jueves, 9 de febrero de 2006

Every sperm is sacred

Ahora resulta que "respetar" una creencia consiste en seguirla. Es decir, si el Islam no permite representar a Mahoma, no lo hagamos. Que seamos musulmanes o no es un detalle sin importancia... ¿Qué será lo próximo? Si me como un filete de ternera en un restaurante, a la vista de todos, ¿estaré faltando al respeto a los vegetarianos? He follado antes del matrimonio, vete a saber si le habré faltado al respeto a alguien por ello. Como carne en Cuaresma, tomo alimentos que no son kosher, bebo alcohol, he incumplido casi todos los Mandamientos, he dibujado a Mahoma... Imagino que todo eso me convierte en alguien muy irrespetuoso con las creencias ajenas.

Luego está el tema de si las caricaturas son ofensivas o no. Al parecer, las grandes religiones no cuentan con el sentido del humor como parte de su doctrina, lo cual es muy respetable si lo aplican sólo a ellos mismos. Es decir, si no quieres bromear sobre aspectos de tu fe, no lo hagas. ¿Pero por qué no puedo hacerlo yo, si no soy creyente? A mí no me parece mal que alguien bromee sobre el ateísmo, he escuchado miles de veces lo de que un ateo cambia de opinión cuando su vida peligra y todavía no me ha dado por quemar una embajada... Si parodiamos a los políticos, si parodiamos las distintas ideologías, ¿por qué las creencias religiosas van a estar al margen? ¿Tenemos que ser menos "respetuosos" con las personas que con las creencias irracionales? Si yo hago un comentario jocoso sobre el nacionalismo, ¿no puede un nacionalista protestar "porque se hieren sus sentimientos más íntimos"? Demencial. Es más, algunos creyentes sí hacen bromas sobre su fe, ¿son asquerosos herejes? A mí, el que exijan tanta solemnidad (que no seriedad) y tanta censura me parece propio de alguien que tiene muy poca autoestima, alguien acomplejado. Aunque esto es un fenómeno que se está extendiendo a todos los niveles desde hace años: asociaciones de boy scouts que protestan por un anuncio de televisión en el que no reflejan con la solemnidad debida su realidad, agricultores que protestan por una canción humorística de otro anuncio, etc... Lo políticamente correcto nos está llevando a la censura.

Por último, una cosa que me pareció muy surrealista: Los integristas que protestaban en Londres con pancartas llenas de pacíficos mensajes tipo: "hay que destruir Europa", "Europa es el cáncer". La explicación más lógica sería que han asumido como propio el discurso ese británico que dice que Europa es el continente y que Gran Bretaña es otra cosa. Porque vamos a ver: si yo, por ejemplo, odiase a Alemania, ¿por qué me iría a vivir a Alemania? Que a lo mejor han nacido allí y son independentistas a lo bestia, no sé, pero me parece un poco incoherente... Pero el mejor de todos era el que llevaba una pancarta que decía "al infierno la libertad de expresión". Muy bien, ahí, con dos cojones, manifestándose contra el derecho a manifestarse. Que le den una medalla a ese chaval.

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