domingo, 11 de enero de 2009

El señor Belvedere sale de casa

El señor Belvedere sale de casa, lo que en principio no es demasiado relevante, pero así comienza nuestra historia. El señor Belvedere lleva un bombín en la cabeza y un bastón en la mano, aunque sería más original al revés. El señor Belvedere se parece a Hércules Poirot, pero sólo los jueves y hoy es lunes. El señor Belvedere se detiene en un kiosco y le pide al kiosquero, que por cierto es tuerto, un periódico con buenas noticias. El señor Belvedere lee el titular: War is over (if you want it). El señor Belvedere le pregunta al kiosquero «¿por qué es usted tuerto?» y éste responde «porque me falta un ojo». El señor Belvedere, como ya se dijo en otra ocasión, es anticuario y tiene su tienda de antigüedades en la otra parte de la ciudad. El señor Belvedere viaja en metro junto al narrador y se queja de que cada frase empiece con «el señor Belvedere», como si se tratara de un cuento infantil. El señor Belvedere sale del metro y cruza la calle nevada; la señorita Rottenmeier le abre la puerta de la tienda.

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