No tengas miedo. No hay nada en estas líneas que pueda hacerme daño. Mis maldiciones son ahora como arrullos de un pájaro. Ya no puedo hacerme daño. He renunciado por fin a la crueldad. No puedo juzgarme. He entregado las armas y me he ido a dormir a tu lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario