miércoles, 10 de marzo de 2010

Mi Stalingrado

Ya ves, aún estoy despierto en mi Stalingrado, pegando tiros al azar, aunque el azar los devuelve todos y qué buena puntería tiene. En el infierno será ya de día, pero yo no he conseguido dormir. Sólo estoy esperando a que deje de llover para salir a buscar ese amor en el que ya no creo, porque hubo un tiempo en el que era el poeta más romántico de todos, cuando creía en cosas que ya he olvidado pero que me invento igualmente. Pero ya ves, aquí estoy, sentado a oscuras, haciendo anagramas con tu nombre, los únicos poemas que soy capaz de escribir esta noche. Pero no hay manera de decir adiós, sólo despedidas a la francesa y mutis por el foro.

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