sábado, 2 de febrero de 2008

Existencialismo aplicado

-¿Sabes? Mi yo del pasado es un extraño. No sé por qué hice las cosas que hice entonces. Por eso me parece mucho más lógico pensar que aquel no era yo, sino alguien que se me parecía.
-¿Y dónde estabas tú entonces, si no eras aquel?
-Tal vez no estaba en ningún sitio, tal vez sólo soy yo ahora. ¿No decía Sartre que la existencia precede a la esencia? Pues yo existía pero no era yo, sino otro. Empecé a ser yo un día de marzo, a los veinticuatro años de edad, así de repente.
Ella ríe. Están desnudos en la cama, en un cuartito pequeño pero acogedor.
-¿Y piensas ser siempre tú o en el futuro serás otros? –le pregunta mientras le acaricia con ternura el cuello.
-Me conformaría con ser siempre alguien a quien amaras –contesta él con tono solemne.
-No sé yo si me voy a enamorar muchas veces. ¿Te vale que sólo me acueste con tus yo futuros?
-Bueno, si es la mejor oferta que puedes hacerme...

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