sábado, 23 de octubre de 2010

Ayer, hoy, mañana

Te llamaba sólo para quejarme de lo lejos que está el pasado y para decirte que no te he olvidado, aunque puede que te inventara, no lo sé. Puede que el pasado fuera sólo un espejismo que hemos dejado atrás. Ya, ya lo sé, no es culpa de nadie. Hay que seguir. Mañana será otro día. Mañana. Mañana.

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