domingo, 13 de junio de 2004

Lover, lover, lover

A veces, por puro aburrimiento, me gustaría enamorarme. Veo cómo disfruta Stan escribiéndole poemas a X (si diera el nombre me mataría) y la verdad es que me da un poco de envidia -aunque por otra parte estoy cansado de escribir a chicas que pasan de mí, es bastante injusto-. Y el caso es que sé que el amor es una mierda, pero me aburro tanto... Tampoco es que tenga mucho donde elegir:

- Irene: Es friki y adorable, ¿pero a qué venía lo de hablar del anuncio ése de Sanex y la ciega?

- Lidia: La típica tía guapa a la que dan ganas de asesinar cuando abre la boca.

- Las dos que siempre van juntas: La que lleva gafas es muy mona y la otra tiene su aquel, ¿pero serán lesbianas? En el caso de que sean heterosexuales seguro que se sienten atraídas por tíos de genes perfectos, arios y metrosexuales.

- Patricia: Está en un manicomio, ¿no?

- Pilar: Tiene novio. Y la verdad es que es bastante vulgar.

No me gustan y yo no les gusto a ellas. En fin, no hay que ser matemático para entenderlo. Pero qué bien me vendría que alguien me quisiera un poco, que me tratara con cariño y escuchara mis frikadas de vez en cuando. Y que me quitara la ropa apasionadamente, ya que estamos. De todos modos, no sé tratar mal a una mujer, así que no sé por qué me preocupo. Aunque consiguiera ligarme a alguna que me gustara, enseguida ella perdería el interés al ser "un valor demasiado seguro" o algún rollo mierdoso parecido.

Por otra parte, ¿vale la pena el amor? Hay quien dice que lo bueno que tiene es precisamente que nace, muere y vuelve a nacer (en plan ave fénix cutre), pero yo no opino lo mismo. El amor, para que valiera la pena, debería ser eterno. Sé que nadie estará de acuerdo conmigo, pero eso es porque han sido queridos y tienen la seguridad de que ha sido así. ¿Hoy quieres a una persona y mañana no quieres saber nada de ella? ¿Tiene sentido? Y si lo tiene, ¿vale la pena? Cada vez que veo a Alba me deprimo al comprobar que nos hemos convertido en unos desconocidos como dije que pasaría. Yo la quise muchísimo. El caso es que en realidad siempre le caí mal, incluso, así que si no había simpatía difícilmente iba a haber amor. Una vez me dijo que sólo con decirle cosas como "hace calor" conseguía enfadarla. De locos. A Natalia, por el contrario, creo que le resulté simpático, lo cual me pareció muy extraño, por falta de costumbre. Recuerdo cómo sonreía en el metro después de decirle que la deseaba (típica locura de las mías). Y lo preciosa que me pareció entonces y cuánto la quise en ese momento. Pienso mucho en ella últimamente. Natalia me hizo recordar lo mucho que echaba de menos un beso, una caricia o un abrazo. A veces quiero creer que nos volveremos a encontrar algún día y nos reiremos como buenos amigos charlando sobre cualquier cosa.

En fin, que no sé para qué le doy tantas vueltas a todo, si esto se puede resumir en aquello que dijo una vez Woody Allen: "lo único que lamento de mi vida es no ser cualquier otra persona".

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