jueves, 29 de diciembre de 2011

2011

En el año en que iba a decir adiós a todo, te dije hola a ti.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Los caracoles

La última exposición de Jakob Jakob, el genial fotógrafo anacoreta, está centrada en los caracoles, como las anteriores. Cuando se le ha preguntado por esto, el autor se ha limitado a encogerse de hombros con aire distraído antes de responder: «los caracoles posan mejor que las cucarachas».

martes, 27 de diciembre de 2011

El desencuentro

La realidad y yo estamos peleados, pero empezó ella. Yo soy un tipo razonable, pero sé cuándo no soy bienvenido y tengo mi dignidad. Para hacer las paces, ella tendrá que dar el primer paso. Mientras tanto, seguiremos ignorándonos.

lunes, 26 de diciembre de 2011

El orden cínico de las cosas

Yo entiendo el amor como una confesión, dice el poeta Goran Tevic, pero no como una confesión que haces a la persona amada o al mundo —aunque también—, sino como una fe. Una manera de estar en la vida. Pero esto de la fe funciona así: si son muchos, es una religión; si son pocos, es una secta; si es sólo uno, es un romántico trasnochado. Yo me niego a aceptar el orden cínico de las cosas. Por eso decido ir a otra ciudad a buscar a una chica en un concierto multitudinario. Sólo porque vi una foto suya y me enamoré. Como Dante de Beatriz. La destrucción fue mi Beatriz, que decía Mallarmé. El amor es mi Beatriz, digo yo. Un ideal. Un ideal basado en una realidad difusa que no conozco, pero que cobra sentido a través de ese ideal que he inventado yo.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Una mina de jardín

El señor Finisterre está en su jardín regando las gardenias. Mientras hace esto, piensa en Virtudes, su vecina. Las tetas altas de Virtudes. Las virtudes de Virtudes. Ensimismado, da unos pasos sin mirar dónde pisa, deteniéndose cuando oye un súbito chasquido. Qué habrá pisado, se pregunta, no ha sonado como una rama. Baja la mirada y descubre que tiene el pie encima de una mina. Traga saliva, pero con cuidado, para no moverse. ¿Cómo ha llegado esto aquí?, piensa. Una mina de jardín. Quizá es que hay una guerrilla de los jardines que combate al gobierno, una especie de Viet Cong oculto entre rosas, margaritas y tulipanes; insurgentes entre las flores. Pero no, esto no tiene sentido, él no ha visto que el gobierno bombardee con napalm las zonas residenciales. Tal vez la mina de su jardín es una reliquia de alguna guerra olvidada. Tal vez ha ido desenterrándose poco a poco, con la lluvia. O con el agua con la que, alargando el brazo, sigue regando las gardenias en un intento de aparentar normalidad, como si la mina fuera a desaparecer por ignorarla.

sábado, 24 de diciembre de 2011

El dinero y el amor

—Ya tengo decidido qué te voy a regalar para tu cumpleaños.
—Si no te cuesta dinero, vale.
—Tengo que comprarlo en una tienda, no es una manualidad casera.
—No quiero que gastes dinero, tienes que ahorrar.
—Pero es que yo quiero regalarte eso. Es el regalo perfecto.
—Prefiero que no. Quiero que ahorres, es importante.
—Me caes fatal.
—Pues déjame.
—Es tu solución para todo. «Tengo frío. Pues déjame».
—No digas tonterías.
—Que sepas que no voy a ahorrar: pienso gastarme todo el dinero en cosas superfluas.
—Gilipollas.
—Bruja.

viernes, 23 de diciembre de 2011

El Cuarto Reich

Madame Retourner, la famosa médium, entra en trance con facilidad debido a que tiene la tensión baja. Esto le viene de perlas para desempeñar su actividad, aunque tiene sus inconvenientes cuando está dando un paseo.
—Yo quería hablar con Hitler —interrumpe un personaje al narrador.
—¿Con Hitler? —pregunta ella en un alarde de redundancia.
—Con Hitler —contesta él subiendo la apuesta.
—Pero es que yo no hablo alemán.
—Pues vaya una mierda de médium.
—Oiga, sin faltar.
—Perdone, estaba pensando en voz alta. Yo es que creía que los muertos se comunicaban con usted en un idioma universal. La lengua de los muertos o algo así.
—Pues no. Cada uno habla la lengua que hablaba en vida.
—¿Y los sordomudos?
—¿Qué?
—Los muertos sordomudos, ¿en qué idioma hablan?
—A ver, se comunican conmigo con sus pensamientos, no es que escuche voces. ¡Ni que fuera una esquizofrénica!
—Claro, tiene sentido. Pero los pensamientos pueden ser imágenes, más que palabras.
—Sí.
—Pues eso, que quiero hablar con Hitler. Llámelo y que le dé imágenes.
—Como quiera.
Madame Retourner cierra los ojos e inspira profundamente. Está abierta la comunicación. Es como una telefonista que contacta con el número adecuado.
—Que se ponga ya Hitler —vuelve a interrumpir el hombre.
—Veo las paredes de un búnker —anuncia Madame Retourner.
—¿Está Eva Braun ahí?
—Sí. La veo. Está aquí, a la derecha, sentada en un sofá.
—Bien. ¿Qué lleva puesto?

jueves, 22 de diciembre de 2011

El Gran Líder

—El Gran Líder ha muerto.
—Imposible, eso es contrarrevolucionario.
—Ya lo sé. He hecho fusilar a los médicos.
—¿Y bien?
—El estado del Gran Líder no ha mejorado: sigue muerto.
—Eso es que elige voluntariamente la muerte. ¿Qué crees que significa?
—Igual es su manera de decirnos que ya estamos preparados para conducir el país sin él.
—No sé, es mucha responsabilidad.
—Motivo de más para estar orgullosos de que nos haya elegido. ¡Somos dignos a ojos del Gran Líder!
—Sí, no lo había pensado. Además, quizá vuelva si lo hacemos mal.
—Eso comunicaremos al pueblo, para que no haya revueltas.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

El remedio

Doctor, estoy estresado, no puedo con mis problemas, le dijo a su médico. Usted encójase de hombros, contestó éste. ¿Y ya está?, preguntó el paciente. Ya está, con eso será suficiente, que es un gesto literario y práctico a la vez: ya verá qué bien le sienta al cuello. El paciente, ante esta sugerencia tan poco común, se encogió de hombros por primera vez. Era verdad que sentía alivio, pensó. E indiferencia. De pronto, era como si nada pudiese afectarle. Era invulnerable. Por muy terrible que fuera la dificultad con la que se encontrase, podía superarla con un simple gesto.

martes, 20 de diciembre de 2011

La mirada

A mí es que me gusta mirarte, le dice él con la convicción de quien no tiene que justificar sus actos. Me gusta mirarte y ya está, remata ante la expresión de incredulidad de la chica, que no se siente especialmente atractiva por las mañanas. Qué raros son los románticos —piensa ella—, no se enteran de nada.

lunes, 19 de diciembre de 2011

La imaginación desbordante

Yo, señoras y señores, no sé hacer la vida. La realidad nunca me satisface, ya que siempre me la imagino mejor de lo que es. Una mujer fascinante, un viaje a un lugar exótico, un trabajo con condiciones inmejorables... son todas cosas que me decepcionan. En mi cabeza es todo más interesante, funciona siempre a mi gusto. Por qué la vida no podrá ser como mi imaginación, me pregunto. Y se me ocurren motivos mucho mejores que los reales.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Las fotos

Marisa encuentra unas fotos pornográficas en el teléfono móvil de su novio. Fotos de penetración. Fotos de infidelidad, pues esa chica no parece ella. No se ven las caras de los amantes, pero ese cuerpo no es el suyo. Va corriendo a enfrentarse a su novio.
—Explícame estas fotos.
—Qué tengo que explicar —dice él para ganar tiempo.
—Ese culo no es el mío.
—Claro que lo es.
—No, yo no lo tengo tan bonito.
—Sí que lo tienes, aquí está la prueba.
—¿En serio?
—De verdad. Es tu culo, no seas tan modesta.
—Vaya... No sabía que mi culo era tan fotogénico. ¡Qué bien!
—Pero tengo que decirte una cosa: esa polla no es la mía.
—¿Qué?
—No sé, explícamelo tú.
—¿Cómo no va a ser tu polla?
—Muy sencillo: porque no soy yo el de las fotos. Es decir, que follas con otro y encima te sacas fotos con él. ¡Con mi teléfono móvil, además!
—¡Pero qué dices! Si yo acabo de encontrar estas fotos hace un rato.
—Vaya, te saca fotos tu amante y ni te enteras. Dime la verdad: ¿estás consumiendo drogas? ¿Te ha metido en la mala vida ese tipo?
—¡Que no tengo ningún amante!
—Ah, ingrata. Si tengo las pruebas en la mano, las pruebas de tu infamia. No tienes vergüenza alguna, no me respetas nada y por eso eres capaz de mentirme en la cara cuando la verdad es evidente. Yo no puedo estar con alguien así. Adiós.
Y se marcha de casa pese a las súplicas de Marisa. Ya en la calle, llama a su amante para comunicarle que acaba de dejar a su novia. «Por ti, cariño», añade, «porque te quiero».

sábado, 17 de diciembre de 2011

Llueve

—Llueve —dice ella.
—Sí.
—Yo quería salir a dar un paseo.
—Tendrás que esperar que escampe.
—Si fueras un buen marido, controlarías el tiempo.
—¿Qué?
—Lo que pasa es que no me quieres.
—Claro que te quiero, pero no puedo hacer que deje de llover.
—Entonces eres un incompetente, que es peor.
—¿Es peor ser un incompetente y quererte que ser competente y no quererte?
—Claro. Al menos haría buen tiempo.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Los amantes de antemano

Jonathan Richman presenta una canción y dice: «la primera vez que vi a mi mujer, fue en un bar oscuro. Pero entonces no era mi mujer». Es una aclaración necesaria, piensa él. Podría ser que el mundo funcionara de otra manera. Que una desconocida te abordara por la calle y te dijera: «hola, soy tu mujer por imperativo legal». Y tú lo aceptaras de buen grado porque las leyes son iguales para todos y es lo más normal del mundo que perfectos desconocidos formen parte de tu círculo íntimo. La gente apuntaría en sus diarios cosas como: «Hoy por fin he conocido a mi mujer: resulta que llevamos casados cinco años, pero el gobierno no me había avisado; menos mal que me la he encontrado en el metro».

jueves, 15 de diciembre de 2011

Ante el juez

Señoría, mi cliente cree que es inocente y en este país se respeta la libertad religiosa. Sí, es cierto que esta religión de mi cliente (basada en su creencia de ser inocente del crimen por el que se le juzga) es minoritaria, pero en este país no oprimimos a las minorías. Si somos una gran nación es por nuestras libertades y condenar a este hombre sentaría un grave precedente: sería decirle a la opinión pública que no tenemos derecho a creer en lo que queramos, que no tenemos derecho a ser diferentes.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

La lengua madre

Los niños en las escuelas y guarderías de toda Francia comenzaron de pronto a hablar en alemán, para consternación de padres, profesores y políticos. Qué significaba esto, se preguntaban todos. ¿Era un nuevo método de invasión alemana? Si era así, era de admirar el pacifismo de la acción, declararon algunos, pero todos estaban de acuerdo en que era una forma de colonización cultural que no podía tolerarse. La cultura francesa estaba en peligro y algo había de hacerse. Los niños quintacolumnistas fueron inmediatamente conducidos a prisión, con la idea de reeducarlos y reinsertarlos en la sociedad y la cultura galas, pero todo fue inútil. Aprendían el francés, sí, pero lo hablaban con un marcado acento germano. Eran turistas permanentes, declaró el ministro de Cultura. Mientras tanto, el embajador alemán juraba una y otra vez que su gobierno no tenía nada que ver con el extraño fenómeno.

martes, 13 de diciembre de 2011

A Paul Auster no le pasan estas cosas

Me presenté a un concurso que organizaba una editorial y huelga decir que no gané. El caso es que un par de semanas después me escribe dicha editorial para venderme esta idea: aunque no haya ganado, mi obra les parece estupenda. Tan estupenda que están dispuestos a ofrecerme una «coproducción literaria», que consiste en que yo aporto la obra y la mitad del capital necesario para publicarla. Yo declino la propuesta amablemente, ya que mi idea al presentarme a su concurso era ganar dinero, no que me costara dinero a mí.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Museo de cera

—Sí, sé lo que dicen mis recuerdos, pero es todo mentira. Yo no era aquel tipo, aquel era un impostor, nada más. Alguien que se hizo pasar por mí. Alguien que hizo cosas para confundirme cuando pasaran los años y echara la vista atrás. Alguien que dejó pistas falsas para incriminarme ahora. Pero no. Yo soy inocente de todo cargo. Si ni siquiera nos parecemos en nada ya.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Tener cuidado

Que tenga cuidado, me dice. Como si eso fuera a evitar que me pase algo. Como si fuera un conjuro de protección: «ten cuidado». Ya está, no es necesario nada más, se ha espantado el peligro. Puedo salir a la calle tranquilo y despreocupado, pues estoy a salvo de todo mal. Era así de sencillo.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Manifiesto

Nosotros, que somos jóvenes, queremos cambiar el mundo, que está gobernado por señores que también quisieron cambiarlo y que se pasaron al enemigo. Porque nosotros no seremos como nuestros padres, que también fueron jóvenes y terminaron derrotados. No. Nosotros tenemos la fe ciega de los que no saben que se convertirán en unos cínicos. Somos una fuerza arrolladora y llena de esperanza que sólo contempla la victoria, pues la alternativa es terrible: mirar con desaprobación a los ilusos que lo intenten después de nosotros.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Haiku

No más distancia.
Te encontraré después
cuando me duerma.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Parar el tiempo

Que podía parar el tiempo y que eso sería de lo más útil para cometer crímenes, declaró el hombre. Es mi superpoder, dijo. Detener el tiempo. En la agencia estábamos atónitos ante esto y le pedimos que nos hiciera una demostración. Por supuesto, convino; cerró los ojos durante unos segundos, al cabo de los cuales dijo que ya, que ya había parado el tiempo. Nosotros nos miramos sin notar ningún cambio y así se lo dijimos. El mundo seguía su curso, no se había detenido el tiempo. Miren sus relojes, respondió él. Obedecimos: todos los relojes se habían parado. ¿Lo ven?, dijo él con aire de satisfacción. Esto no es detener el tiempo, sino los relojes, protesté yo. No, no, es parar el tiempo, que es marcado por los relojes, alegó. Como quiera, pero eso no nos sirve de nada, le dije. ¿Cómo vamos a atracar un banco así? La idea sería que los guardias quedaran paralizados, no que llegaran tarde a casa. Excusas, caballeros, respondió el extraño hombre, el caso es que yo puedo detener el tiempo: son ustedes quienes tienen que encontrarle aplicaciones prácticas.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Barrios típicos

En este barrio seguimos en el siglo XIX, concretamente estamos a finales del mismo. Esto es así por decisión municipal: para atraer turismo, que está cansado de lo habitual y busca emociones nuevas. O emociones antiguas, más bien. Por eso permanecemos en esta época tan bohemia y romántica, aunque de tecnología bastante obsoleta —lo que es un engorro para ciertas cuestiones—, pero todo sea por el turismo.

martes, 6 de diciembre de 2011

Ensayo y error

Los viajes en el tiempo nos han permitido por fin aplicar el método científico a la historia humana. Constantemente estamos haciendo cambios en el pasado, puliéndolo, probando alternativas que funcionen mejor, logrando así un presente cada vez más cerca de la perfección.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Aires de juventud

Todos éramos más jóvenes antes, dice un hombre. Es verdad, yo me acuerdo, contesta otro.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Antiguos niños prodigio

—Buenos días, venía a ofrecerme para ser publicado, aprovechando que ahora están de moda los escritores muy jóvenes.
—Oiga, tiene usted cincuenta años, por lo menos.
—Tengo cuarenta y nueve.
—Da igual, usted no es joven.
—Pero me acuerdo de serlo. Y todo desde la madurez actual, lo cual es muy ventajoso.
—Eso es una tontería. No es joven y no podemos venderlo como tal.
—¿Y qué tal como antiguo niño prodigio? Lo fui hace cuarenta años, ¿es que eso no cuenta?
—Contaba hace cuarenta años, sí, pero no ahora. Los tiempos cambian, la juventud se marcha. Lo importante es publicar a un escritor que es joven ahora, que es lo que vende.
—¿Y si le traigo lo que escribí cuando era joven?
—No, eso tampoco nos vale.
—¿Y con fotos mías de veinteañero? Podríamos decir que son actuales. Es más, yo podría ir a las presentaciones de mis libros y decir que soy mi padre.
—Hum, no suena mal eso. También podríamos decir que ese joven autor está muerto y que usted es el custodio de la obra del difunto chaval.
—Lo que no está muy lejos de la realidad.

sábado, 3 de diciembre de 2011

El doble

Martínez saca a pasear a Goliadkin, su perro, y al volver a casa descubre que en la caseta de éste hay un perro idéntico al suyo. Pero más manso. Más sano. Más fiel, seguramente. Para acabar de estropearlo, Goliadkin ladra al intruso. Está furioso. El doble, mientras tanto, menea la cola y mira amistosamente a su nuevo amo, que sonríe.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Las diversas vidas de Anne Frank

En un universo paralelo, Anne Frank y su hermana Margot son enviadas por sus padres a Inglaterra antes de la invasión alemana de Holanda. Aquí la historia se complica, pues hay varias posibilidades. En uno de los universos paralelos, Anne muere en un bombardeo de la Luftwaffe, una víctima anónima más. En otra realidad alternativa, que es la que vamos a seguir, sobrevive a la guerra en la relativa seguridad de la campiña inglesa, donde recibe la terrible noticia de la muerte de sus padres en Auschwitz. La pérdida de sus progenitores hace que las hermanas Frank decidan no volver a Ámsterdam, donde ya no tienen nada. El Reino Unido es su nuevo hogar. Anne estudia literatura y publica su primera novela en 1952, que pasa desapercibida. En 1955 se casa con Jim Paddington, abogado, y se trasladan a Liverpool. Anne Paddington publica su segunda novela en 1957, sin repercusión alguna, pero no tiene tiempo para deprimirse con este nuevo fracaso, ya que ese mismo año nace Otto, su primer hijo (aunque Jim no estaba de acuerdo con ponerle un nombre alemán al niño, pese a que fuera un homenaje al difunto padre de Anne). El bebé le quita tiempo para la literatura a Anne, que ya es una ama de casa a jornada completa. No vuelve a escribir hasta la beatlemanía, que le recuerda el auge del nazismo. En 1965 publica I want to raise your hand, una fábula en la que un grupo musical instaura una dictadura en el Reino Unido con el apoyo de las masas enfervorecidas. Pero, una vez más, las mieles del éxito le son negadas a Anne, que abandona la literatura para siempre y acepta una vida común que bien podría no haber sido si sus padres no la hubieran mandado a Inglaterra cuando era niña.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Las alucinaciones

Una cucaracha corretea por la mesa, pero Alberto trata de ignorarla, pues sabe que no es real. Lo sabe por la actitud de su jefe, que sigue sentado como si nada, con calma, y no muestra el menor interés por la supuesta cucaracha. Así que Alberto se seca el sudor de la frente con la manga de la camisa y suspira, intentando prestar atención a la cháchara insufrible de su superior. Algo de la productividad, dice. La crisis. Todo eso es real, piensa. No la cucaracha, que es producto de su imaginación. Siempre tiene que observar la reacción de la gente para saber si el asqueroso insecto de turno es de verdad o no. A veces es Alberto quien permanece calmado, creyendo equivocadamente que la cucaracha es imaginaria. Como hace un par de semanas, cuando cenó con una chica en un restaurante. Menudo salto dio. La chica, no la cucaracha. Y él allí con cara de idiota. Ella pensó que era un tipo inmutable, con nervios de acero. Todos somos víctimas de nuestra imaginación, en realidad.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Lo romántico (2)

En el aeropuerto le doy un sobre y ella me pregunta qué es. En vez de contestarle que una carta, le digo: «es cocaína, para que te detengan al intentar subir al avión; así podré verte más a menudo, que la cárcel no está demasiado lejos».

martes, 29 de noviembre de 2011

Lo romántico

—He dibujado en esta pared mi mano para que puedas tocarla cuando me eches de menos.
—Haber dibujado una teta, entonces.

lunes, 21 de noviembre de 2011

La abstención

En Pinares de Entretiempo, Murcia, ha triunfado la abstención. Esta incomparecencia en la fiesta de la democracia no se ha debido a un desencanto de sus habitantes por la política, sino que la causa tiene nombre y ese nombre es Virtudes, la puta del pueblo, a la que le tocó presidir la única mesa electoral de la localidad. Virtudes cumplió con sus obligaciones democráticas de forma ejemplar, pero su presencia espantó el voto de sus clientes habituales, que súbitamente declaraban encontrarse enfermos cuando entraban en el colegio electoral y daban media vuelta. El motivo de estas repentinas dolencias parece claro: temían enfrentarse a las miradas escrutadoras de sus mujeres frente a la prostituta local; no era el escrutinio que esperaban en día de elecciones. Se rumorea que la Junta Electoral planea repetir los comicios en el pueblo, no sin antes recomendar a los hombres que guarden cama, para que se recuperen pronto.

domingo, 20 de noviembre de 2011

El amor ciego

Ella le envía por correo electrónico archivos de sonidos que ha grabado. Sonidos que él tiene que identificar. Sus pasos en un suelo de madera, por ejemplo. El roce de su falda. El agua de la ducha. Una tos de un transeúnte que pasa bajo su ventana. El canto de unos grillos. Cosas que ella escucha al cabo del día y que él no puede ver, pues está lejos.

sábado, 19 de noviembre de 2011

El bigote

Un buen día, el señor Moreno decide dejarse bigote. Esto no tendría nada de extraordinario si no fuera porque decide dejarse bigote hitleriano. Para que le respeten en el trabajo, piensa. Para que le miren las mujeres, que Hitler tenía mucho éxito entre ellas, al menos en Alemania. Para disimular, se deja crecer durante los siguientes días un bigote completo; cuando éste está ya lo bastante poblado, se afeita los laterales. Ya está, es Hitler. O al menos se parece, aunque no lleva el flequillo como él. Pero ese bigote tan característico. Ese bigote le da prestancia a su rostro. Es otro, de pronto. Es el diablo. Es alguien a quien obedecer.
Sale de casa lleno de una fuerza nueva, dispuesto a comerse el mundo. Por el camino se cruza con unos niños que van al colegio. Le miran. Le miran y se ríen de él. «¡Mirad, es Franco!», dice uno de ellos. El señor Moreno menea la cabeza: seguro que las juventudes hitlerianas eran más respetuosas. Y más cultas. Luego fantasea con su llegada al poder. Creará las juventudes morenistas, que serán un ejemplo de virtud. Niños como ángeles vengadores.
En la oficina no se levantan al verle. Él esperaba que le saludaran, prietas las filas, con el brazo en alto. Pero no. Sólo le miran con estupefacción durante unos segundos y luego siguen con lo suyo. ¿Serán la oposición comunista? Pero entonces aparece el jefe y le dice: «Moreno, llega tarde. Eh, ¿y ese bigote de Charlot?». Y la oficina estalla en carcajadas y el señor Moreno piensa que tendrá que preparar cuidadosamente su putsch.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Esta sensación tan rara

Cuesta acostumbrarse a esta sensación tan rara. Hablo de la felicidad, claro, y no es que no haya sido nunca feliz, no, lo que sucede es que siempre he tenido una felicidad episódica, no una felicidad duradera (que suena a nombre de operación militar). Es extraña esta felicidad tranquila. La sensación de que todo, por fin, está en su sitio.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Sociedades secretas

—Buenos días, quiero apuntarme a una sociedad secreta.
—¿Cómo dice?
—¿No se ha enterado? Se han puesto de moda.
—¿No es eso contradictorio?
—Tal vez. Pero lo importante es que no se conozca cómo funcionan.
—Entonces no se apunte a una o se enterará.
—No, no. No me entiende usted: lo interesante es el sentimiento de pertenencia. Ir por la calle sin que la gente sospeche que perteneces a una misteriosa sociedad secreta. Cruzarte con otro miembro y hacer un gesto de complicidad.
—Eso suena un poco homosexual.
—No, hombre. Se trata de una complicidad criminal.
—Ah. De todos modos, no puedo ayudarle, no tenemos un registro de las sociedades secretas. Me parece que eso iría contra el espíritu de las mismas.
—Qué calamidad. ¿Qué hago ahora?
—No sé. Podría poner un anuncio en el periódico.
—No creo que eso sea muy secreto.
—¿Y si lo escribe en clave?
—¡Entonces no lo entenderá nadie!
—¿Y qué más secreto que eso?
—Tiene usted razón. Sería como formar mi propia sociedad secreta, tan secreta que sólo la conozco yo.
—Y yo.
—Sí, vale, usted también, pero sólo sabe que existe. No sabe nada de nuestros oscuros propósitos ni de nuestras reuniones.
—Sé que son reuniones minoritarias.
—Porque somos una sociedad secreta exclusiva, amigo. ¿Piensa que aceptamos a cualquiera?
—No sé, ¿cuál es el criterio de selección?
—¿Lo ve? No sabe nada de nosotros.
—Es complicado estar al día con tanta nueva sociedad secreta.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Un artista de la Biblia

Eduardo Piamonte entiende el arte como un ejercicio místico por el impacto que supuso el catecismo en su vida. Toda su obra artística es una reelaboración de pasajes bíblicos. Así, saltó a la fama cuando en su primera exposición le prendió fuego a una zarza con la que luego hizo un número de ventriloquia. Ahora vuelve a ser noticia con su último trabajo artístico, pues fue detenido ayer por la tarde tras liberar en Egipto un cargamento de langostas que había introducido en el país de forma ilegal. Por si esto no fuera suficiente, se le acusa de contaminar el Nilo con pintura, causando con este acto una matanza entre la fauna del río. Las manifestaciones de repulsa por parte de los ecologistas se repiten por todo el planeta mientras en Egipto se habla de una condena de treinta a cuarenta años. Eduardo Piamonte sólo sabe decir que tan difícil es ser artista como profeta.

martes, 15 de noviembre de 2011

La arritmia sentimental

Nunca le dije que la quería. Pensé que era demasiado pronto y, enseguida, se hizo demasiado tarde.

lunes, 14 de noviembre de 2011

La tinta

Escribo para construir el silencio.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Elipsis

—No sé por qué, pero me he puesto cachonda de repente.
—Vale. Ya está. ¿Te ha gustado?
—¿Qué ha pasado? ¿Cómo es que estoy mágicamente desnuda?
—Ha sido una elipsis.
—¿Qué? Es la primera vez que tenemos una elipsis follando. ¡Ya no me quieres!
—No es eso, cariño, ha sido para ganar tiempo. Que tenemos que ir al aeropuerto.
—No me parece nada romántico que tires de elipsis, Antonio. Aunque tengamos prisa.
—Vale, ¿y si tenemos otra elipsis y nos ahorramos la discusión? Sería más cómodo, ¿no?
—Siempre es tu solución para todo.

sábado, 12 de noviembre de 2011

La soledad del proyeccionista

Sí, aquí arriba es un mundo aparte al que nunca viene nadie. Abajo está la gente, que ve las películas que pongo yo. Es una comunicación unidireccional, aunque yo no sé qué trato de decirles con el trabajo de otros. Ellos nunca me dicen nada, salvo cuando protestan porque la imagen está desenfocada o el sonido está demasiado alto. Es una labor solitaria y estoica, sí, la magia del cine.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Curaciones por hipnosis

«Usted no tiene cáncer», aseguraba el hipnotizador, «lo que tiene es un catarro mal curado, pero se le pasará en unos días». Y los enfermos morían felices, creyendo que gozaban de buena salud.

jueves, 10 de noviembre de 2011

El horóscopo

Hoy conocerá al amor de su vida. Y lo perderá. Porque lo conocerá en la parada del autobús, pero tomarán autobuses distintos. Usted cogerá el 21, mientras que el amor de su vida subirá en el 15. Esto es lo que pasa cuando distintas líneas comparten marquesinas: el caos, el desamor. Quéjese al alcalde.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

El miedo a la oscuridad

—Te llamo escondida bajo las sábanas, pues se ha roto la bombilla y tengo miedo a salir de la cama. A saber qué podría estar acechándome en la oscuridad. Pero aquí debajo no puede verme y apuesto a que tampoco puede escucharme. La oscuridad es así: miope y sorda, aunque aterradora igualmente.

martes, 8 de noviembre de 2011

La magia del anonimato

Recibe una nota que pone: echo de menos hablar contigo. Él no entiende nada. Si nunca le ha cerrado la puerta a nadie, si siempre tiene tiempo para todo el mundo. ¿No se habrán equivocado? ¿No será una nota para su vecino, que es más arisco? Pero enseguida imagina que la nota sí es para él, que se la ha dejado alguien de su pasado, alguien que se alejó y que de pronto sufre un acceso de melancolía y recuerda las horas pasadas conversando de esto y aquello. Las horas con él. Y de pronto se siente tontamente orgulloso y decide de forma arbitraria que ha sido alguna de las personas importantes de su vida. Aquella, claro. O aquella otra. Sí, cómo no. No podría ser de otra manera.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Posibles vidas

Hoy he tenido miedo a hacerme vieja. ¿Vas a escribir sobre esto? Bien. He estado todo el día pensando en posibles vidas. Pensando en que no sé lo que voy a ser. Pensando en que no sé qué voy a hacer con mi vida. ¿Y si elijo el camino equivocado? ¿Y si me doy cuenta cuando ya es demasiado tarde? Estos pensamientos me aterran. Pero también me aterra no hacer nada por miedo a equivocarme. Es mejor una vida equivocada que nada, supongo. Pero preferiría acertar.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Los cantos de las musas

Y me llegan los cantos de las musas, que me llaman como los de las sirenas, dulces y llenos de promesas, pero yo cierro la ventana porque tengo tanto que hacer y no hay tiempo ahora para quimeras y otros seres mitológicos.

sábado, 5 de noviembre de 2011

La presentación

Nos hemos reunido todos hoy aquí para presentar el último libro del difunto Karl Mishton: Las noches sin dormir, un estudio poético del insomnio que le condujo a la muerte, muerte que, de alguna manera, celebramos hoy, pues bien que celebramos estos poemas y el impulso artístico que había detrás de ellos. No podríamos leer esta obra si el autor siguiera vivo, es evidente. Si el autor hubiera encontrado el sueño y el consiguiente descanso, ¿estaríamos aquí reunidos? ¿Para hablar de qué? No habría libro ni habría evento, estaríamos todos en casa, quizá aburridos. Así que hemos de considerarnos afortunados, pues el autor murió para entretenernos y que viniéramos todos hoy. Y por sólo diez euros el ejemplar, damas y caballeros.

viernes, 4 de noviembre de 2011

La cara

«La primera vez que te vi, pensé que tenías cara de haber sufrido mucho», me dice. «Claro, es que soy un hombre de mundo», bromeo yo. Ella no me hace caso y continúa: «tenías ojeras y arrugas de dolor aquí». «Sí», contesto, «eran mis pinturas de guerra, pero ya me las he quitado».

jueves, 3 de noviembre de 2011

La cena

Julián llega a casa y le pregunta a su mujer qué hay para cenar, a lo que ésta contesta que no está autorizada a darle esa información. Él no da crédito a lo que acaba de oír y le pide que se explique, pero ella contesta que no puede ser, que tendrá que presentar una solicitud formal a sus superiores. Después se encierra en la cocina, dejando fuera a su marido lleno de dudas y de hambre.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Cine de autor

«Me encanta el uso de los fundidos en negro que hace el director», dijo ella. Pero no era cosa del director de la película, sino de mi tele, que fallaba.

jueves, 27 de octubre de 2011

La muerte de un ratón

Quizá no dura ni cinco segundos, pero a mí me parece una eternidad. La muerte del ratón demuestra que no hay un dios. No hay finalidad en esta muerte. No hay nada. Y, por supuesto, no hay un cielo para los ratones. No tienen alma, en esto están de acuerdo los teólogos, existen para tener una breve vida y nada más. Aclaro que no trato de humanizar al ratón. Por supuesto que no tiene pensamientos complejos o sentimientos humanos. No vamos a hablar de la esperanza de un ratón. Pero seguro que le gustaba la vida, la vida ratonil. La satisfacción primaria de respirar. Comer. Dormir. No vamos a hablar tampoco del sueño de un ratón. Pero sí que ha sentido dolor. La agonía. Quizá el pánico terrible. No sé. Y todo esto para nada. Como esta pena absurda que el ratón tampoco entendería.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Peces de jardín

Dos ancianos sentados en un banco en el parque. Sujetan en las manos unos palos a manera de cañas de pescar. Pero qué podrían pescar aquí. Peces de jardín nadando entre las briznas de hierba, tal vez. O quizá pesquen escarabajos, ardillas o gatos. Sea lo que sea, no pican, aunque los ancianos esperan con paciencia.

martes, 25 de octubre de 2011

Lo práctico

Qué poco dinero he ganado con la literatura, ya es hora de que me dedique a otra cosa. A la pintura o algo así.

lunes, 24 de octubre de 2011

El misterio

Dime: ¿cómo es ser mujer? ¿Cómo se accede al misterio femenino? Porque a los hombres ya los conozco, pues soy uno de ellos. ¿Pero vosotras? Somos de la misma especie, pero somos unos extraños. Nosotros crecimos en un ambiente de salvajismo y masculinidad mientras a vosotras os enseñaban otras cosas (a volvernos locos, básicamente). No sé, ¿en qué momento te maquillaste por primera vez? ¿Veías a tu madre hacerlo y querías imitarla? Yo no recuerdo si mi padre me enseñó a afeitarme o qué. Supongo que no es importante. Recuerdo mejor la primera vez que me masturbé; es mi experiencia iniciática. Al fin y al cabo, no me afeito tanto.

domingo, 23 de octubre de 2011

El fin de la violencia

—Cariño, ya no te voy a pegar más.
—Eso ya lo has dicho antes.
—Pero esta vez es verdad. Además, ¿acaso crees que yo no sufría? Yo también soy una víctima.
—Bueno, lo que tú digas.
—¿Ya está?
—¿Qué?
—¿No me das las gracias?
—¿Por qué? ¿Por dejar de ser un monstruo?
—No seas tan injusta. Además, la culpa era tuya, que me obligabas a ser así. Anda, dame las gracias, que te traigo la paz.

sábado, 22 de octubre de 2011

La voz en off

Luis tiene esquizofrenia, pero disfruta de su enfermedad. Escucha siempre una voz, una voz que va narrando todo lo que hace. «Luis sale de casa», escucha. «Luis toma el autobús y sonríe a una desconocida, que se asusta». Sabe que no todo el mundo tiene un narrador y se siente orgulloso. Se siente especial. Se siente protagonista.

viernes, 21 de octubre de 2011

La culpa

—Oye, llevas todo el día sin hablarme, ¿te pasa algo?
—Estoy muy enfadada contigo.
—¿Por qué? ¿Qué he hecho?
—Anoche le tocaste el culo a otra.
—Oye, eso no es verdad. De hecho, anoche ni siquiera salí de casa.
—Pero lo soñé. Soñé que le tocabas el culo a otra.
—¿Y cómo es culpa mía eso?
—Quiero que me pidas perdón.
—¿Perdón por tu imaginación? Ni hablar.
—Es lo justo. Tienes que arreglarlo.
—¿Y por qué no sueñas que te pido perdón y ya está?
—Imposible; en mis sueños, siempre te portas fatal.

jueves, 20 de octubre de 2011

Asociación nocturna para cometer crímenes

Asociación nocturna para cometer crímenes, así decía el cartel que llamó la atención de Alberto, un joven transeúnte (profesión no remunerada), cuando pasaba frente al edificio. Llamó a la puerta para preguntar si podía ser socio (cometer crímenes por la noche era una actividad que podía encajar perfectamente en su modo de vida), pero no respondió nadie. Claro, pensó, tendré que volver por la noche, que ahora está cerrado. Así, volvió por la noche y llamó a la puerta, abriéndose ésta de inmediato. Al entrar, se vio rodeado por unos individuos de aspecto patibulario que procedieron a robarle la cartera y el reloj, a lo que él protestó por considerarlo un atropello (aunque se trataba claramente de un robo, no de un delito contra la seguridad vial). ¡Yo sólo quería ser socio!, clamó. Los ladrones respondieron: ya lo es.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Beatriz y los espíritus

Beatriz escuchaba a los muertos, lo que era muy práctico cuando no recordaba dónde había dejado algo, pues los espíritus se lo indicaban, y un engorro a la hora de ir al cine, ya que con tantas voces no se enteraba bien de la trama. Un día, cuando salía de casa para su clase de Pilates, un hombre la abordó como si de un pirata se tratara y le dijo: usted no me conoce, pero la amo. Ella sonrió y contestó: de eso no sé nada, pero su tío murió de forma violenta. Esto fascinó al hombre, que confirmó aquello excavando en el jardín familiar, donde estaban enterrados los huesos de su difunto tío (no así los músculos, tendones y demás). Viendo las posibilidades de negocio, le propuso a Beatriz que montaran una agencia de espiritismo, a lo que ella se mostró reticente porque sospechaba que todo era una maniobra de distracción para seducirla. Él admitió que esto era cierto, pero que también quería hacer fortuna con ella y qué mejor que tener una red de informadores por todo el más allá. Tú y yo podríamos ser el gobierno en la sombra, le dijo de una manera que ella encontró, de pronto, de lo más romántica.

martes, 18 de octubre de 2011

Capítulo 2549

Escribo mientras la vida sale por la puerta. Pero no me alarmo, no corro tras ella. Es nuestra rutina, ya estoy acostumbrado.

lunes, 17 de octubre de 2011

El plan

Lo sé, ya pasó mi momento (si es que pudo ser mi momento), pero no importa, tengo un plan: mi dimisión. Dejo todo esto que me quita el sueño y me marcho para no volver. Porque me esperan, quizá, otros proyectos no tan desesperados.

domingo, 16 de octubre de 2011

La locura

Lo que tiene la locura es que no se detiene nunca, es un proceso permanente, como la revolución trotskista. Siempre voy a estar más loco.

sábado, 15 de octubre de 2011

El viejo yo

Uno en realidad nunca aprende y siempre está el viejo yo escondido, esperando su momento, dispuesto a volver del exilio y recobrar el poder. Al fin y al cabo, él se considera el legítimo gobernante, y aunque te dices que lo desposeíste de su cargo con una revolución pacífica que acabó con una dictadura, él opina que fue un golpe de estado y que además no está tan claro que las cosas hayan mejorado desde entonces.

viernes, 14 de octubre de 2011

Poco más

Se me ocurren ideas que apunto con la promesa de volver a ellas, pero pocas veces es verdad. Me puede la indolencia, el saber que de nada vale intentarlo. Son una distracción, un entretenimiento, poco más.

jueves, 13 de octubre de 2011

El ejército de literatura

La nación ha estado siempre bien protegida por tierra, mar y aire, pero se había descuidado la ficción, que ha estado poco militarizada hasta que un decreto ha acabado por fin con esta situación de indefensión de la patria. Hace poco se condecoró a varios de nuestros soldados con medallas al valor creativo por sus excelentes obras —plenas de valores marciales, castrenses y patrióticos—, en las que se establece una férrea defensa del territorio nacional ficticio que ningún crítico literario enemigo podría desdeñar.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Anécdotas de tercermundismo

Me llama hoy una señora para preguntarme cuántas entradas quiero para la entrega de premios de MálagaCrea, como si pudiera pedir cincuenta y fueran para ver a Radiohead o algo así, pero pregunto educadamente que cuántas puedo pedir y me dice que dos: premiado y acompañante. Yo estoy tentado a responder que de premiado nada, que a mí me han dado una (otra) mención especial, que es como la marca de Caín, y que para qué me pregunta, si no había elección posible. Pero luego se me ocurre que quizá esperaba que le dijera: ninguna.

martes, 11 de octubre de 2011

Apaga la luz, quítame la ropa

Apaga la luz, quítame la ropa. Enséñame a amar. Todo nos ha conducido aquí, la extraña probabilidad de encontrarnos tú y yo y no otros. Tú y yo entre seis mil millones de personas. No un designio divino, no el destino, sólo el azar. Tú y yo. Aquí y ahora. Qué más milagroso que eso.

lunes, 10 de octubre de 2011

10/10/11

Porque yo ya no creo en nada, pero me dejo engañar por ti porque eres magia.

domingo, 9 de octubre de 2011

La alienación

Siempre me siento como un visitante de otro mundo. Todo me parece extraño y tengo ganas de comunicárselo a alguien, pero a quién. No puedo escribir un informe para la gente de mi planeta y la de este otro pensaría que estoy loco. Que lo estoy.

sábado, 8 de octubre de 2011

La cucaracha

Aurora se acerca a la cuna para ver a su bebé, que por fin duerme, pero el horror la invade al descubrir que su retoño tiene una cucaracha en la frente. Su primer impulso es matarla de un zapatazo, pero se reprime, pues cómo va a golpear a su niño en la cabeza. También podría espantarla, pero Óscar siempre tiene problemas para dormir y el movimiento de la cucaracha podría despertarle. Ahora que por fin ha cogido el sueño... No, decide que lo mejor es no hacer nada, así que se sienta junto a la cuna y espera pacientemente, para no despertar a su hijo ni molestar a la cucaracha, que, inmóvil, parece dormir también.

viernes, 7 de octubre de 2011

El joven Gregor (y 3)

En la cafetería de la facultad de Comercio, bajo un sombrero que no puede ocultar que se ha convertido de nuevo en un monstruoso insecto, Gregor sorbe café intentando aparentar normalidad. Una chica preciosa se acerca a él y le dice con dulzura: «tú no eres una cucaracha». Si los insectos llorasen, los ojos de Gregor se llenarían ahora de lágrimas. Por fin alguien lo reconoce como el humano que es, piensa, por fin alguien ve más allá de este aspecto horrendo. «¿No lo soy?», pregunta, henchido de felicidad. «Claro que no», sonríe ella: «eres un escarabajo».

jueves, 6 de octubre de 2011

El joven Gregor (2)

Fue en la adolescencia cuando el joven Gregor vivió el segundo episodio de metamorfosis. Al despertarse una mañana y verse convertido en un monstruoso insecto, empezó a llamar a gritos a su madre, que acudió rauda, sospechando lo que iba a encontrarse. «Mamá, mírame, soy una enorme cucaracha», sollozaba Gregor. Su madre, intentando calmarle, le aseguró que en la pubertad se sufren cambios. «Yo no quiero cambiar; no así», gritó él. «¿Ves?», contestó ella con un hilo de voz, «la rebeldía también es algo propio de la adolescencia».

miércoles, 5 de octubre de 2011

El joven Gregor (1)

La conmoción fue enorme en el hogar de los Samsa cuando Gregor, el hijo recién nacido, amaneció en la cuna convertido en un monstruoso insecto. Cómo ha sucedido esto, se preguntó la familia. Es horrible, sollozó la madre. Qué va a decir el rabino, se lamentó el padre. Esta transmutación se mantuvo durante una semana, durante la cual probaron diversos remedios caseros, ninguno de los cuales pareció funcionar. Sin más, una mañana, Gregor despertó siendo el bebé humano que era antes del episodio insectil. La familia se prometió guardar silencio acerca del extraño fenómeno, esperando que jamás se repitiera la pesadilla.

martes, 4 de octubre de 2011

El balneario

En el balneario suizo, Lev, poeta último (como suele decir él), calienta el samovar mientras escucha a Sasha, su amante.
—Ahora estoy aprendiendo matemáticas por espiritismo —dice ella.
—¿Cómo que por espiritismo?
—Me da clases el mismo Pitágoras. Mi espiritista tiene línea directa, es apasionante. ¿Sabías que los catetos se entienden con las hipotenusas?
—Hum. Creo que no lo has entendido bien.
—Que sí. Tendrías que probarlo, te iba a gustar. O la hipnosis.
—No creo que la hipnosis sea para mí.
—Claro que sí. Podrías escribir una novela por hipnosis. O estudiar una carrera.
—No creo que sea buena idea.
—Hazme caso. Yo viajo mucho por hipnosis, ¿sabes? Me encanta ver mundo.
—¿En serio?
—Sí, pero nunca me quieres acompañar. Ya nunca me llevas a ningún sitio, ni siquiera por hipnosis.
—Podríamos ir por telepatía, querida, que es la última moda —improvisa Lev.
—¿De verdad?
—En París está arrasando ahora mismo.
—Vaya. Pues mi espiritista no me ha dicho nada. Y eso que ayer mismo estuvimos en París.
—¿Por hipnosis?
—Sí.
—Sería eso, claro. Seguro que estuvisteis en un París demodé. Por telepatía se llega antes.

lunes, 3 de octubre de 2011

Románticos y melancólicos

Podríamos vivir en estas calles que no conocen nuestros nombres y alimentarnos de gatos y palomas, que esta ciudad tiene de sobra. ¿Quién iba a darse cuenta? Aunque a ti te mirarían por bonita y a mí por loco, pero podríamos escondernos y esquivar al mundo siempre juntos, románticos y melancólicos y llevar la vida secreta que inventaríamos en constante improvisación.

domingo, 2 de octubre de 2011

La depredación

Mírales, son tan felices juntos. Y yo lo que quiero es destruir eso. Porque quiero que sea mía. Porque quiero que crea en nosotros como ahora cree en ella y otro. Mi propósito es destruir esa idea de amor, esa imagen de felicidad, y que luego vuelva a creer en todo ello, pero de forma modificada. Conmigo. Ella y yo. Y decirle que esto es verdad, lo nuestro es verdad. Como ahora lo cree con otro. Y yo tengo que demostrarle que está equivocada. Tengo que destruir todo eso y luego reconstruirlo. Conmigo.

sábado, 1 de octubre de 2011

La mala costumbre

Vuelvo a acostarme muy tarde. Sin ti, no tiene aliciente meterse en la cama.

viernes, 30 de septiembre de 2011

La revolución permanente

Qué malo eres, me dice, pero me lo dice con deleite, contenta de que le tome el pelo, satisfecha porque no respeto su divinidad, feliz porque me empeño en humanizarla.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Porque sí

El sarcasmo como remedio. Porque tengo el corazón lleno de pena. Porque el mundo no me gusta. Porque tengo que defenderme de él. Porque es tan fácil acostumbrarse a tu presencia y tan difícil a tu ausencia.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

La llamada

Estoy esperando la llamada. Va a sonar el teléfono y romperse el silencio. En cualquier momento. Entonces descolgaré el teléfono y una voz dirá mi nombre. Sólo mi nombre. Y yo contestaré: sí. Sí. Sí, soy yo. Nada más. Estoy esperando la llamada.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Memento

Leo cosas que escribí hace diez años y apenas me reconozco. Es extraño. Tengo algunos recuerdos, pero muy borrosos. Y las cosas que leo de aquella época son como pequeñas pistas para encontrar a la persona que era entonces. Pero esto es una tontería, pues cómo iba a dejar pistas para ser encontrado alguien que estaba perdido del todo.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Breve biografía de Lorenzo, que quería ser Tony Manero

Lorenzo nació el 3 de mayo de 1974 en Madrid.
Su padre, que defendía apasionadamente que en una existencia anterior había sido el podólogo de Rasputín, trabajó toda su vida de barrendero. Era un hombre trágico que le hizo creer a Lorenzo que los muertos no iban al Cielo, sino a la Luna y que esto era mantenido en secreto por estadounidenses y soviéticos.
Su madre era abstemia, pero reprimida, por lo que se paseaba completamente borracha por el barrio con las bragas en la cabeza y preguntando por el sargento Pepper.
El film Fiebre del sábado noche supuso un impacto fundacional en la idiosincrasia de Lorenzo, que no era más que un impresionable niño por entonces. Decidió lo que sería de mayor: un hortera. Hizo la primera comunión vestido de Tony Manero.
Su infancia fue muy triste. Era un chico solitario, debido sobre todo a su manía de montar coreografías y bailes setenteros en vez de jugar al fútbol como todo el mundo.
Al cumplir los dieciséis años, empezó a salir con una chica que compartía su pasión por el baile, pero rompieron tras una fuerte discusión en la que ella osó afirmar que Dirty dancing era mucho más poética que Fiebre del sábado noche. El suceso le haría desconfiar de las mujeres en adelante.
Tuvo continuos enfrentamientos con sus progenitores. El más grave ocurrió cuando su abnegada madre lo encontró ensayando movimientos espasmódicos ante el espejo de su habitación. Él trató de explicarle que se trataba de una coreografía debidamente estudiada, pero la madre no dejaba de llorar ante la idea de tener un hijo poseído por el demonio. Un cura le realizó un exorcismo, pero Lorenzo continuaría bailando.
Su expediente académico puede calificarse de mediocre. Para un trabajo que debían realizar sobre el materialismo histórico de Marx, Lorenzo escribió un extenso ensayo en el que se planteaba si el tamaño de las solapas de un traje influye en la opresión del proletariado. Concluyó que sí, que cuanto más pequeñas, más oprimido se encuentra el trabajador.
En 1992 realizó el servicio militar en Melilla. Pronto sus bailes se hicieron famosos en todo el cuartel, topándose con la incomprensión e intolerancia de los mandos. Esto no le impidió hacer más amena la estancia de los que le acompañaban en el calabozo.
Tras licenciarse, entró a trabajar en un Pizza Hut. Meses más tarde recibió una oferta muy superior de Telepizza, pero Lorenzo sentía los colores y no abandonó Pizza Hut. Este hecho hizo que sus padres le retiraran la palabra finalmente.
Buscando sin duda su lado artístico, Lorenzo se dedicó durante una temporada a fotografiar sobacos izquierdos, ya que consideraba que eran la parte más hermosa del cuerpo humano. Un día, tras golpearse por accidente en la cabeza con un martillo cuando se disponía a colgar un cuadro en la pared, se dio cuenta de lo estúpido que había sido y quemó todas sus fotos. Desde entonces, sólo fotografió sobacos derechos.
A medida que fracasaba en todos los ámbitos de la vida, Lorenzo se aferró más y más al baile, su única y verdadera pasión.

martes, 20 de septiembre de 2011

La lección

Pero yo soy un iluso y por eso no he sido capaz de entender todavía de qué va la vida. Me sigo aferrando a esa vieja idea que no existe más que en mi imaginación. Y no creo que vaya a aprender jamás.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Derecho de admisión

Eso de ahí es la puerta del Parnaso y lo que hay junto a ella es el portero, que no tiene mi nombre en su lista, a pesar de que yo juro y perjuro que merezco entrar, que se celebra una fiesta en mi honor, una fiesta secreta, tan secreta que no lo sabe nadie, ni siquiera los invitados.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Espera

Sólo estoy contemplando la sombra de los años, que cada vez es más alargada.

sábado, 17 de septiembre de 2011

No ficción

—He decidido dejar atrás por fin la ficción y dar el salto de escribir una historia verídica.
—Eso está bien. ¿Qué cuentas? ¿Algo autobiográfico?
—Sí. Hablo de lo nuestro, de nuestro amor.
—Vaya.
—¿Qué?
—Pues que no has dado todavía el salto a la no ficción.
—¿Cómo dices?
—Que yo nunca te he querido. Me casé contigo porque se decía que tu talento era un valor seguro. Se suponía que ibas a triunfar. Quién iba a imaginar que la ficción era algo tan ingrato.
—Ya. No como la realidad, claro, que es mucho más satisfactoria.

viernes, 16 de septiembre de 2011

París era esto

Siempre nos quedará París, el París que inventamos juntos y que jamás pisamos en la realidad. Un París que sólo habíamos leído en las novelas y visto en las películas de la nouvelle vague y que adaptamos para nosotros en nuestra pequeña habitación, lejos del mundo. Un París de andar por casa en el que todas las calles tenían nuestros nombres.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Nunca hagas lo correcto

Nunca hagas lo correcto, le dijo. Podrías equivocarte más. Es mejor dejarse llevar por el instinto: siempre podemos apelar a nuestra animalidad para salir del paso.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

La red

Una sala de chat en la que hay varios usuarios (paseando por el escenario). Entra POLLATRON31.
POLLATRON31: Hola, ¿alguna chica para sexo?
CONAN: ¿Esto de las salas de chat no está pasado de moda?
RUBITA23: Es una obra retro. La red en sus inicios.
CONAN: Ah.
POLLATRON31: Rubita23, ¿quieres sexo?
RUBITA23: Que te den.
POLLATRON31: Equis de.
Cae el telón por problemas con la conexión a internet.

martes, 13 de septiembre de 2011

El juicio

—Señoría, mi cliente desea que conste en acta que tiene un catarro.
—¿Y eso qué relevancia tiene?
—Es evidente: tiene las defensas bajas. ¿Acaso no tiene mi cliente derecho a un juicio justo?
—Para ocuparse de la defensa de su cliente ya está usted, ¿no?
—Ah, pero es que yo soy abogado, señoría, no médico.

lunes, 12 de septiembre de 2011

La habitación 1033

Vuelvo todas las noches a la habitación 1033, donde tiemblas cuando te toco —como si fueras un animal asustado— y hablamos en susurros hasta que sale el sol.

domingo, 11 de septiembre de 2011

11-S

¿Tú crees que será el fin del mundo? No, al mundo todavía le queda mucho, no pasará nada. ¿Y si hay guerra? Será muy lejos de aquí, ni nos enteraremos. Tengo miedo. No lo tengas, todo va a salir bien. ¿Entonces crees que el mundo estará aquí dentro de diez años? Claro. ¿Y nosotros? ¿Qué? Nosotros, lo nuestro. No lo sé, diez años es mucho tiempo.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Agnus Dei

Era una fría mañana de marzo cuando me habló una de mis ovejas. Yo me había levantado con un dolor de cabeza importante, pues la noche anterior había estado bebiendo en la tasca del pueblo hasta muy tarde, y el sol se me clavaba en los ojos. Pero estaba sobrio, de ahí que mi sorpresa fuera absoluta cuando Lucera vino trotando y, mirándome con tiernos ojos, dijo: «yo soy el cordero de Dios». Me fallaron las rodillas, caí al suelo, me quité la boina. No sabía si era un milagro o un delirio, pero tenía miedo, de eso estaba seguro.
Lucera me anunció entonces que el fin del mundo estaba cerca, que los hombres habíamos abandonado la recta senda y vivíamos en círculos, círculos viciosos, y debíamos ser castigados, pero que yo podía salvar a los que decidieran seguirme, ya que Dios me había escogido entre todos los pastores para que condujera las almas al redil celestial.
Me persigné y pregunté cómo debía llevar a cabo esa tarea que se me encomendaba, pero Lucera me respondió a esto con sus acostumbrados balidos y ya no me miraba con expresión inteligente. Quizá lo había soñado, pensé. ¿Pero y si era cierto? ¿Y si estos eran los últimos días? No podía desoír la llamada de Dios por algo tan prosaico como el temor a haber perdido la cabeza, me dije. Puede que todo fuera una prueba.
Fui a consultar con el cura. Al principio me miró con suspicacia y me preguntó si había bebido. «Nunca tan temprano», le contesté. Luego quiso saber si me lo había dicho una oveja o una cabra, pues no era lo mismo. «El diablo no es un macho cabrío por casualidad», me dijo. Las ovejas, en cambio, son animales mansos y nobles y por eso representan al rebaño del Señor. Pero si me lo hubiera dicho una cabra estaríamos hablando de un mensaje satánico y habría que ir pensando en exorcizarme y sacrificar a la cabra en cuestión. «No ha sido una cabra», le dije, «ha sido Lucera, mi oveja predilecta: me ha dicho que es el cordero de Dios, aunque ya no tiene edad para ser cordero, supongo que se ha permitido una licencia poética». El cura meneó la cabeza. Una aparición mariana podían venderla, ¿pero que las ovejas anunciaran la Buena Nueva? Eso era inaceptable, qué iba a decir el señor obispo. O el Santo Padre, si se enteraba. Lo mejor sería excomulgarme y olvidar este lamentable incidente. Yo me opuse a esto último, por supuesto, pero no sirvió de mucho, por lo visto la excomunión no precisa de consentimiento por parte del afectado.
Decidí no contarle a mi mujer que me habían excomulgado, que seguramente se lo tomaría mal, pero no era necesario que me preocupara, ya se lo habían dicho, en un pueblo tan pequeño como éste las noticias vuelan. «Pablo», me dijo cuando entré por la puerta, «qué es eso de que te has vuelto loco y te han expulsado del seno de la Santa Madre Iglesia». «El cura, cariño, que me tiene manía», respondí yo, pero ella no se rió, no, sino que se me quedó mirando con la cara muy larga, desaprobando todas mis acciones, como había hecho siempre. «No es sólo que seas incapaz de ser buen cristiano, es que ya ni siquiera eres capaz de ser uno malo. Ya me decía mi madre que me casaba con un borracho y un putero, lo que nunca habría sospechado es que también eras un hereje». A mí su falta de fe me dolió, pero musité: «perdónala, Señor, porque no sabe lo que hace». Al parecer lo dije muy alto, puesto que mi mujer me lanzó una mirada cargada de odio y luego me preguntó si ya estaba borracho, si es que no tenía vergüenza alguna. Yo no dije nada, me limité a poner la otra mejilla, pero lejos de ella, por si acaso.
Por la tarde, llamaron a la puerta. Durante un momento se me ocurrió que era un ángel anunciador, pero enseguida lo descarté, qué sentido tendría que llamase a la puerta como todo hijo de vecino en vez de manifestarse directamente en el comedor. Aunque tal vez fuese un ángel tímido, quién entiende de estas cuestiones, me dije mientras iba a abrir. Resultó ser el médico del pueblo, que venía a examinarme a petición de mi mujer. Yo le dije que me encontraba bien, pero él insistió en echarme un vistazo. «Podría ser un tumor cerebral, nunca se sabe, con todos estos aparatos modernos de hoy en día, las radiaciones…», me dijo. Me hizo un reconocimiento muy superficial, claro, al fin y al cabo estábamos en mi casa, pero determinó que mi salud era excelente. Expresó por tanto su interés en hacerme más pruebas. Yo me negué, ya estaba cansado de ceder a la incredulidad de la gente. Dios me había elegido para ser su heraldo, no para perder el tiempo con descreídos. Eché al médico con cajas destempladas a pesar de sus protestas y las de mi mujer, que me insultaba a voz en grito.
Esa noche cenamos en silencio. Mi mujer se negaba incluso a mirarme. Dadas las circunstancias, consideré que lo más apropiado era marcharme. «¿Dónde vas?», me preguntó al ver que me dirigía a la puerta, «seguro que al bar a emborracharte, ¿verdad?». Yo no contesté nada, los mansos heredaremos la tierra, me puse la chaqueta y salí al exterior.
Hacía un poco de frío. Las estrellas, inmutables, observaban desde lo alto mi pasear por los oscuros campos. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?, pregunté al cielo nocturno, que no me contestó. Ninguna señal, ninguna estrella fugaz que me guiara o sirviera de guiño de comprensión. ¿Se ponía a prueba mi fe o es que simplemente había recuperado la cordura? ¿Es que tenían razón todos?
De pronto, vi la luz. La luz de los faros de un coche averiado junto al camino. De pie frente al vehículo, un hombre intentaba llamar por su teléfono móvil. «Perdone, ¿puedo ayudarle?», le dije. El tipo sonrió y me contestó que lo dudaba, a no ser que meara gasolina y pudiera llenarle el depósito. «Me temo que no está entre mis habilidades», le confesé. Luego le dije que se desengañara, que se olvidara del móvil, pues por estos lares era muy difícil tener cobertura, no le quedaba otra solución que dirigirse a la gasolinera del pueblo, que estaba a un par de kilómetros. Él se encogió de hombros con resignación y dijo: «bueno, si la montaña no va a Mahoma...».
Eso era. Mahoma iría a la montaña, cómo no lo había pensado antes. Subí al monte más alto y allí le prendí fuego a una zarza. El humo se elevaba y desaparecía en el cielo, la noche estaba en calma; entonces, de pronto, el Señor se manifestó. «Yo soy el que soy», anunció la zarza ardiente, una perfecta tautología, aunque alguien con menos fe habría dicho que aquello era una perogrullada. Yo me postré de rodillas y entre lágrimas pedí guía y consejo. Le expliqué al Creador que estaba perdido en el desierto, que había tenido que abandonar mi hogar, que mi mujer era una ingrata, que el cura del pueblo me había expulsado de la Iglesia, que el médico se empeñaba en que tuviera cáncer, que, en definitiva, el camino a la Tierra Prometida me era desconocido y necesitaba algo de luz para atravesar el valle de sombras.
Las llamas, durante mi perorata, se habían extendido y ahora no era sólo una zarza lo que ardía, sino una buena porción de bosque. Esto no me preocupó en absoluto; es más, pensé que mejor así, porque la voz de Dios sonaría con más fuerza. Pronto pareció confirmarse mi teoría, pues empecé a escuchar un gran griterío. No era Dios, claro, lo supe tras unos instantes de duda, Dios tenía una voz más grave y singular, sobre todo esto último, que lo que escuchaba ahora eran voces provenientes de diversas gargantas, y es que la gente del pueblo se había alarmado al ver el monte ardiendo y había acudido a intentar sofocar el incendio. Con escaso éxito, hay que decirlo, que pronto el fuego alcanzó las casas del pueblo.
Yo me paseaba entre las llamas y los lugareños que iban de un lado a otro con cubos de agua. Iba gritando el nombre de Dios, pero en vano, que no me contestaba. Para acabar de empeorarlo, la gente había reparado en mi actitud y no les parecía muy constructiva, era evidente por los golpes que me habían propinado ya al pasar (y los que me seguían dando). Me miraban como si fuera un falso profeta o un alborotador. Parecían haber decidido ya que todo aquello era culpa mía. No entendían que yo sólo era un instrumento, no era en modo alguno responsable de mis actos, me limitaba a acatar la voluntad divina y nada más. Si el pueblo ardía, era cosa de Dios. Nadie dijo que el Apocalipsis fuera a ser agradable.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Antecedentes

—La tercera cosa que me sedujo de él es que es un ex presidiario.
—Muy juiciosa. ¿Y por qué estuvo en la cárcel? ¿Por asesinato?
—No, por fraude.
—Casi peor.
—¿Por qué?
—Porque no te puedes fiar de él cuando te dice que te quiere, claro.

jueves, 8 de septiembre de 2011

La muerte

He llorado mucho hoy, me dice. He llorado pensando que quizá la vida no merezca la pena. Pensando que tal vez sería mejor terminarla aquí, ahora. Me pregunté entonces cómo sería matarme. Si sabría hacerlo. Si dolería mucho. Si sería rápida. Y cuando quise darme cuenta, ya era de noche.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Nana

Duerme. El mundo puede esperar. La vida no es nada comparada contigo.

martes, 6 de septiembre de 2011

Las palabras prohibidas

Apunto las expresiones que repites —le dice ella—, para que no puedas volver a usarlas. Así voy limitando tu vocabulario. Es una censura disimulada y tranquila, hasta enmudecerte del todo.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Debate del estado de la nación

Un cadáver pútrido y agusanado y unos curanderos asegurando a gritos que tienen el remedio para que recobre la salud.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Teoría de vuelo

En la calle Vostok se ha matado un hombre. Parece ser que saltó por la ventana con el propósito claro de suicidarse, por lo que puede hablarse de éxito. Saltó al vacío, ha dicho un periodista, pero esto lo ha negado un vecino, que ha declarado que la calle estaba llena de duro asfalto.

sábado, 3 de septiembre de 2011

La musa

Haz de musa, le dice él. Y qué hago, pregunta ella. No sé, cualquier cosa, tú musea, que yo escribo. Ella se encoge de hombros (por qué estaré saliendo con un loco, piensa) y pasea por la habitación mientras él toma notas.

viernes, 2 de septiembre de 2011

La juventud

Uno siempre es joven, de alguna manera. La juventud es el estado natural del hombre, podría decirse, puesto que éste tiende a quedarse anclado en ella. Pueden pasar veinte años, pero nunca nos parecerá que un grupo de música —por ejemplo— de aquella época es antiguo. Cómo va a serlo, si la juventud es el tiempo detenido.

jueves, 1 de septiembre de 2011

El espacio

—El espacio es algo que me interesa mucho.
—¿Eres decorador de interiores?
—No, me refiero al universo. Al espacio exterior.
—Ah. Eso es bastante más complicado de decorar, ¿no?

miércoles, 31 de agosto de 2011

El orden público

La nueva ordenanza del ayuntamiento prohibía la vida, con lo que finalmente se logró la tranquilidad en el pueblo.

martes, 30 de agosto de 2011

El autor

A nadie le importa mi nombre o si dejo de existir, repetía siempre el autor. Lo que cuenta es la obra. Si es buena o no. Si es verdadera. Que yo me esconda detrás de ella es lo de menos.

lunes, 29 de agosto de 2011

El romanticismo es un idealismo

Yo soy un romántico y de alguna manera intento hacer siempre lo correcto. Lo kantiano, dar ejemplo al mundo y todo eso. Pero lo correcto no es lo práctico. El romántico va contra la realidad porque no la entiende. No la ve. Tampoco la necesita, claro.

domingo, 28 de agosto de 2011

Y zombis

—Su novela nos parece fascinante, nos encantaría publicarla.
—Por fin. Ha sido un duro trabajo de años, ¿sabe?
—Eso sí, habrá que cambiar algunas cosas. Para hacerla más atractiva para el público.
—Dígame y veré qué puedo hacer.
—Faltan zombis.
—¿Cómo dice?
—Que faltan zombis, que son la última moda. Unos zombis harían que la novela encajara mejor en el mercado. ¿No podría meter unos cuantos en la trama?
—¿Pero cómo voy a meter zombis, si es una novela autobiográfica?
—¿No ha habido zombis en su vida?
—Creo que me habría enterado.
—¿Ni siquiera en su adolescencia? Algún amigo yonqui tendría.
—No. Y no creo que sea lo mismo.
—Tiene razón. A ver, negociemos. Podría reescribir algún pasaje, de forma que se sugiera que algún personaje es un zombi. Así, de forma sutil. Por ejemplo, Laura.
—¿Laura? ¡Es la chica! ¡El amor del protagonista! ¡Mi gran amor!
—Mejor, ¿no? Piense en este título para el libro: Amores con una zombi.

sábado, 27 de agosto de 2011

Los viajes imaginarios

¿Por qué se va a gastar usted una fortuna en largos desplazamientos cuando la gran aventura está en su cabeza? Llámenos y nuestro equipo de guionistas le dará ideas para soñar.

viernes, 26 de agosto de 2011

La distancia

Todo es tan trágico, dice él. Ella se aleja, ¿no te das cuenta? Es algo inexorable. Inexorable como la tragedia. Porque las cosas buenas no son inevitables, sólo las malas. Como que ella se aleje. Pero es que el universo se está expandiendo, así que es natural que nos alejemos, ¿no? Poco a poco, casi sin darnos cuenta. De forma disimulada. E inexorable, claro.

jueves, 25 de agosto de 2011

Hay un hombre hablando por teléfono

Hay un hombre hablando por teléfono, dice la señora Edelmira a Eduardo, que está viendo en la tele el resumen de la jornada liguera y no entiende muy bien de qué le está hablando su madre, que ya está mayor. Qué quieres decir con eso, le pregunta. Y ella insiste: hay un hombre hablando por teléfono. ¿En la calle?, pregunta él. No, en la línea telefónica, contesta ella, lo he escuchado al descolgar para llamar a Virtudes. El hijo de la señora Edelmira responde que vale, que será un duende: el duende de la línea telefónica. Todo el mundo sabe que los duendes son muy cotillas, añade. No es un duende, sino una persona, un señor, afirma su madre. Y de qué hablaba ese señor, pregunta él. De cosas extrañas, cosas de otro mundo. Eduardo se ríe, pero de pronto le entra un poco de miedo. ¿Y si es el diablo, que habla para las ancianas? Así que se levanta del sofá y coge el teléfono. Efectivamente, hay un hombre hablando, sí, hablando de los secretos insondables del mundo, pero de pronto calla. Tras unos segundos, finalmente la voz vuelve a hablar y dice: por favor, que se ponga su madre, usted no está autorizado. Eduardo susurra una torpe disculpa y le devuelve el teléfono a Edelmira.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Bajo la censura

La policía del pensamiento irrumpe en la habitación de un señor que meditaba tranquilamente y de esta forma tan abrupta comienza la historia.
—Buenas tardes. Sabemos que estaba usted teniendo pensamientos ilegales.
—No es cierto, me habrá difamado un vecino envidioso.
—No, lo hemos visto en el escáner mental. Estaba usted pensando en tetas y todavía no son las siete.
—No es verdad.
—Sí que lo es: son las seis y media.
—No, me refiero a lo primero: no pensaba en tetas, sino en zepelines.
—Hum. ¿Seguro?
—Segurísimo. ¿Quién va a saber mejor lo que estaba pensando yo?
—Bueno, pero siguen siendo formas inapropiadas.
—¿Es ilegal pensar en zepelines?
—No sé, tal vez sea alegal. Creo que no he leído nada al respecto. Al fin y al cabo, ¿quién piensa en zepelines hoy en día?
—Yo, que disfruto con la historia de la conquista del aire.
—Ah, así que disfruta.
—Sí, mucho.
—Sexualmente, claro.
—¿Qué? ¿Pero qué dice?
—Ahora lo entiendo todo. Era una maniobra para burlar la censura, para poder masturbarse fuera del horario establecido sin ser descubierto. Pero le ha salido mal, amigo.
—¿Pero es que ha perdido la cabeza?
A pesar de sus protestas, el hombre es inmediatamente detenido y enviado a reeducación.

martes, 23 de agosto de 2011

El silencio

Ella guarda silencio al otro lado del teléfono y él se pone nervioso y habla todo el rato, sin conseguir respuesta. Se pregunta si el Juicio Final de los cristianos es algo así: un ominoso silencio que hay que romper hablando y hablando y quedando como un idiota. Qué kafkiano es esto, piensa también: un silencio que parece acusarme de algo y que ignora mi parloteo. Y sigue hablando, pero ella no dice nada y durante un segundo él se aferra a la esperanza de que se haya cortado la llamada, aunque sabe perfectamente que no es así.

lunes, 22 de agosto de 2011

Choques culturales

Ya han pasado unos cuantos años desde que fuimos invadidos por las fuerzas extraterrestres de Nebulón 7, pero todavía hay gente que no se ha acostumbrado a adorar a Skkofat, que murió por la iluminación espiritual de toda la galaxia mucho antes de que existiera la Tierra.

domingo, 21 de agosto de 2011

Siempre llueve a esta hora

Siempre llueve a esta hora, anuncia el guía a los turistas. Ahora que el Líder regula cada aspecto de la nación, todo es más sencillo.

sábado, 20 de agosto de 2011

Una pertinaz sequía

Entendiendo que la falta de lluvia que resecaba los campos del país era un elemento desestabilizador, el gobierno decidió prohibir la sequía. Esto, claro está, no hizo que lloviera, pero sí metió en un brete a los meteorólogos, que eran fusilados tanto si continuaban anunciando sequía (por derrotistas y traidores) como si pronosticaban lluvia (por conspirar contra el estado). Por si esto fuera poco, los labriegos que se negaban a recoger las cosechas que no tenían eran tratados como terroristas.

viernes, 19 de agosto de 2011

Del amor

Yo lo que busco siempre es el amor, dice él, a lo que le preguntan: ¿Y después? Y él se encoge de hombros y dice que no sabe, que todavía no ha llegado nunca a ese punto. Que tendrá que improvisar, claro, qué otra cosa.

jueves, 18 de agosto de 2011

París no estaba ahí

París no estaba ahí, dijo ella. Se la había llevado el tiempo, el tiempo que no pasamos juntos. El tiempo que perdimos pensando en nosotros. Pero tampoco es que tú tengas mucho de Rick o yo de Ilsa, aunque es verdad que los alemanes vestían de gris y yo de azul.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Reparto de bienes

En el divorcio, ella se quedó con mi pasado.

domingo, 14 de agosto de 2011

El álter ego

Sí, mi otro yo ha llevado una gran vida: la que le he escrito yo, la que me habría gustado llevar a mí. Una vida sin molestas interrupciones y con una estructura clara. Sin asuntos banales. Sin partes superfluas. Una vida sin espacios vacíos.

sábado, 13 de agosto de 2011

El diablo

Aquella mancha de la pared es el diablo, yo lo sé bien, pues me vigila siempre por las noches —atento a todos mis movimientos— y susurra tu nombre cuando cree que estoy dormido.

viernes, 12 de agosto de 2011

En habitaciones oscuras

En habitaciones oscuras, donde el insomnio no puede alcanzarnos, nos encontramos en secreto. No para cambiar el mundo, sino para detener el tiempo. Porque no hay nada a la altura de nuestro amor, ni siquiera la vida.

jueves, 11 de agosto de 2011

Un momento de una belleza perfecta

Después de aguantar toda la noche despiertos, subimos al autobús de las siete. Empieza a salir el sol mientras emprendemos el viaje a casa. Ella finalmente se rinde y se duerme con la cabeza en mi regazo. Es un momento de una belleza perfecta, pienso. Voy leyendo en el autobús mientras amanece y ella duerme dulcemente.
Al despertarse luego, descubrimos que se le ha quedado marcado en la mejilla el botón de mis pantalones y que me ha babeado la entrepierna.

miércoles, 10 de agosto de 2011

El siglo XX

Todavía vives en el siglo XX y ya hace años que se terminó, le dice ella. Él no dice nada; cómo explicarle que no es educado entrar en el futuro sin invitación.

martes, 9 de agosto de 2011

Las cucarachas en la sociedad del bienestar

Las cinco de la mañana en el centro del infierno, donde nunca llega el sueño. En la mesa hay un libro titulado Las cucarachas en la sociedad del bienestar. Y ella le pregunta de qué va y él se encoge de hombros y le contesta que no lo sabe, que lo compró porque le gustó el título, pero cree que es una historia de amor.

lunes, 8 de agosto de 2011

Imperialismos

No entienden por qué hemos invadido su país, cuando es evidente que carecen de recursos importantes y tampoco puede movernos la venganza, pues las relaciones entre ambas naciones siempre han sido amistosas. La verdad es que hemos conquistado su país por una simple cuestión de cercanía. En alguna dirección habrá que empezar a expandirse, digo yo.

domingo, 7 de agosto de 2011

Hambre de amor

La camarera le pregunta qué va a pedir y él responde: a ti. Yo no estoy en el menú, contesta ella. Pero es que estoy enamorado de ti, insiste él. De tus largas pestañas, que no me importaría encontrar en mi sopa. De tus caderas, que se mueven al compás de la vida. De tu boca, que me incita a la gula. Del amor deconstruido en ti, en definitiva. La camarera se le queda mirando durante unos segundos y finalmente dice: Veré qué puede hacer el chef.

sábado, 6 de agosto de 2011

Coser y cantar

Puntada a puntada, Sonia me cose unos botones. Es una agradable novedad. Normalmente, la cosa era así: putada a putada, me descosían la vida. Más o menos. Y ahora, por primera vez, una chica me cose algo. Es bonito, pienso. Seguro que también es machista en estos tiempos que corren, pero me parece bonito el gesto. Una chica cosiéndome algo. Simplemente porque me quiere. Qué sé yo.

viernes, 5 de agosto de 2011

A ciegas

No, no te atrevas a encender la luz, dice ella. No puedes verme desnuda. Esto es entrar en el sanctasanctórum para encontrarse con Dios y tienes que hacerlo a oscuras, en silencio. No se puede ver el rostro de Dios; ni siquiera tú, que eres mi sumo sacerdote. Pero abrázame, bésame, tócame. Mi cuerpo es una plegaria para disipar las tinieblas. Mi cuerpo es la luz y el camino.

jueves, 4 de agosto de 2011

Eichmann

Ustedes me juzgan hoy por mis crímenes, pero piensen que yo no era más que un funcionario. Sí, lo sé, dicen que lo mío fue la burocratización del mal y la industrialización de la muerte. Pero traten de verlo como yo. La logística. Los cupos. Aumentar siempre la producción. Agilizar el proceso en situaciones desfavorables. Hice un trabajo tan competente. Pero eso ustedes no lo valoran.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Las calles

Enfrentado a las protestas ciudadanas, el gobierno decidió que los manifestantes fueran sustituidos por policías.

martes, 2 de agosto de 2011

El golpe

Ella lleva hablando un buen rato y de pronto él piensa: qué bonita voz tiene. Como si no hubiera sido consciente antes. Sí, ya lo sabía antes de este momento, pero no se había parado a pensarlo realmente y de repente es una revelación. Descubrir el amor, piensa. El amor, que te golpea de súbito con un gesto. La verdad, que se muestra de forma inesperada. Y tiene ganas de decirle: «me gustaría que no te callaras nunca», pero guarda silencio, ya que, pensándolo bien, parecería sarcasmo o pura locura.

lunes, 1 de agosto de 2011

Lo obvio

En una cafetería, a eso de las seis de la mañana. En la tele hablan de la muerte de Amy Winehouse. En la pantalla, el titular es: «Muere Amy Winehouse». Y abajo: «la gira, cancelada».

domingo, 31 de julio de 2011

En el manicomio

Hay un perro paseando, dice uno de los locos, lo que causa un revuelo considerable, pues de pronto todo el mundo quiere asomarse por la ventana para observar tal acontecimiento, ya que piensan que el perro está paseando vestido de hombre.

sábado, 30 de julio de 2011

Product placement

Con esta crisis, hay que sobrevivir como se pueda, de ahí que inserte publicidad en mis novelas. Pero no de cualquier manera, no se crea. No es que interrumpa la narración para meter un anuncio a toda página, no. Lo que hago es más disimulado. Por ejemplo, el protagonista siempre fuma esa famosa marca de cigarrillos que tiene usted en mente ahora (no digo el nombre aquí porque esto no me lo pagan). Y se para a reflexionar sobre lo baratos que son y lo bien que sientan a cualquier hora del día. Esas cosas. Pero engarzadas en la narración, ya le digo.

viernes, 29 de julio de 2011

La vida yonqui

El colchón en el suelo. La persiana bajada. Los horarios caóticos. La falta de dinero. No saber qué comeremos ni cuándo. El tiempo detenido. La lejanía del mundo. La vida yonqui, que te digo yo y tú sólo sonríes con tu mirada de Sophie Marceau.

jueves, 28 de julio de 2011

Claro

Hay muchas mujeres en tu vida. No, solo tú. Pero las hubo. Sí, antes, quizá. Pues eso. ¿Qué? Que yo no quiero ser una más. No lo eres. ¿De verdad? Claro: ninguna lo fue.

miércoles, 27 de julio de 2011

Anoche soñé que me matabas

Anoche soñé que me matabas. Con un beso, como hacen los amantes. Quemabas mis viejas ropas de vagabundo y me dabas un hogar. Cuando apenas había aprendido a vagar.

sábado, 23 de julio de 2011

Anoche soñé que me mataban

Anoche soñé que me mataban. A tiros, en un aparcamiento. Sin motivos, de forma absurda, por el pronto de un borracho. Y mientras silbaban las balas en el aire, pensaba sólo que la eternidad era tu nombre. Luego era demasiado tarde.

miércoles, 20 de julio de 2011

Vivir

Vivo en ese momento que hay entre el despertar y el salir del sol, cuando todo parece posible.

sábado, 16 de julio de 2011

Capítulo 2470

Porque el amor siempre me ha tratado mal. Nunca me ha contado entre los suyos. Siempre me he tenido que colar en sus fiestas, pero enseguida me descubría. Por eso te digo «te quiero» en un susurro y deprisa. Para disimular, para que no se entere.

viernes, 15 de julio de 2011

El tercermundismo literario




















Presentado en la periferia del libro.

jueves, 14 de julio de 2011

El arte de lo cotidiano

Tu tiempo ya ha pasado, me dicen. Qué tontería, pienso yo; si jamás ha sido mi tiempo.

miércoles, 13 de julio de 2011

Tipos de interés

Llaman a la puerta del señor Josef K dos hombres vestidos de gris que se presentan como representantes del mercado. Cómo que el mercado, pregunta el señor K, ¿es que son ustedes corredores de bolsa? No, sólo somos dos tipos, dice uno de los hombres de gris. Sí, somos tipos de interés, replica el otro, que ríe por su ocurrencia. Bueno, qué quieren, pregunta Josef K. Venimos a reclamar lo que es nuestro, contestan. ¿El qué?, pregunta K. El dinero, responden. Pero yo a ustedes no les debo nada, el dinero es mío, se defiende K. De eso nada, todos somos mercado, dice uno de los hombres. Somos una hidra de múltiples cabezas, apostilla el otro hombre gris, que saca una llave inglesa del bolsillo y golpea con ella a Josef K en la rodilla.

martes, 12 de julio de 2011

Conocimientos

Te quiero, pero sigo sin fiarme de ti porque en realidad no te conozco, le dice ella. Y él piensa: estoy a prueba; soy como un becario, un becario sentimental, y quizá me contraten más adelante, ¿pero cuándo? ¿Cuándo se conoce de verdad a alguien? De Julio César o Alejandro Magno se han escrito cientos de libros, pero no se puede decir que les conozcamos en realidad. Quién sabe lo que de verdad pasa por la cabeza de alguien. Si todos somos siempre desconocidos. Si para cada vivencia hay diversas respuestas y no podemos saberlas todas. Si todo el mundo miente siempre en el currículum.

lunes, 11 de julio de 2011

Conspiraciones

Yo sé que me controlan, doctor. Es algo evidente, no hay más que prestar atención a las señales, y no me refiero a las de tráfico, aunque también. Todo está escrito a la vista, pero hay que conocer el código. Y eso que lo cambian, ¿sabe? A diario, varias veces. Es cuestión de algoritmos, de algoritmos e inventiva. Porque los poderosos son muy listos, créame. Hacen guerras en las que luego mueren los pobres; crean crisis que luego pagan los pobres. Nosotros, los pobres diablos. Los que nunca entendemos nada, los que no vemos los hilos que manejan el mundo. Los que no entendemos las reglas del juego, cuando en realidad sólo hay una regla: tú no puedes jugar. Pero yo sé. Es evidente. Está ahí, escrito en todas partes.

domingo, 10 de julio de 2011

La locura

Pero yo no sé ser de otra manera, dice ella. Me da miedo la vida, que es siempre un misterio. La locura, en cambio, ya la conozco: somos íntimos, nunca me abandona. Y muchas noches es mi único consuelo.

sábado, 9 de julio de 2011

El amor en directo

Ella le pregunta si quiere verla por webcam, él le contesta que sí. Se carga la imagen y aparece vestida elegantemente, con el rostro serio y con unos papeles ante ella. Es un comunicado oficial, dice, y empieza a leerlo. Informa del momento difícil que vive el país: la crisis económica nos está llevando a la desesperación y el cinismo. Parece que ya no hay nada en lo que creer. Sin embargo, le quiere, dice, y puede que esto sea motivo de esperanza para todos. La primera señal de que el país se recupera. Y sonríe mirando a la cámara y despide la conexión. Él asiste a todo esto atónito, pero lo que tiene claro es que ha dado con una mujer muy especial.

viernes, 8 de julio de 2011

El mar perdido

Me quitaron el mar, se lo llevaron, repetía Otto von Bruckner, antiguo almirante de la armada austrohúngara, tras la conferencia de paz de París de 1919. Paseaba desolado (y desempleado) por las calles de Viena, entonando esta letanía. Me quitaron el mar, se lo llevaron. Y los transeúntes, inquietos, se apartaban del camino de von Bruckner, que así surcaba la multitud, a la deriva.

jueves, 7 de julio de 2011

El esplendor en la hierba

Suena el teléfono, pero no es Sonia, sino Alba. Qué querrá, pienso, aunque es una pregunta retórica, pues si me llama es porque está triste, ya que sólo se acuerda de mí cuando la vida no le sonríe. Efectivamente: se embarca en un largo soliloquio acerca de su insatisfacción. Por qué no habré hecho esto nunca, pienso. Lo de llamar a una ex para quejarme, quiero decir. Diferencias entre hombres y mujeres, una más. Pero centrémonos: la verdad es que todo esto es una pena. Porque quise tanto a esta chica y ahora es como hablar con una extraña. Una extraña con voz de camionero, lo que me hace pensar que vuelve a fumar, aunque ella asegura que es una afonía mal curada. Lo realmente grave es que empieza a joderme el recuerdo con las historias de su vida actual. Porque ella era el arquetipo, la primordial. ¿Será esto la decadencia? La vida es un proceso de demolición, que decía Scott Fitzgerald, pero yo no quiero revisionismos históricos de mi pasado. Yo quiero que me dejen el pasado tranquilo, porque puede que un día sea lo único que me quede y quiero regresar a él de vez en cuando y pasear por sus calles entrañables y sus parques y recordar el esplendor en la hierba del que hablaba Wordsworth y todo eso, joder. Pero no, ella tiene que venir a derribar el recuerdo, dándome a entender que esta chica que me cuenta historias de hombres separados y depresivos es la misma que me hacía escribir poemas y no dormir. A mí esta información no me sirve para nada. No me aporta nada. No la quiero para nada. Y no sé si manifiesto esto inconscientemente, pero se queja de los comentarios que voy haciendo a su discurso. Tu humor ha cambiado, dice, antes eras más divertido, ahora eres cruel. ¿Cruel, yo? No soy yo quien practica la filosofía del martillo con el pasado de los demás. Y no sé qué le digo, pero me cuelga, enfadada. Y yo suspiro, aliviado.

miércoles, 6 de julio de 2011

La ingenuidad

Ah, querida, pienso ahora en cuando nos conocimos. Éramos tan inocentes: tú tenías diecinueve años, yo tenía una mención especial.

martes, 5 de julio de 2011

Gorda

—Tengo que confesarte una cosa.
—¿Me la estás pegando con otro?
—No, peor que eso.
—¿Peor? ¿Me la estás pegando con dos?
—No, no tiene nada que ver con cuernos.
—¿Entonces?
—Pues que estoy gorda.
—¿Pero qué dices? ¿Tú te has visto? No te sobra ni un gramo.
—Te equivocas, estoy gorda.
—En un universo paralelo, tal vez.
—Estoy gorda, pero en secreto. Mi gordura es imperceptible para el ojo humano.
—Ah. ¿Y qué problema hay entonces?
—Pues que yo lo sé. Es muy estresante, siempre estoy temiendo que los demás lo descubran. ¿Y si alguien me estudia atentamente?
—¿Con qué instrumentos de medición? Has dicho que para el ojo humano pasa desapercibido tu exceso de peso.
—Qué sé yo. Quizá podría darse cuenta un topógrafo.
—Seguro que tiene cosas mejores que hacer que medir gordas.
—¡Ves! Estoy gorda, tú mismo lo admites. Tú también lo ves.
—¡Pero si lo dices tú!
—Y además ves mi gordura a ojo de buen cubero; ya ni siquiera hace falta método científico para darse cuenta. Es peor de lo que pensaba.

lunes, 4 de julio de 2011

El binomio

Del silencio no puedes dudar. Ni de la soledad. Claro que a veces viene una chica y enuncia una teoría: «Tú y yo», dice. Que no es realmente una teoría científica, sino más bien una fe. Pero vale la pena creer un rato, piensas.

domingo, 3 de julio de 2011

Capítulo 2457

Esa risa nerviosa cuando eres feliz. Esa falta de costumbre.

sábado, 2 de julio de 2011

El último señor con bigote

Llaman a la puerta. Gloria, que se llama así porque su padre era fan de Van Morrison, abre y se encuentra al cartero. Necesito que me firme aquí, es una carta certificada, dice éste. Yo te firmo si quieres un certificado de matrimonio, contesta Gloria, que ha quedado prendada (y casi prendida) del cartero, que le recuerda a su difunto padre y esto es así porque el cartero luce un frondoso bigote (concretamente, bajo la nariz). Ella siempre había creído que su padre era el último señor con bigote, pero ahora sabe que estaba equivocada y la vida se le presenta de súbito llena de posibilidades. Una vida con el cartero, que acaba de convertirse en el último señor con bigote. Le invita a pasar y tomar algo, pero él tiene dudas: ha de entregar muchas cartas todavía. Ella aduce que nada de eso es urgente, que es más importante desayunar bien (y el amor, piensa, pero no lo dice). El desayuno es la comida más importante del día, concluye. Bueno, sí, quizá podría tomarme un descanso, unas tostadas me vendrían bien, dice finalmente el cartero. Pasa, pasa, te voy a preparar el desayuno más largo del mundo, contesta Gloria.

viernes, 1 de julio de 2011

La muela del Juicio

Abra la boca, le dice el dentista. Y Edelmiro Bautista obedece y trata de mantener la mente en blanco mientras mira el techo, pues la verdad es que es un tanto incómodo que un desconocido se asome a la boca de uno y la examine detenidamente, por muy dentista que sea. Por suerte, el examen dura poco: el dentista se retira con el rostro lívido, cadavérico. Edelmiro se pregunta si su aliento resulta tan desagradable, pero, antes de que pueda decir algo, el dentista le explica la causa de las molestias que le aquejan desde hace unos días:
—Caballero, le está saliendo la muela del Juicio Final.
—La muela del juicio, querrá decir.
—No, no, la del Juicio Final. Las Sagradas Escrituras son claras: «y en el segundo semestre del año 2011, a un hombre anodino le saldrá la muela del Juicio Final, y ésta será una de las señales de que llegan los últimos días y blablablá».
—¿Eso viene en la Biblia?
—En un evangelio apócrifo. El de Apolonia de Alejandría, patrona de los dentistas.
—¿Y no puede extraer la muela y punto?
—¿Qué dice, insensato? Eso haría que el final fuera inmediato y no me he levantado hoy con la idea de provocar el fin del mundo en mi consulta. No, todavía podemos disfrutar del tiempo que nos queda, hasta que lleguen los Cinco Jinetes del Apocalipsis.
—¿Cómo que cinco?
—Sí: la Peste, la Guerra, el Hambre, la Muerte y la Caries.
—¿La caries?
—Pero no una caries cualquiera, sino una que hará que se nos caigan los dientes al suelo, que pasará a estar adoquinado a partir de ese momento con molares, premolares, incisivos y caninos. Y en el infierno no habrá rechinar de dientes, sino de encías, que es más asqueroso.

jueves, 30 de junio de 2011

El futuro

Se despierta en mitad de la noche y mira a su novia, que sigue durmiendo. Es tan hermosa, piensa. Pero de pronto tiene una revelación aterradora: el futuro, el futuro, el futuro. Y no cualquier futuro, que podría aceptarlo, sino un futuro gris en el que ella se convertirá en una señora amargada. Ve tardes de aburrimiento en el sofá frente a la tele (y programas de derechas que los llenen de odio). Ve agrias discusiones a causa del dinero. Ve una larga y cruel condena. Así que se viste apresuradamente y se marcha sin decir nada.

miércoles, 29 de junio de 2011

Cuentos para niños

—No paro de contarle a Max tu cuento de Juan Jacobo Jinete Smith.
—Cuéntale el de Feldespato y Antracita.
—No, es demasiado triste.
—Hum. Pues los de Altavoz, entonces, que hay guerras en ellos. A los niños les encantan las guerras, son todos unos futuristas.
—No quiero que sea belicista.
—Lo será si no vive la guerra durante la infancia.
—Le cuento una adaptación de ese del alma y los pantalones. Pero con nariz en vez de alma.
—Ah. Para que no crea en la trascendencia, claro.
—Eso.

martes, 28 de junio de 2011

La admiración

Es usted tan genial, ¿sabe? Le sigo desde siempre, toda mi vida, porque mi vida empezó en el momento en que conocí su obra. Si no fuera por usted, no sé qué sería de mí. Estaría muerto, supongo. O en una secta. Ah, si usted pudiera leer mis pensamientos, sentiría que soy su camarada. O más que eso: su hijo. Sí, eso es: soy su hijo secreto, su hijo artístico, pues es su arte lo que corre por mis venas. Usted me dio la vida, le repito, así que es normal que le llame padre. Y puesto que es usted mi padre, ¿no tendríamos que sentarnos a hablar de la herencia?

lunes, 27 de junio de 2011

El materialismo sentimental

—Creo que mi vecina es prostituta.
—¿Y qué?
—Que no quiero vivir junto a una prostituta.
—Pues yo en principio no tendría ningún problema.
—Ya, ya lo sé que tú no tendrías ningún problema.
—Porque tengo la mente abierta.
—Porque eres un guarro.
—¿Pero qué dices?
—Que sí, que te gustan las putas.
—Oye, perdona, pero estás muy equivocada. A mí las putas no me atraen.
—¿Por qué no?
—Por lo de tener que pagarles. Yo quiero que quien folle conmigo lo haga por gusto, no por dinero.
—Así me gusta, que me pongas los cuernos en condiciones. Con sentimientos.
—No tergiverses.
—Bromeaba. Más o menos.
—Aunque planteas un tema interesante. ¿Te parecería menos grave que te pusiera los cuernos con una puta?
—No sé. Por una parte, me parecería peor si hubiera sentimientos, cosa que con la puta queda descartado. Pero...
—¿Qué?
—Que no me gustaría que te gastaras tanto dinero en otra. Como si fuera importante para ti y tiraras la casa por la ventana por ella. No, no es justo. Los dispendios económicos han de estar justificados por los sentimientos.
—Ya veo: el materialismo es un romanticismo.
—Algo así.

domingo, 26 de junio de 2011

La política sentimental

—Negociar con mujeres es negociar con terroristas.

sábado, 25 de junio de 2011

El fin

Esto sería el fin de la historia y no lo que decía Fukuyama. Descansar, por fin, entre tus brazos.
Aunque sea sólo un momento.

viernes, 24 de junio de 2011

La ignorancia

No, yo no sé nada de la vida, lo que ocurre es que sobre la marcha aprendo algunos trucos que dan buen resultado, pero luego siempre los olvido. Así, es como si nunca tuviera experiencia, pues tengo que aprenderlo todo de nuevo cada vez. Quizá el eterno retorno era esto.

jueves, 23 de junio de 2011

Novedades editoriales de éxito

Siete años han pasado de la trágica muerte de Peter Pettersson, el famoso autor de best-sellers, muerte que dejó a sus lectores desconsolados, en parte porque la saga que le dio el éxito quedaba inconclusa. ¿Qué pasaba con el detective Karlsson?, se preguntaba la gente. ¿Amaba Inga a Klaus aunque se acostara con Margot, su peor enemiga? Para regocijo de los lectores, y a pesar de la controversia, la editorial anuncia la inminente publicación de la nueva novela de Peter Pettersson, escrita desde el más allá. La editorial afirma que se ha utilizado a un espiritista profesional de excelentes referencias y que la novela no dejará a nadie descontento, pues se trata de un trabajo exhaustivo de ouija. Las chicas que paseaban en minifalda por el parque a pesar del frío polar, próximamente en librerías.

miércoles, 22 de junio de 2011

Tus ojos son esvásticas

Tus ojos son esvásticas (Poesía reunida del Führer de los alemanes) llega por fin a nuestras librerías, de la mano de Ediciones Guacamole. Los poemas de Hitler, descubiertos en los archivos de Moscú al derrumbarse la Unión Soviética, nos muestran la cara secreta del feroz dictador nazi. La mayor parte de la obra fue escrita durante el verano de 1944, tras el fallido atentado contra la vida de Hitler. Posiblemente fue este hecho el detonante (y nunca mejor dicho) de la febril actividad poética del Führer, que descuidaba los asuntos de la guerra para sentarse a componer poemas. Al parecer, era ésta una actividad que exasperaba a Himmler, aunque Goebbels consideraba que calmaba sus nervios. Se habló de organizar grandes lecturas de poesía en Nuremberg, pero esto nunca pudo llevarse a cabo a causa de la marcha de la guerra. Las grandes obsesiones hitlerianas están también presentes en su lírica: el antisemitismo, el espacio vital, Stalin. Pero fundamentalmente es una obra de amor dedicada a Eva Braun, por quien Hitler pareció sentir un amor rejuvenecido después de burlar a la muerte. Es a ella a quien escribe: «Tus ojos son esvásticas / refulgentes de pasión / y me pierdo en ellos / como quien se pierde en Rusia». Ya a la venta, por sólo diez euros.

martes, 21 de junio de 2011

El verano del amor

—Hoy ha empezado el verano del amor.
—¿Eso no fue cuando los hippies?
—Sí, pero esto es distinto. Viene en el periódico.
—¿No será un periódico antiguo?
—Es de hoy.
—Bueno. ¿Qué es eso del verano del amor?
—Es una iniciativa del gobierno para que aumente el consumo. Y el turismo. Y la productividad.
—¿Y cómo? ¿En qué consiste el verano del amor?
—En que es verano y hay amor.
—Me parece algo un tanto vago.
—No, no, aquí dice que una comisión de expertos ha trabajado durante meses en ello.
—Me refiero a que no es algo concreto.
—Ah. Ya, no sé. Aquí dice que se improvisarán paquetes de medidas. Porque ése es el espíritu del verano del amor.
—¿Improvisar?
—Y relajarse. Todo irá mejor si nos tomamos las cosas con calma, pues la vida nos está esperando.
—No sé yo si de verdad nos espera...
—Que sí. Está obligada legalmente a partir de hoy.

lunes, 20 de junio de 2011

El futuro

Porque queremos el futuro y lo queremos ya, clamaban los manifestantes. Pero entonces sería el presente, argumentaron los políticos. ¿No preferís un pasado a la carta? Un pasado mítico acorde con esta gran nación. Una bella nostalgia con la que endulzar este presente tan amargo. Porque el futuro es inalcanzable, pero podemos reescribir el pasado.

domingo, 19 de junio de 2011

Astronáutica fácil

Se había pasado todo el día pintando la pared y al terminar me dijo: «he aquí la constelación de Casiopea». Yo le pregunté si estaba segura y ella contestó que sí y que bajara las persianas. Al quedarse la habitación a oscuras, empezaron a brillar estrellas en la pared. «¿Ves? Estamos navegando por el universo: es magia», dijo ella. «Es pintura fosforescente», contesté yo. «Es astronáutica fácil», repuso ella.

sábado, 18 de junio de 2011

El amor

Podría callarme, pero le cuento la verdad. Es una apuesta. Una apuesta kantiana. Elijo lo correcto, aunque quizá no lo adecuado. Porque el amor funciona así. Aunque qué sé yo del amor (pero esto ya lo he dicho antes).

viernes, 17 de junio de 2011

Conformarse

Un amigo me hablaba del miedo a conformarse. Temía que llegara el día en que se diera cuenta de que había renunciado a muchas cosas y se había conformado. Ese terrible momento. Claro que uno tampoco puede pasarse la vida persiguiendo una quimera. Hay que lograr el equilibrio, ese precario equilibrio entre los sueños y la realidad. Negociar con la vida, ceder en algunos puntos, llegar a un acuerdo. Pero yo no sé, me puede el orgullo. Yo a la vida le presento un ultimátum y luego me marcho con mis condiciones, todas inaceptables.

jueves, 16 de junio de 2011

Un error fatal

Recibe unas flores de su novio y se emociona profundamente. «Se ha acordado de nuestro aniversario», piensa. Pero la sorpresa llega al leer la tarjeta que acompaña las flores. Su novio pretendía citar la canción Fly me to the moon y decirle: In other words, I love you, pero la florista ha cometido un error y lo que hay escrito en la tarjeta resulta ser: In other worlds, I love you. «¿Cómo que en otros mundos me quiere?», se pregunta la chica. «¿Quiere decir acaso eso que no me quiere en este mundo? ¿Y a qué otros se refiere? ¿Será mi novio de Saturno? ¿Será parte de una avanzadilla extraterrestre encargada de invadir nuestro planeta? Por lo pronto, ya ha invadido mi cuerpo. Muchas veces». Y decide romper con él de inmediato.

miércoles, 15 de junio de 2011

La vida

Tantas personas que no saben que nunca lo conseguirán. Qué envidia.

martes, 14 de junio de 2011

La ciudad

La ciudad es mentira, dice un hombre. Está formada por edificios que sólo existen en la imaginación, pues en verdad no hay nada. La ciudad es un truco de la imaginación, que edifica en el erial que es la realidad. Porque la realidad es invisible. Y entonces de qué sirve la realidad, pregunta otro hombre. Si no la podemos ver. Si tenemos que sustituirla con invenciones. Y encima tenemos que pagar hipotecas.

lunes, 13 de junio de 2011

El vagabundo

Hay un vagabundo allí dándole de fumar a una cucaracha. Habla con ella y le dice que sigue vivo, pero con matices. Añade que cuando era pequeño creía que los matices eran unas pastas o algo parecido. «¿Quieres un té? Sí, pero con matices». Y la cucaracha no contesta a esto; se limita a fumar en silencio mientras mira a los ojos al vagabundo.

domingo, 12 de junio de 2011

La mano

—Mi mano izquierda tiene querencia por tu culo, sí. ¿Sabes eso de que los amputados sienten a veces el miembro que han perdido? Pues creo que eso es lo que te va a pasar a ti: cuando me marche, vas a tener síndrome del miembro fantasma, vas a notar todo el rato que te falta una parte de tu cuerpo.

miércoles, 8 de junio de 2011

La mujer

Llama una mujer desnuda a la puerta y abre un hombre, que ha sido educado de esa manera. El hombre mira con perplejidad (y una erección) a la mujer, pero consigue guardar la compostura y preguntar: ¿qué desea? Esperaba que ella le respondiera que le desea a él, pero no es eso lo que contesta, sino: soy la mujer. Eso ya lo veo, piensa él, pero dice: ¿y qué quiere? Tampoco esta vez responde ella que le quiere a él, no: responde que es la idea de la mujer. ¿Cómo dice?, pregunta él. Que soy la idea de la mujer, insiste ella, ¿no estaba usted pensando en una mujer? Efectivamente, confiesa él. ¿Y no estaba desnuda?, inquiere ella. Pues sí, sí, concede, estaba desnuda; es que me gusta masturbarme, ¿sabe? Lo sé, dice ella, lo sé, pero yo no he venido para eso, sino para inspirarle. ¿No para que me masturbe?, pregunta él. Ella niega vigorosamente con la cabeza. ¿Inspirarme qué?, pregunta el hombre. ¿No escribe usted poemas?, pregunta a su vez ella. No, señorita, yo soy oficinista. ¿No es eso una forma de poesía?, pregunta la mujer. Creo que no, contesta el hombre. Vaya, pues creo que he vuelto a equivocarme de casa, se queja la mujer desnuda. ¿Y no podría quedarse un rato?, quiere saber él. Supongo que puedo quedarme unos minutos. Creo que será suficiente, contesta él. Ella, que le adivina las intenciones, dice que pueden verle sus vecinos. El hombre se encoge de hombros y se saca el pene del pantalón.

martes, 7 de junio de 2011

La errata

«Té con especies», aparece en el menú. Mira, té con jirafas, elefantes, leones... parece el arca de Noé, le digo a Sonia. Y ella sonríe, cómplice de mis tonterías.

lunes, 6 de junio de 2011

El otro mundo

Me gustan tanto tus fotos de paisajes, le dice él. Pero ella menea la cabeza y responde que no son fotos de paisajes. Luego le explica que Hemingway decía que muchas veces lo más importante en un relato es lo que no se cuenta. Con sus fotos pasa igual, afirma, pues lo importante es lo que no se ve: un cervatillo bebiendo en un río, pero fuera de campo; una familia que estaba detrás de la cámara; unos niños que harán un muñeco de nieve cuando llegue el invierno, aunque en la foto aparece un prado durante el verano; el sol en una foto nocturna; a veces, incluso la muerte. Todo lo que no se ve, pero que de algún modo estaba ahí, sólo visible para el espectador atento. La otra realidad, dice, el otro mundo. Y él guarda silencio, pues de pronto tiene algo de miedo.

domingo, 5 de junio de 2011

El dolor de cabeza

—Me duele la cabeza, Pierre.
—Tómate una aspirina, Gaston.
—Ya lo he hecho, pero nada.
—Vaya. ¿Y hace mucho que te duele?
—Dos días.
—¿Dos días? ¿Y lo dices ahora?
—No quería molestar.
—¿Y si es algo grave?
—¿Algo como qué?
—Atenea, por ejemplo.
—¿La diosa Atenea?
—¿Es que conoces alguna otra?
—No.
—Pues eso.
—¿Me vas a explicar lo de Atenea o no?
—Ah. Sí, claro. Resulta que Atenea salió de la cabeza de Zeus.
—Quieres decir que se la imaginó.
—No, no, salió de su cabeza, literalmente. Y vestida con armadura.
—¿Tener a Atenea dentro de la cabeza cuenta como posesión demoníaca?
—No creo. En todo caso, como posesión divina.
—Bueno, al grano: ¿cómo me la saco de la cabeza?
—Como a cualquier otra mujer: olvidándola, claro.
—No tiene gracia.
—Vale, vale. Pues es muy sencillo: tengo que abrirte el cráneo con un hacha.
—Me parece un poco drástico.
—Pues es un tratamiento efectivo.
—Quiero una segunda opinión.
—No sé... Quizá no se trate de Atenea, quizá es tan sólo una idea enquistada. ¿En qué has estado pensando últimamente?
—Hace tiempo que le doy vueltas al concepto «ataúdes de verano».
—Podría ser eso. ¿Has probado a plasmarlo en papel?
—No. ¿Crees que servirá?
—Vale la pena intentarlo.
—De acuerdo. Incluiré un estudio de mercado, de paso.
—Yo afilaré el hacha, por si acaso.

sábado, 4 de junio de 2011

Esta realidad no existe

Esta realidad no existe —proclama el profesor von Klinsmann—; es una alucinación colectiva. La realidad es otra y está escondida, pero hay pistas desperdigadas por el mundo. No las puede ver cualquiera, hace falta cierto entrenamiento y, sobre todo, estar atento en todo momento. Por ejemplo, en el escote de esa señorita hay dos pistas para entender la realidad, pero hay que tener la sensibilidad adecuada.

viernes, 3 de junio de 2011

Para acabar con el teatro

Un hombre en el escenario y la mirada del público clavada en él. Es una batalla, una batalla sin cuartel entre el aburrimiento y la diversión. Aunque el teatro está pasado de moda, y eso que es en 3D.

jueves, 2 de junio de 2011

La dificultad de ser choni

La dificultad de ser choni es una exposición fotográfica de la Vane. En ella nos muestra el día a día de una chica suburbana frente al espejo del cuarto de baño, en diversos ángulos, siempre con el mismo gesto estoico de sacar morritos, diciéndonos de esa forma que acepta las vicisitudes del mundo: la carga de los aros gigantes en las orejas, como una tarea para Atlas; la combinación de colores imposibles; el barroquismo de ir pintada como una puerta. En el Centro de Arte Contemporáneo, hasta el sábado.

miércoles, 1 de junio de 2011

La regla

ÉL: He pensado que esta noche podría pasarme por tu casa.
ELLA: No me apetece, que estoy con la regla y sólo tengo ganas de encogerme de dolor en el sofá.
ÉL: ¿La regla?
ELLA: Sí.
ÉL: ¿En una obra de ficción?
ELLA: Oye, que yo soy una chica real.
ÉL: ¿En serio?
ELLA: ¿Quieres que te dé una bofetada real?
ÉL: Qué mal carácter.
ELLA: A ver cómo estarías tú si sangraras por los genitales.
ÉL: Estaría en el hospital, seguramente.
ELLA: Pues eso.

martes, 31 de mayo de 2011

La cualidad

Pero yo sé que el amor se termina pronto, dice ella. Es como una explosión que lo arrasa todo en un momento. Y el problema es precisamente ése: que lo arrasa todo. Pero no importa, a mí se me da bien quedarme con ese momento de luz cegadora, ese momento de aterradora belleza en el que ni siquiera puedes temblar de miedo porque no hay tiempo para ello.

lunes, 30 de mayo de 2011

La causalidad

Te confundiría en cualquier parte. Porque siempre te estoy buscando, aunque estemos separados por cientos de kilómetros. Veo a una chica de espaldas y por un momento me convenzo de que eres tú. Pero no dura mucho, pues se gira y compruebo que es otra persona. Luego veo de perfil a otra chica y me vuelvo a engañar. Y así todo el rato.

domingo, 29 de mayo de 2011

La casualidad

«Tú lo que buscas es el amor, siempre», dice mi amigo. Y luego cita a Daniel Johnston: True love will find you in the end. Y en ese momento me llega un mensaje al móvil. No un par de segundos después, sino justo en ese momento, cuando termina de decir la frase. Así que digo antes de leerlo: «vaya, a ver si esto es el amor». Y resulta que lo es, pues el mensaje empieza con parte de una canción de PJ Harvey: This is love, this is love that I'm feeling. Ni ensayado.

martes, 24 de mayo de 2011

La prestidigitación

El Partido de la Magia logró un excelente resultado electoral gracias a sus interventores.

lunes, 23 de mayo de 2011

La asamblea

El problema es que aquí cada uno hace la guerra por su cuenta. «Yo quiero hablar en contra del consumo de carne», dice uno. «Hay que acabar con los ejércitos», comenta otro y luego añade que sabe que ésta es una guerra muy larga, lo que me hace decir a mí: «ah, pues si es una guerra, entonces necesitaremos los ejércitos». Una chica dice que el problema es el patriarcado y no se refiere al de Constantinopla. Una mujer se queja agriamente del maltrato animal. «Yo lo que quiero es una república», afirma un hombre. Uno de los cabecillas pregunta si estamos de acuerdo con el cambio de nombre que ha propuesto para la plaza: la plaza de la Constitución se llamará ahora la plaza de la libertad. No estamos de acuerdo. No lo estamos porque es un nombre cursi, ñoño, estúpido, de una película de Hollywood con mensaje simplón. Pero el cabecilla se lo toma mal. Vuelve a preguntar, pero no nos convence. Nada de plaza libertad, decimos. Y se retira, enfurruñado. Un rato después, tras hablar un par de personas, vuelve a tomar la palabra para abordar un tema de cierto comité, pero finaliza su exposición retomando la cuestión del nombre de la plaza, como si quisiera emular a Catón y terminar los discursos con su reivindicación particular. Y así, con estas cuestiones secundarias, el movimiento se difumina en lugar de difundirse.