jueves, 11 de mayo de 2006

La sinceridad llama a la puerta

Capítulo 795.

Estoy paralizado. Quise seducir a las mujeres con mi mundo particular. Nunca funcionó. Ahora no sé qué hacer. El fracaso es más fácil de administrar: no tienes que hacer nada, llega solo, de una forma natural. ¿Y ahora qué? Imaginemos que eres pobre y dejabas tranquilamente la puerta de casa abierta porque no tenías nada de valor. De pronto encuentras un tesoro y te lo llevas a casa. Empiezas a cerrar la puerta con llave, claro. De hecho, llega un momento en el que no puedes abandonar la casa. Y te compras un arma por si algún intruso irrumpe. A mí me pasa lo mismo con la felicidad, me pone paranoico. Es difícil conservar la belleza. Sé que estoy esperando el momento más oportuno para traicionarme. Y me traicionaré siendo yo y no cualquier otro.

Tengo miedo, pero también esperanza. Es lo que más miedo da.

No hay comentarios: