jueves, 2 de agosto de 2007

Spleen de buen amor

Míchel Noguera nunca estuvo en Londres, París, Praga, Berlín, Viena, Nueva York, ni en cualquier otra ciudad claramente superior. Fue un prolífico escritor inédito. No se casó y tampoco tuvo hijos. Sus últimos días los dedicó a rememorar las hazañas de otro, aunque él estaba convencido de que eran suyas y nadie fue capaz de sacarle del error.

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