jueves, 30 de octubre de 2008

Dos dólares en un zapato

Las calles están llenas de vida y la vida, supongo, está llena de calles, sobre todo de callejones sin salida. Hace frío, la gente ha sacado los abrigos del armario, un señor calvo lleva a su hija de la mano, pero en realidad es ella la que le lleva a él. Hay crisis, pero la calle bulle de vida, las tiendas están llenas, hay que consumir. A mí me consume la fiebre de no verte, pero esto ya lo sabíamos, y llevo en crisis desde junio o quizás más. Quizás más. Me he declarado en quiebra, adiós a la transvaloración de los valores, bienvenida la bancarrota, no se puede vivir del amor, que cantaba Calamaro, no se puede vivir de la literatura, no se puede vivir en la literatura.

No hay comentarios: