domingo, 8 de octubre de 2006

Nos engañan los recuerdos

Querida Laura:

Nos engañan los recuerdos. Yo, por ejemplo, estaba convencido de haberme casado contigo hace veinte años, pero resulta que no. Imagina mi sorpresa cuando esta mañana me encontré a una desconocida en la cocina desayunando. Era mi mujer, claro, que no eres tú, aunque yo creía que sí. Qué extraño es todo.

Te escribo esto no sé muy bien por qué, pues después recordé que tú y yo nunca salimos juntos, es más, ni siquiera llegaste a conocerme, aunque yo me pasaba todas las tardes mirándote. Pero me gusta pensar que a ti a veces también te engañan los recuerdos y durante un rato crees que me conociste e incluso que te casaste conmigo.

Un beso.

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