sábado, 7 de junio de 2008

Te recuerdo, Marta

Te recuerdo, Marta, que no Amanda, con una sonrisa en la boca, que es una frase muy tonta, pues dónde ibas a tener la sonrisa si no era en la boca. Bueno, tal vez entre las piernas. Al fin y al cabo, tuviste las sonrisas de otros entre las piernas, eso es indudable, aunque yo entonces no lo sabía. A lo mejor, ahora que lo pienso, si sonreías tanto era por eso, porque yo no me enteraba de nada, lo que me llevaba a mí a sonreír de una forma que te parecería bobalicona. Así que nuestras sonrisas se alimentaban la una a la otra, que tu sonrisa de traición me parecía encantadora, pero porque me la tomaba como una sonrisa de felicidad, y supongo que algo de razón tenía, porque engañarme con todos esos hombres que sonreían entre tus piernas seguro que te hacía muy feliz. Aquí todos nos pasábamos la vida sonriendo, pero algunos con más motivos que otros.

No hay comentarios: