martes, 13 de mayo de 2008

Ficciones

Al final de la historia, todo se arregla. El protagonista aprende unas lecciones vitales de lo más valiosas y se queda con la chica. A partir de entonces las cosas siempre irán bien. Y si fueran mal nunca lo sabríamos, pues la historia termina en ese punto. Es lo más parecido a la eternidad que podemos conseguir.

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