sábado, 31 de mayo de 2008

Capítulo 1390

He ganado el primer premio en un concurso de relatos. Lo gracioso del asunto es que no sé con qué relato he ganado (presenté dos), pues no me lo han dicho y a mí se me ha olvidado preguntarlo.

viernes, 30 de mayo de 2008

12 de marzo, miércoles

Me llamó Alba. Eran las diez y media de la mañana, creo. Me dijo: "te llamo porque hace mucho tiempo que no hablamos". Yo le di la razón, pero esta vez tampoco hablamos demasiado, menos de dos minutos. Todo porque su hijo empezó a llorar, a berrear cada vez más alto, como si fuera consciente de que yo en el pasado me acostaba con su madre y quisiera interrumpir lo antes posible la conversación. Te tengo que dejar, mi hijo está llorando, dijo. Ya, lo oigo, lo oigo, contesté yo. Se llama Max, dijo de pronto, pero me pareció no haber entendido bien con tanto llanto de bebé. ¿Cómo has dicho?, pregunté. Que se llama Max. ¿Max? Eso ni siquiera es un nombre. Ya, dijo ella, tendría que ser Maximiliano, pero el nombre lo eligió José (aunque ella dijo "Jose"). Yo lo elegía si era niña, añadió, le habría puesto Adela. Maximiliano o Máximo, contesté yo, pero no le dije que lo de Adela me lo habría tomado como una traición. Un beso, Míchel, me dijo aunque casi no lo escuché, pues el niño lloraba con mucha fuerza. Adiós, Alba, dije yo y colgué.

jueves, 29 de mayo de 2008

Oficina

-Buenos días, ¿en qué puedo ayudarle?
-Yo... yo la amo, señorita.
-¿Cómo dice?
-Que la amo. Con locura, además.
-Sí, eso último es evidente. ¿Tiene usted una cita?
-¿Que si tengo una cita? ¿Para qué?
-¿Para qué va a ser? ¿Es que no ve que estoy ocupada? Usted puede perder el tiempo amándome si quiere, pero aquí estamos intentando trabajar. Esta empresa no se lleva sola, ¿sabe?
-Pero, pero, pero yo la amo, ¿acaso eso no importa?
-En un mundo ficticio no le digo que no, pero en el mundo real hay cosas más importantes. Hay que comer, por ejemplo. ¿Alimenta su amor?
-Alimenta el espíritu de ardor poético.
-Utilísimo, ya veo. Mire, si no tiene usted una cita me está haciendo perder el tiempo. Hay otros que esperan. Buenos días.
-Le pido perdón por mi comportamiento, ya no la molesto más. ¿Pero puedo pedir una cita para mañana?

miércoles, 28 de mayo de 2008

Películas baratas

Cásate conmigo, le dice él. Ella le mira a los ojos y con una media sonrisa contesta que eso es imposible, que cómo va a echarla de menos entonces, si ella lo que quiere es su anhelo. Y con un sonido de cristales rotos que podría ser la risa de ella o el corazón de él, desaparecen los amantes en un fundido en negro.

martes, 27 de mayo de 2008

Urban spaceman

Yo siempre estoy de paso, nunca me quedo mucho tiempo en el mismo lugar. Viajo ligero; lo que no me sirve lo dejo atrás y enseguida lo olvido. Si no me gusta la realidad, algo que ocurre a menudo, directamente me la invento. No me complico nada la vida, de eso ya se encargarán otras personas.

lunes, 26 de mayo de 2008

Auambabuluba

John Thompson se despertó en un pésimo estado. Se despertó en Texas. Este principio sería suficiente para colgar al autor, pero vamos a dejarlo. Como decíamos, John Thompson se despertó en Texas, lo que era sin duda un fenómeno extraordinario, pues él recordaba con claridad haberse acostado en Boston, Massachusetts, que era donde vivía. Cómo había recorrido tan larga distancia sin despertarse era un misterio para él, además de un caso extremo de sonambulismo. ¿Pero cómo sabía que estaba en Texas?, se estará preguntando el astuto lector. Muy fácil, porque la habitación en la que había despertado estaba decorada con motivos texanos. Por si esto no fuera suficiente, que ciertamente no lo era, al mirar por la ventana pudo contemplar el perfil nada familiar de Houston, que tampoco le habría servido para determinar su posición, pero sí el cartel que indicaba la distancia a San Antonio, cartel situado en la carretera y que podía también ver desde su ventana. Así, estaba en Texas o en una broma muy trabajada. Vaya calamidad, se dijo, estoy en Texas y soy votante demócrata. Inspeccionó la habitación en la que se encontraba, por si hallaba alguna pista que le aclarara cómo había llegado allí. Sentado en un rincón de la habitación había un mexicano cubierto con un gran sombrero también mexicano que no dejaba ver sus rasgos. Parecía fumar, o eso o se estaba quemando, pues del sombrero salía humo. Oye, amigo, dijo Thompson en el español paupérrimo que había aprendido escuchando a camareros. El mexicano levantó la cabeza y, además de estar efectivamente fumando, resultó ser un mexicano arquetípico, con un gran bigote a lo Emiliano Zapata. A Thompson, que era profesor en la universidad de Boston, dato que habíamos ocultado hasta ahora por irrelevante, se le pasó por la cabeza que estaba hablando con el mismo México, con la conciencia de México, que el Espíritu Guía de México era Zapata y estaba sentado en una sórdida habitación de Houston, Texas, con él, John Thompson. Era una idea muy idiota, pero fue lo que pensó. ¿Qué mamas, güey?, respondió el hombre de rasgos zapatistas. Pinche pendejo, añadió como si no se hubiera quedado a gusto. Yo mucho perdido, dijo Thompson. Yo Boston, yo no Texas. El mexicano se le quedó mirando con cara de no haber entendido nada, lo que era bastante comprensible, y volvió a cubrirse con su sombrero. Thompson reparó entonces en una posibilidad que no se le había ocurrido antes: quizás estaba secuestrado. Había sido secuestrado por un mexicano en Boston que lo había conducido, después de drogarlo, a esta siniestra habitación texana. O quizás no le había secuestrado el mexicano, tal vez se trataba sólo del guardián. ¿Pero para qué secuestrar a un profesor de didáctica comparada? ¿Lo habrían confundido con otro? ¿Habría quizás otro John Thompson, alguien importante? Sintió de pronto celos de su hipotético tocayo, por tener una vida mejor que la suya, por tratarse de alguien más importante que él a pesar de compartir el mismo nombre, lo que era claramente injusto. Se sintió robado. Luego se dio cuenta de que estaba sacando conclusiones precipitadas y se calmó un poco. Volvió a fijar la atención en el cuarto en el que estaba. Cuatro paredes, mobiliario escaso, decoración texana, una ventana, una cama, un mexicano en un rincón, ninguna puerta. Ninguna puerta, ¿cómo había entrado? ¿Lo habrían metido por la ventana? Se asomó. No parecía posible. Parecía cosa de magia, de magia negra. Quizás había muerto y el Infierno era Texas, eso explicaría muchas cosas. Amigo, volvió a decirle al mexicano, dónde es... the door. ¿The Doors, gringo?, respondió éste, pues ya no existen, órale, que Jim Morrison murió. Thompson no sabía si se estaba burlando de él, pero decidió ignorar al mexicano en lo sucesivo. Puede que esté soñando todo esto, se dijo, quizás sigo cómodamente acostado en mi cama de Boston, porque hay que admitir que la situación en su totalidad es muy extraña. ¿Qué pinta aquí el mexicano, por ejemplo? ¿Y por qué es un mexicano con sombrero típico, poncho y gran bigote? Es decir, ¿no es mucha casualidad que sea el estereotipo clásico? Apuesto cualquier cosa a que se llama Pepe. Está claro que es un producto de mi imaginación, como toda esta situación absurda. Claustrofobia, estado republicano, mexicano estereotipado en un rincón: un sueño, muy vívido, pero un sueño al fin y al cabo. Auambabuluba, dijo de pronto el mexicano, pero Thompson no le prestó atención, inmerso como estaba en sus cavilaciones. Quizás si me concentro consiga despertar, pensó. Cerró los ojos y visualizó la idea de despertar en su cama bostoniana. En casa como en ningún sitio, murmuró. Y John Thompson se despertó en un pésimo estado. Se despertó en Kansas.

domingo, 25 de mayo de 2008

Hastío

Me cansa la arbitrariedad de todo esto.

sábado, 24 de mayo de 2008

Propagande par le fait

¿Tú crees que la Baader-Meinhof tiene más carisma que nosotros?, me preguntaba a menudo Walter, que estaba al mando. Yo le respondía siempre que no, que nosotros éramos más auténticos y hacíamos la revolución como si fuéramos poetas. Decía esto intentando impresionar a Nathalie, que había leído que la poesía era un arma cargada de futuro o algo así. Nathalie era la única chica del comando, pero estaba enamorada de Walter, de la erótica del poder no nos libraba ni la acción terrorista; a pesar de ello yo intentaba impresionarla con mis maneras de joven fiel a la causa siendo el primero a la hora de cometer atentados o repartir propaganda. Sin mucho éxito, la verdad, lo que me hacía plantearme que quizás estaba atentando contra el enemigo equivocado. Pero una noche, al volver al piso franco sucedió algo. Me abrió la puerta Nathalie, me sonrió y dijo: “buen trabajo”. Buen trabajo, sólo eso. Yo venía de incendiar coches y ella me daba su aprobación. Mi corazón se inflamó entonces como los coches que venía de quemar y en ese instante abjuré de mis anteriores ideales e hice mía la causa de provocar la sonrisa de Nathalie.

viernes, 23 de mayo de 2008

Ostracismos

Nunca echo de menos a nadie, ¿sabes? Al fin y al cabo, me paso la vida solo, nunca existe la posibilidad de que me acostumbre a alguien. No están conmigo el tiempo suficiente. Así que cuando se marchan es imposible tener una sensación de pérdida. Son tan fugaces como todo lo demás.

jueves, 22 de mayo de 2008

Leyenda épica

-Tú ya has vivido momentos así, Míchel. Esto no es nuevo para ti.

Cómo decirle que mentí en todas las ocasiones anteriores.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Imitadores

No entiendo a mis plagiarios; ser yo no es precisamente una fiesta continua.

martes, 20 de mayo de 2008

El deseo de ser alcohólico (homenaje)

Si uno pudiera ser un alcohólico, siempre borracho, acodado en la barra, a través de la embriaguez, constantemente sacudido sobre el taburete estremecido, hasta arrojar las tapas, porque no hacen falta tapas, hasta arrojar los vasos, porque no hacen falta vasos, y apenas viera ante sí que la noche era eterna, habrían desaparecido las copas y la barra del bar.

lunes, 19 de mayo de 2008

Truculencias

Yo quería ser el perfecto anfitrión, pero siempre había algo que me llevaba a asesinar a mis invitados. Preguntaba al invitado de turno cuántas cucharadas de azúcar quería en el café, me contestaba que dos, pero yo acababa sirviéndoselo con dos cucharadas de cianuro. Te voy a enseñar la casa, ofrecía a otro, pero al llegar al baño invariablemente lo empujaba a la bañera y allí lo cosía a puñaladas. Dormid aquí, es tarde y habéis bebido mucho para conducir, le decía a algún matrimonio amigo, ellos me daban las gracias, me decían que no querían molestar, yo contestaba que no era ninguna molestia, que me quedaba más tranquilo así, les preparaba la habitación de invitados y, de madrugada, entraba en ella y los ahogaba con la almohada. Poco a poco me fui quedando sin amigos, a pesar de todas mis buenas intenciones.

domingo, 18 de mayo de 2008

Adagios

Basta que una mujer me diga "oye, te lo digo en serio" para que yo deje de hacerle caso.

sábado, 17 de mayo de 2008

Madrugada

"Amanece tan pronto y yo estoy tan solo", que cantaban Héroes del Silencio, que es una referencia popular, normal, que ya era hora, no todo iban a ser referencias pedantorras y de escritores muertos. Porque en mí siempre ha latido un deseo de normalidad, aparte del tan manido de inmortalidad, gloria absoluta y todo eso. Aunque no hay que confundir normalidad con vulgaridad o cutrez, que en todo hay grados; lo que yo deseo es una normalidad digna, lo que, pensándolo bien, es en realidad una normalidad bastante anormal. Pero estoy divagando, lo que en mí es normal, siempre las digresiones. Yo sólo quería decir que ya son las seis de la mañana y no he bebido lo suficiente como para disimular la soledad. Podría haberlo dicho así, pero luego me acusan de lacónico.

viernes, 16 de mayo de 2008

Repeticiones

Qué bello es escribir. Una hoja en blanco no vale apenas nada; sin embargo, cuando la llenas de palabras tuyas, qué maravilla. Eso sí, me siguen pareciendo más bellas las mujeres desnudas, quizás porque no las veo tan a menudo como las frases que garabateo. Pero qué bonito es escribir, me digo como un gilipollas.

jueves, 15 de mayo de 2008

Vendettas

Cuatro años después, volví a besarla. O más bien me besó ella a mí, que yo no lo veía como una posibilidad y no se me habría ocurrido intentarlo. Al separar su cara de la mía sólo atinó a decir: "besas de manera diferente". Yo contesté algo igual de inteligente: "tú también". Luego empezó a arrepentirse y dijo que estaba mal lo que habíamos hecho, que ambos teníamos pareja y esta actitud era imperdonable. Respondí que en teoría sí, pero que mi novia era Satanás y se merecía cualquier ofensa, por nivelar algo la balanza, a lo que ella contestó que su novio también era un ser despreciable y era perentorio traicionarle en mis brazos. Por fin estábamos de acuerdo en algo.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Búsqueda personal

A mis años, me sigo buscando. Y no me encuentro en la cama con hermosas mujeres salvo en raras ocasiones.

martes, 13 de mayo de 2008

Ficciones

Al final de la historia, todo se arregla. El protagonista aprende unas lecciones vitales de lo más valiosas y se queda con la chica. A partir de entonces las cosas siempre irán bien. Y si fueran mal nunca lo sabríamos, pues la historia termina en ese punto. Es lo más parecido a la eternidad que podemos conseguir.

lunes, 12 de mayo de 2008

Lecciones

Tardé demasiado en aprender que la vida a la que pretendía volver en realidad nunca había sido mía.

domingo, 11 de mayo de 2008

Capítulo 1370

La noche empieza con la intelligentsia de Málaga reunida en el Centro de Arte Contemporáneo. Yo también estoy, aunque no tenga nada que ver con esta gente. Mi excusa es la barra libre y que la mujer de Dani ganó el primer premio de videocreación de Málagacrea y hoy se exponen las obras ganadoras aprovechando los actos de la Noche en blanco que se han sacado de la manga por aquello de querer ser capital cultural europea en 2016. De hecho, el alcalde está presente, pero desaparece enseguida, igual que antes hizo Javier Mariscal después de dar un discurso en el que habló de cosas como que Málaga tiene playa o el carácter alegre de los malagueños y su acento. En cualquier caso, presto una mínima atención a las obras exhibidas y me alcoholizo convenientemente durante las dos horas siguientes, aunque los canapés no llego a catarlos. Acabada la barra libre, acompaño a Artevic a cambiar el coche de sitio, que ha aparcado frente a un vado, pero cuando llegamos allí decide que seguramente no le multarán, pues la calle está llena de coches mal aparcados. Vemos que hay unos coches de policía al final de la calle y unos cuantos agentes frente a un portal, a Artevic le entra curiosidad y nos acercamos a ver lo que sucede. Nos situamos en una esquina, ya que no hay cordón policial ni nada por el estilo y, no sé por qué, empezamos a hablar de Viridiana. Un policía se acerca a nosotros un par de veces, pero no nos dice nada. Al rato, no sé si molesto por nuestra conversación, nos dice con malas maneras que nos retiremos de ahí. Obedecemos: nos alejamos un poco y continuamos hablando sobre la película de Buñuel. El policía vuelve y pronuncia entonces una frase singular: "¿Quieren apartarse de la visión de lo que está pasando?" Nosotros no sabemos qué responder a eso (¿quién sabría?), así que finalmente volvemos a las puertas del CAC, donde hay una especie de espectáculo a lo Fura dels Baus para pobres.
Un poco antes de las diez sugiero que compremos alcohol en algún sitio antes de que sea demasiado tarde y acabamos yendo Artevic y yo a buscarlo. Como no encontramos ninguna tienda cerca, entramos en un locutorio a preguntar. El locutorio lo regenta un magrebí que está hablando en ese momento con un señor de luengas barbas blancas y boina carlista (es decir, una boina roja). El magrebí nos mira mal cuando le preguntamos por algún sitio donde comprar alcohol, seguramente porque somos infieles y decadentes, pero al señor de boina carlista (y luengos cabellos blancos, como la barba) se le ilumina la mirada, sobre todo cuando me mira a mí. De pronto saca un pliego de papeles no sé de dónde y me lo ofrece aduciendo "que escribe". Durante un momento pienso que estoy delante de mi futuro, luego pienso que seguramente él se ha dado cuenta de que está delante de su pasado. Acepto el texto que me ofrece, como no puede ser de otra manera, y él dice algo que suena a sentencia, bueno, en realidad a perogrullada: "las cosas suceden y esto ha sucedido". Después afirma que su escrito es muy inteligente, lo que me parece una forma muy tonta de defenderlo, pero no digo nada, sonrío como un idiota y le doy las gracias. Todos los locos me toman por su hermano, me digo cuando salimos del locutorio. A todo esto, ya son las diez y tenemos que volver con las manos vacías.
Más tarde estamos cenando en un kebab lleno de merdellones y Dani y Artevic empiezan a discutir sobre el arte sacro. El lugar no me parece adecuado para la discusión o viceversa, pero está claro que la noche en blanco malagueña está siendo una experiencia netamente surrealista. Después, en un bar, a una afirmación mía sobre un tema que no recuerdo, Dani, que lleva toda la noche buscándome las cosquillas, me pregunta con sorna si hay algo de lo que no sepa. Yo prefiero contestar con diplomacia que muchas cosas, que, por ejemplo, todavía no sé nada del amor.
Y no pasa mucho más, nos cansamos pronto y nos despedimos. En el autobús de vuelta a casa leo por encima el texto del señor de boina carlista. Efectivamente, es una mierda.

sábado, 10 de mayo de 2008

El cinismo es un humanismo

P no me hace caso porque, según ella, soy un mujeriego, lo que es una excusa bastante ridícula. Es cierto que me paso el día con otras, pero cómo va a pretender que le sea fiel cuando se niega a tener algo conmigo. Mujeres, siempre dándole la vuelta a todo. Aunque tengo que reconocer que no sé si saldría ahora de esta dinámica de enredarme con todas. Quizás sí, si todo fuera diferente, porque a veces me gusta pensar que sigo siendo el mismo romántico de siempre y que para mí sólo hay una mujer, aunque todo sea imposible. O quizás precisamente por eso.

viernes, 9 de mayo de 2008

Conversaciones

-Tú eres un egoísta y eso te honra.
-Creo que es la primera vez que me llaman egoísta, pero es un universo que me encantaría explorar.
-Tú dices que amas a las mujeres, pero yo creo que lo que quieres de ellas es que te amen a ti.
-Sí, es que amar es más cansado. Ser egoísta es bueno.
-Por eso lo soy.
-Yo estoy en ello, que todavía soy un kantiano de mierda.

jueves, 8 de mayo de 2008

Conversaciones de cama

-Yo necesito un hermano mayor que cuide de mí.
-Un hermano incestuoso, espero.
-Sí, un hermanastro.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Las razones del loco

Yo quería ser imprescindible, pero nunca supe cómo hacerlo. Pensaba que bastaba con remover algo de literatura, dedicarme en cuerpo y alma a escribir a las chicas de turno. Siempre querían algo más, claro, querían que yo no las necesitara en absoluto para entonces necesitarme ellas, en esa extraña lógica femenina. Pero lo cierto es que yo en realidad no he necesitado a casi nadie. A Alba sí, demasiado, quizás porque era la chica más guapa de Málaga y yo, con mis delirios de grandeza, tenía que estar con la más guapa que pudiera encontrar. El caso es que ella buscaba a alguien que le diera mala vida, no a un poeta trasnochado que le escribiera cuentos y poemas. De todos modos, yo de Pessoa sólo tengo su apellido materno. Lo mío es narrar derrotas que nadie leerá a pesar del afán de victoria que me consume por las noches.

martes, 6 de mayo de 2008

Locamente enamorado

Tú no lo entiendes, pero tienes que ser mía. Me lo dicen todas las noches unas voces en mi cabeza. Mi psiquiatra dice que es esquizofrenia, pero qué sabrá él de romanticismo; yo creo que escuchar voces en mitad de la noche ha de tener una explicación menos prosaica que una enfermedad mental. Es el amor, querida, que me susurra tu nombre cuando me meto en la cama y no me deja dormir. Bueno, en realidad, el amor, el destino, el Olimpo entero, todos ellos se reúnen en mi dormitorio cuando cae la noche y, con un alboroto tremendo, exigen que seas mía. Sigo el designio de fuerzas más poderosas que la voluntad de los hombres, ¿quién soy yo para oponerme? Podrías facilitar las cosas, hacer como que tú también escuchas las voces y ser mía. Aunque sólo sea para que pueda dormir.

lunes, 5 de mayo de 2008

Capítulo 1364

Fundan las musas mis derrotas y otros versos. Bueno, no es que mis derrotas sean muy poéticas, al menos cuando tienes que vivirlas, pero supongo que como espectáculo están muy bien. Así, de lejos. Y se leen en cinco minutos. Pensándolo bien, son victorias. O eso dicen.

domingo, 4 de mayo de 2008

Noche en la Tierra

Salí del bar, bastante ebrio. Eran las tres y media de la mañana. Me puse la chaqueta, pues hacía algo de frío. Me crucé con tres chicas que me dijeron "hasta luego", cosa que achaqué a que me habrían confundido con otro. Por si acaso, miré si llevaba la bragueta abierta. No era así. Crucé la plaza de la Merced y me metí en el callejón que hay junto al Albéniz, para mear. Caminé tranquilamente por calles vacías. Al llegar a un parque me dio por mirar la hora: quedaban cinco minutos para que saliera el próximo autobús. Eché a correr sintiéndome algo Antoine Doinel. Dos chicas que estaban sentadas en un banco empezaron a animarme a gritos: "corre, corre". Una de ellas me dijo "guapo". Yo saludé con la mano mientras seguía mi carrera. Cuando me había alejado de ellas un poco comprobé de nuevo si llevaba la bragueta abierta. Me planteé que estaba en un episodio de The twilight zone, que del bar había salido a una dimensión en la que las desconocidas me hablaban. Me pasó por la cabeza volver al banco donde estaban sentadas aquellas dos, que eran muy guapas, pero seguí corriendo en dirección a la parada de autobús. En un paso de peatones me animaron otras, yo volví a saludar. Subí al autobús y ya no me crucé con más mujeres.

sábado, 3 de mayo de 2008

La memoria

Apenas la recuerdo ya. Cuando intento pensar en ella me parece que estoy recordando una idea para un relato que nunca escribí. Los diálogos, las situaciones que conservo en la memoria, todo me parece absurdo, ficticio. Y sin embargo de vez en cuando me encuentro con ella en la calle. Entonces me asaltan las ganas de preguntarle qué recuerda ella, si acaso tuvo una idea para un relato que luego, por las cosas de la vida, nunca se sentó a escribir.

viernes, 2 de mayo de 2008

La juventud

Yo quería ser un enfant terrible, pero una mañana, frente al espejo, me di cuenta de que había envejecido prematuramente. Nadie iba a tomarme en serio ya, todos mis actos de terrorismo social estaban condenados a pasar desapercibidos, pues tenía más aspecto de viejo cascarrabias que no sabe cómo llamar la atención que de joven promesa de la literatura que escandaliza a propios y extraños.

jueves, 1 de mayo de 2008

A la deriva

Hoy estuve haciendo limpieza, inventario, o qué sé yo. Encontré un dibujo de mi primera novia en el que ella había escrito nuestros nombres con un corazón en medio. Leí viejas cartas, proyectos de relatos, poemas. Me pareció estar rebuscando entre los papeles de un extraño.