viernes, 27 de febrero de 2009

La posibilidad

La miro. Mucho. Está muy deseable en ese vestido, aunque se pinte demasiado los ojos. «Tú no sabes lo que es el amor», me dice con algo de rabia, y tiene que controlarse para no llorar. Yo le acaricio el pelo, pero no digo nada. Vale, estoy roto. Soy el primero en admitirlo. Pero podría escribir un montón de enmiendas a la constitución de todo esto. Luego estamos riendo por algo que no recuerdo. La miro. «No me mires así», me dice, y baja la cabeza. La posibilidad.

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