martes, 1 de mayo de 2012

El sistema

Por decreto, todos los ciudadanos de este país nacen como criminales y no se les reconocen derechos, sólo deberes y obligaciones para saldar su deuda con el Estado. Por buen comportamiento, muy poco a poco, un individuo puede ganar derechos hasta que por fin deja de ser considerado un delincuente. Se convierte en un ciudadano privilegiado, alguien envidiado por el resto de la sociedad. Estas personas se muestran contrarias a toda reforma democrática, pues a ellas les costó mucho alcanzar el estatus de ciudadano libre. «Por qué mi vecino ha de tenerlo más fácil que yo», piensan. «Yo tuve que esforzarme mucho para conseguir mis derechos, que lo hagan también los demás». De esta manera, los esclavos son también esclavistas, lo que facilita enormemente el funcionamiento del Estado.

1 comentario:

Lublú dijo...

Como en la Antigua Grecia. Solo que en este caso, todo es al contrario. Los derechos no pertenecen a la persona desde el momento en que nace, no le vienen de cuna. Se los gana... ¿con trabajo y esfuerzo?.

El funcionamiento del Estado es, cuando menos, intrigante.