lunes, 11 de julio de 2005

Abajo el gobierno, arriba las minifaldas

(Publicado originalmente en El Otro Diario)

Unos amigos y yo hemos decidido que el gobierno de esta nación que con mayor o menor fortuna llamamos España no nos escucha. No escucha nuestras justas y necesarias exi… peticiones. ¿Y qué es un gobierno que no escucha al pueblo? Una dictadura, sí. Un gobierno que desoye al pueblo, representado en este caso por mi persona y tres amigos, es un gobierno ilegítimo y, como tal, ha de ser derribado en una orgía de destrucción democrática. O, si rebajamos nuestro ardor guerrero, ha de ser zarandeado hasta que se atenga a razones y haga exactamente lo que pide el pueblo. ¿Pero cómo hacerlo? ¿Cómo organizarnos? Sigamos estos sencillos pasos:

Primero: Para que nuestras exi… peticiones sean atendidas hay que buscar un nombre que nos dé la representación adecuada. Por ejemplo, “Foro de los Españoles” transmite la idea de que todos los españoles opinan lo que nosotros digamos, mensaje que los medios ayudarán a difundir cada vez que digan “el Foro de los Españoles dice”, “el Foro de los Españoles convoca una manifestación”, etc. Nadie se parará a preguntar qué es eso del Foro de los Españoles ni por quién está formado, que eso son minucias, la noticia es que ZP se niega a escuchar las reclamaciones del Foro de los Españoles ante los ataques de la que es víctima todos los días la españolidad y sus virtudes.

Segundo: Afirmar por activa y por pasiva que el hecho de que el gobierno no haga lo que decimos es un claro ataque hacia los españoles (o cualquier otro colectivo que hayamos elegido, sirva este como ejemplo). En el caso que nos ocupa diremos que la excesiva longitud de las minifaldas es un claro ataque hacia la tradicional belleza de las piernas femeninas y hacia los españoles, admiradores de dicha belleza, así que exigimos que el gobierno legisle para que suficiente cantidad de muslo esté presente en la vida diaria de todo españolito de a pie.

Tercero: El gobierno se ha de reunir con nosotros cuando nosotros digamos, donde nosotros digamos y con quien nosotros digamos. Y ya puestos, ZP tiene que llevar correctamente depiladas las cejas y Bono ha de ir vestido de lagarterana. Además los canapés tienen que ser de bacalao.

Cuarto: Para las manifestaciones elegiremos alegres eslóganes tales como “ZP terrorista” o “Carod al paredón” para demostrar que nuestras peticiones son justas y democráticas. Ah, no está de más algún “por la libertad” para hacer constar que la nuestra es una lucha comparable a la de Gandhi o Martin Luther King.

Quinto: Si el gobierno no nos escucha no es porque nuestras reclamaciones sean absurdas o porque nuestra representación es nula, sino porque el gobierno está formado por terroristas y demás gente del espectáculo, aspecto que deberemos destacar ante los medios como si de un mantra se tratara.

Sexto y final: Si nada de esto funciona, deberemos abandonar la lucha y buscar un trabajo de verdad.

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