lunes, 17 de julio de 2006

La nausée

Qué aburrida vuelve a ser mi vida, con lo divertido que era estar todos en casa de Illis, pasarnos las noches bebiendo, acostarnos al amanecer, almorzar a las seis de la tarde, que estuviera Patricia en cada habitación, como Dios, y que vinieran siempre amigos a vernos. Ahora me invade la melancolía, la mala leche y las ideas totalitarias mientras intento acostumbrarme a mi vida de siempre.

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