miércoles, 7 de octubre de 2009

Vudú

—Oye, cuando he ido al cuarto de baño me ha parecido ver una muñeca hinchable en tu cama.
—No es una muñeca hinchable; es una muñeca japonesa, de última generación.
—Ah. Se da un aire a tu vecina, ¿no?
—Sí, es deliberado, la encargué así. Cuando lo hago con la muñeca, me gusta pensar que mi vecina empieza a sentir placer y acaba masturbándose.
—Me parece muy triste.
—Eso es porque no crees en la magia.

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