martes, 27 de abril de 2004

Closing time

Pienso que es posible que algunas señoritas de dudoso gusto puedan salvarme alguna que otra vez, por un rato. Y que, a veces, sea también posible dialogar con aquella a la que me rendí durante demasiados años. No puedo descartar tampoco que en alguna ocasión escriba algo de cierto mérito, algo que pueda recitarle a las paredes con una sonrisa de orgullo. Creo que algunas personas me aprecian (eso sí, desde lejos). A otras no las volveré a ver, aunque me gustaría. Y, la verdad, sé que no soy guapo, pero conservo este raro encanto y esta mirada de despedidas en aeropuertos.

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