que la obra sea interpretada en inglés por sir Olivier.
ACTOR1: Podríamos venderla como una obra de teatro de Mel Gibson. O de Ibsen. ¿Quién diferencia el noruego del arameo?
ACTOR2: No digas tonterías, cíñete al guión.
ACTOR1: ¡Pero si no hay!
ACTOR2: Es una forma de hablar.
ACTOR1: Ah.
El ACTOR2 enciende unas velas alrededor del tablero de ouija y se sienta. Empieza a murmurar algo mientras el vaso se desliza por el tablero sin que nadie lo toque. De pronto, se levanta un SEÑOR DEL PÚBLICO.
SEÑOR DEL PÚBLICO: To be or not to be!

lunes, 29 de octubre de 2012

Poesía crepuscular

La última moda literaria nos llega desde el asilo: ancianos que comienzan a escribir. Emilio Fernández Olmo es el mayor exponente de este movimiento, aunque suene irónico llamar movimiento a algo cuando sus componentes no destacan precisamente por moverse mucho. La poesía de Emilio es muy poderosa, con mucha fuerza, y eso que su autor tiene noventa y siete años. Poemas como ¿Ya es la hora del paseo? o Mi próstata se expande continuamente, como el universo nos hablan del declive, del olvido, de la alienación. «Todos sois extraños», escribe Emilio, «sobre todo el nuevo, que nunca me acuerdo de su nombre». Fernández Olmo nos habla desde el futuro, desde un futuro que no queremos ver. Esta nueva (y vieja) generación de literatos crece cada día, pues las editoriales peinan los asilos en busca de más voces ajadas por el tiempo y el exceso de tabaco.

sábado, 27 de octubre de 2012

Nunca más me volverán a llevar a la tele

¿En qué te inspiras?, me pregunta el presentador. Yo le contesto que ser escritor es como ser esquizofrénico: escuchas las voces y las sigues.

jueves, 25 de octubre de 2012

Conversaciones sobre el futuro (3)

—Aquí seguimos —dice Caperucita Roja.
—Sí —contesta el lobo—. Se podría decir que somos una pareja consolidada.
—No, tú y yo no somos nada; eres un simple acosador.
—No tan simple: estoy lleno de matices.
—Ya, seguro.
—Además, me necesitas en tu vida —responde con suficiencia el lobo.
—¿Para qué, para que me persigas? ¿Para que te comas a mi abuelita y te hagas pasar por ella? Por cierto, eso se llama travestismo. Tendrías que ir al psicólogo.
—Al veterinario, en todo caso. Y tendrías que ir tú al psicólogo, que para algo eres una representación de la menstruación.
—¿Cómo dices?
—Aunque yo también lo soy.
—¿Tú? ¿Un lobo? Oye, que yo me depilo muy bien —responde con sorna Caperucita.
—En realidad soy un licántropo, de ahí que pueda hablar y sea tan antropomórfico. Y ya sabes: la licantropía consiste también en cambios de humor una vez al mes.
—Eres un machista.
—Es mi naturaleza de lobo, que está por socializar.

martes, 23 de octubre de 2012

Alcohólicos anónimos

En un sórdido bar, dos borrachos beben. Son BRIAN y EPSTEIN.
BRIAN: ¿Por qué bebemos, Epstein?
EPSTEIN: Para olvidar.
BRIAN: ¿El qué?
EPSTEIN: ¿Cómo quieres que lo recuerde, no ves que estoy bebiendo?
BRIAN: ¿Y no podríamos parar para recordarlo? Sólo un momento. A lo mejor no era para tanto y estamos aquí cometiendo un error.
EPSTEIN: Detenerse sería el error. El alcoholismo es una carrera de fondo.
BRIAN: Es casi una actividad deportiva, ¿no?
EPSTEIN: No te pongas sardónico conmigo. Se bebe para agotar el tiempo, para fundirse con lo absoluto y tener todas las respuestas a los enigmas del universo.
BRIAN: Pues yo no tengo ninguna.
EPSTEIN: Eso es porque no llevas en esto tanto como yo. Sigue bebiendo y ya aprenderás.

domingo, 21 de octubre de 2012

La videncia y sus problemas

En el hotel Continental se celebra un congreso de adivinos, pero nadie asiste a las conferencias, pues todos saben lo que se va a decir.

viernes, 19 de octubre de 2012

Una vieja cara

Perdone, usted es escritor, ¿verdad? Ah, es que era muy fácil: se le nota en la cara. Tiene usted cara de escritor. Cara de pensar mucho. De estar solo. De perder el tiempo.

miércoles, 17 de octubre de 2012

El corte

—Escribiré una novela durante las noches que duermas en mi cama.
—Será una novela muy corta, entonces.

lunes, 15 de octubre de 2012

Creerse un autor

En el Carrefour, la cajera señala el libro que llevo bajo el brazo y me pregunta: ¿Ese libro es tuyo? Durante un momento idiota, estoy a punto de contestar: No, es de Stendhal.

sábado, 13 de octubre de 2012

Una nueva cara

Perdone, ¿es usted escritor? ¿No? Pues tiene la cara perfecta para aparecer en la solapa de un libro, ¿nunca se lo han dicho? Precisamente ahora vamos a lanzar uno y su rostro nos vendría bien. Aquí le dejo mi teléfono, piénselo.

jueves, 11 de octubre de 2012

El no

Todas las editoriales lo lamentan. Tenemos las manos atadas, dicen. Pero su obra es muy interesante. Mucho. Encontrará cabida en algún sitio. Pero no aquí. Usted se merece algo mejor.

martes, 9 de octubre de 2012

Adiós, Madrid, nunca te gusté

Madrid, tenías que haber sido mía, pero te tomaron otros. Nunca te sirvieron mis maneras trasnochadas, mi literatura de provincias. Cinco euros por una cerveza en el Café Gijón, Madrid. Y mis bolsillos vacíos. Adiós, Madrid, tus calles me expulsan como a un cuerpo extraño. Me voy con todo lo que intenté darte, pues nunca aceptaste nada de mí. Me voy donde tampoco me quieren, pero donde el desamor es mutuo. Adiós, Madrid, adiós.

domingo, 7 de octubre de 2012

El fantasma del cuarto de baño

Hay un fantasma en el cuarto de baño. Lo sé porque me cambia las cosas de sitio: por ejemplo, le encanta meter el papel higiénico en la cisterna y embadurnar las cortinas de la ducha con pasta dentífrica. Yo no me enfado ante estas travesuras porque entiendo que es su misión fantasmal. Quién soy yo para decirle a alguien cómo ha de llevar su muerte. Además, tiene que ser muy duro estar condenado a vagar eternamente entre el retrete, el bidé y la ducha.

jueves, 4 de octubre de 2012

La cena

Uno de vosotros me va a traicionar, dice Jesús. Los apóstoles se miran entre ellos y dudan. ¿Por qué el líder siembra la semilla de la división entre sus seguidores?, se preguntan. Ahora que han llegado tan lejos, que ya están en la capital, donde está el dinero. Será el estrés, murmura Pedro, está sometido a muchas presiones. Y pide vino, para relajar la tensión en el ambiente.

lunes, 1 de octubre de 2012

En el Camino

Veinticinco kilómetros bajo la lluvia, subiendo largas cuestas, soportando vientos huracanados. Me giro y le digo a Sonia: «Si el sufrimiento nos acerca a Dios, esto es petting».