sábado, 5 de mayo de 2007

Nanas

No tengas miedo. No hay nada en estas líneas que pueda hacerme daño. Mis maldiciones son ahora como arrullos de un pájaro. Ya no puedo hacerme daño. He renunciado por fin a la crueldad. No puedo juzgarme. He entregado las armas y me he ido a dormir a tu lado.

No hay comentarios: