miércoles, 10 de mayo de 2006

Un artista de la tristeza

-He dejado los temas tristes, ahora sólo quiero escribir cosas alegres.
-Pero tu público no lo entenderá.
-Que le den a mi público.
-Me parece muy ingrata tu actitud.
-Yo sufría y ellos aplaudían, ¿dónde está la ingratitud?
-Pero han seguido tu carrera siempre con interés.
-Con morbo, más bien. No insistas, está decidido: voy a ser feliz.
-No puedo permitir que te hagas esto a ti mismo.

Sacó del bolsillo de la chaqueta una pistola. Disparó una sola vez.

Al día siguiente, los periódicos del país anunciaban la muerte del famoso escritor. Se hablaba de suicidio.

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