No era guapa. Demasiado delgada, el pelo negro y encrespado, ojos soñadores de loca, sonrisa siempre triste. Vestía de forma desastrada, como si de esa manera pretendiera decirte que su vida era un completo caos. Cuando reía lo hacía siempre como si fuera la primera vez. Era una excelente escritora y tenía una sensibilidad a prueba de bombas. Siempre estaba sola.
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